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Gran número de no cubanos viajan a la isla desde EEUU

Cuando Janee Blackwell acompañó a un amigo a Cuba en el 2005, se sintió prendada de un cubano de la isla llamado Daykel Cifuentes, el tipo de hombre que le abría las puertas, la llevaba a ver cataratas y la hacía sonreir.

Pero debido a la política hacia Cuba de Estados Unidos, la relación de ambos es muy complicada. Ella vive en Kendall con los tres niños de la pareja; él sigue en La Habana. Han mantenido una relación a larga distancia desde que se conocieron.

«Tener este tipo de relación me afecta mucho, emocional y financieramente», dijo Blackwell, nativa de Chicago de 37 años que trabaja como reclutadora para el negocio familiar de tecnología de la información.

A pesar de décadas de barreras que han tratado de impedir que los ciudadanos de ambos países viajen, Blackwell forma parte del número no contabilizado de no cubanos que han estado visitando la isla desde hace años, tomando vuelos desde las Bahamas, México y otros países, a veces en violación de la ley de Estados Unidos. Pero son más que turistas en busca de placer. Tienen fuertes lazos familiares y de otro tipo en la isla.

Ejecutivos de las agencias de viajes a Cuba dicen que al menos el 10 por ciento de los más de 100,000 viajeros legales de EEUU a Cuba el año pasado eran no cubanos.

Las nuevas regulaciones del gobierno de Obama para los viajes familiares han despertado un gran interés en los viajes a Cuba no sólo entre los exiliados cubanos, para quienes se redactaron, sino entre ciudadanos y residentes de EEUU que tienen familiares en Cuba o simplemente sienten curiosidad por la isla comunista.

Activistas que quieren terminar con la prohibición general de viajar a Cuba han renovado sus campañas dirigidas a persuadir al Presidente de que permita que todos los estadounidenses viajen a la isla.

«Los cubanoamericanos pueden viajar ahora, pero muchos de nosotros no podemos viajar a Cuba y nuestros derechos fundamentales aún están siendo negados» dijo Mavis Anderson, directivo del Latin America Working Group, una organización radicada en Washington que aboga por los viajes sin restricciones a Cuba.

Las nuevas reglas permiten a cualquiera que tenga familiares en Cuba viajar de visita a la isla y también permite a cualquiera que sea pareja de un cubanoamericano con familiares en Cuba vaya de visita también.

Cindy Polo-Serantes, una residente de Miami Lakes cuya familia vino a EEUU de Colombia, está emocionada con las nuevas reglas porque, como esposa de un cubanoamericano, puede también viajar a Cuba.

«El tiene primos, tíos, tías», dijo Polo-Serantes, vocera del the Miami-Dade Expressway Authority. «Tiene muchos de sus familiares allá».

Ella y su esposo, Alfredo Serantes, comenzaron a hablar de hacer un viaje poco después del anuncio de la Casa Blanca. «El siempre quiso regresar a ver el lugar de donde vino», dijo Polo-Serantes de su esposo, quien salió de Cuba cuando tenía 2 años.

Beth Boone, de Miami, y Jared Carter, de Vermont, no nacieron en Cuba, pero están haciendo planes de viajar a la isla de acuerdo con las nuevas reglas para los viajes familiares.

Boone reservó su viaje para junio el mismo 13 de abril, el día que la Casa Blanca levantó las últimas restricciones para los viajes familiares. Carter comenzó a planear el suyo el mismo día con su esposa cubanoamericana para ver a la familia de ella. Planean ir inmediatamente después de la graduación de él en mayo de la escuela de Derecho en Vermont.

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