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Evo cambió a cinco ministros para descomprimir la crisis política

El presidente de Bolivia, Evo Morales, remodeló el lunes su Ejecutivo con el cambio de cinco ministros, entre ellos el responsable de la cartera de Hidrocarburos y Energía.

Morales nombró a Saúl Ávalos como su tercer ministro de Hidrocarburos en lo que lleva de su mandato, en sustitución de Carlos Villegas, que pasa a ocupar la cartera de Planificación del Desarrollo.

El resto de los nuevos ministros bolivianos designados son Jorge Ramiro Tapia al frente de Salud y Deportes, y Carlos Romero como titular de Desarrollo Rural, cuya anterior responsable, Susana Rivero se ocupará ahora del ministerio de Producción y Microempresas.

El presidente Morales, en el acto de posesión de los nuevos ministros, esgrimió razones de índole económico para este reajuste gubernamental.

Su objetivo concreto, dijo, es garantizar la alimentación de todos los ciudadanos y acelerar la erradicación de la extrema pobreza en Bolivia.

Por ello, Morales encomendó a su gabinete trabajar con «urgencia» en un «gran plan», junto a prefectos (gobernadores) y alcaldes, para asegurar a mediano y largo plazo «que no falte la alimentación a la población».

Otra de las tareas que Morales impuso a su Gobierno fue el reto de la industrialización para «resolver» el desarrollo económico del país.

El mandatario indígena e izquierdista subrayó que Bolivia cuenta con un nuevo modelo económico, porque paulatinamente se ha erradicado el neoliberalismo que «tanto daño hizo a la economía nacional» debido al «saqueo, la corrupción y la concentración de capital en pocas manos».

Antes, según Morales, el Estado boliviano solo controlaba el 14% de la economía nacional y ahora ese porcentaje alcanza el 23% y hasta el 50% teniendo en cuenta a las pequeñas empresas, a las que apuntó como «principales aliadas» en la estrategia económica de su Gobierno.

Con la remodelación gubernamental anunciada el lunes, Carlos Villegas, economista, regresa a la cartera de Planificación, cargo que ya ocupó como primer ministro de Morales en este área, por la que han pasado otros tres titulares en lo que va de la legislatura.

El sustituto de Villegas en Hidrocarburos, Saúl Ávalos, es natural del departamento oriental de Santa Cruz -feudo de la oposición autonomista a Morales- y ejerció como presidente de la Comisión de Autonomías de la Asamblea Constituyente.

Hace cuatro meses, Ávalos fue designado interventor de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLHB), compañía que pertenecía a capitales peruanos y alemanes antes de que el presidente Morales decretara su nacionalización el primero de mayo.

La nueva titular de Producción y Microempresa, Susana Rivero, hasta ahora ministra de Agricultura, sustituye a Javier Hurtado, que tuvo que abandonar su cargo hace unas semanas por razones de salud.

El 11 de marzo de 2008, Rivero llegó a pedir su dimisión al presidente Evo Morales alegando motivos personales, pero el primer mandatario rechazó su renuncia.

El nuevo ministro de Salud y Deportes, Jorge Ramiro Tapia, ocupaba hasta hoy el cargo de viceministro de Educación Superior, mientras que el titular de Desarrollo Rural, Carlos Romero, es abogado constitucionalista y fue uno de los asambleístas constituyentes más influyentes de Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales.

Junto a Hurtado, que sale del Gobierno por enfermedad, abandonan el Ejecutivo Graciela Toro, hasta hoy titular de Planificación del Desarrollo, y Walter Zelum, que ocupaba el cargo de Salud.

Tercera semana de protestas

El escenario a mediano plazo es, por demás, sombrío. Cinco de los nueve departamentos de Bolivia ingresaban este lunes a la tercera semana de protestas contra el Gobierno.

El epicentro de las protestas se mantiene en la región del Chaco boliviano, en el sudeste, donde está la mayor riqueza gasífera del país, colindante con Argentina y Paraguay, cuyos accesos fronterizos están cortados.

También se mantienen los bloqueos en los departamentos de Tarija, Beni, Pando, Chuquisaca y Santa Cruz, movilizados por la devolución de un impuesto petrolero que utiliza el gobierno para pagar una renta a la vejez y en contra del proyecto oficialista de una nueva Constitución de corte estatista e indigenista.

En estas regiones se radicalizaron el lunes las protestas decididas la semana pasada en una reunión del denominado Consejo Nacional Democrático (Conalde) de «masificar el bloqueo de carreteras», según imágenes de televisoras privadas.

En el departamento sureño de Tarija se reportaron 17 puntos de bloqueo en todas las carreteras de acceso y en las localidades de Bermejo y Yacuiba, fronterizas con Argentina y donde se mantiene la amenaza de toma de pozos petroleros.

Por su parte, el presidente Evo Morales (izquierda) dijo que hasta ahora no encuentra «un interlocutor válido para debatir seria y responsablemente y sobre todo para garantizar la unidad del país», en una postura que para la prensa boliviana cierra el diálogo político.

Sin embargo, Morales llamó este lunes a diseñar una estrategia de desarrollo a mediano y largo plazo con prefecturas y municipios y renovó sus deseos de establecer un diálogo con la oposición, destinada a descomprimir la crisis política interna.

Morales -que ajustó este lunes su gabinete de ministros por quinta vez en los dos años y medio de gestión- demandó que Bolivia cuente con un «Plan Estratégico de Desarrollo» que sea producto de «un gran pacto con prefectos, alcaldes y movimientos sociales».

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