Actualidad Internacional

Honduras, nuevo socio del ALBA

Los presidentes de los países miembros del bloque, Chávez de Venezuela, Evo Morales de Bolivia, Daniel Ortega de Nicaragua y el vicepresidente de Cuba, Carlos Lage, asistieron a la ceremonia.

Aunque el ALBA pretende ser la alternativa económica al ALCA, el Área de Libre Comercio para las Américas, también busca frenar la influencia de Estados Unidos en el continente.

Honduras y el pueblo hondureño no tienen que pedirle permiso a ningún imperialismo para suscribir el ALBA
Manuel Zelaya, presidente de Honduras
«Es una alternativa a la hegemonía imperial», expresó Hugo Chávez a la prensa al llegar a Tegucigalpa.

«Un espacio de integración de gobiernos progresistas, de gobiernos que plantean un camino dentro de la justicia social para nuestros pueblos».

A favor y en contra

Manuel Zelaya hizo eco de las palabras de su homólogo venezolano al firmar el documento frente a sindicalistas, estudiantes, campesinos, indígenas simpatizantes de su Partido Liberal.

«Honduras y el pueblo hondureño no tiene que pedirle permiso a ningún imperialismo para suscribir el ALBA», declaró ante la multitud.

Pero así como la medida cuenta con apoyo popular, varios sectores empresariales y el grueso de los principales partidos políticos manifiestan su rechazo al pacto.

«El documento es muy ambiguo. No habla de cooperaciones económicas ni bajo que circunstancias se realizarían», dijo a BBC Mundo Carlos Gabriel Kattan, diputado del opositor Partido Nacional y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso.

«Nos preocupa que vayan implícitos acuerdos en cuestiones militares y políticas. Por declaraciones del mismo presidente Chávez en televisión, entendemos que es una alianza de los firmantes en contra de Estados Unidos», añadió Kattan.

En la medida en que generemos malestar en nuestros aliados, pondríamos en estado precario la estabilidad económica y social del país
Carlos Gabriel Kattan, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso
Aunque el presidente Zelaya niega el carácter político-militar del acuerdo, los posibles problemas que podría generar con EE.UU. – principal socio comercial y aliado de Honduras – es lo que más preocupa a los críticos.

«Tenemos que tener definido quienes son nuestros aliados», sostiene el diputado Kattan. «El 89% de exportaciones de los productos manufacturados en Honduras van a EE.UU. y nuestra economía depende de los US$3.000 millones en remesas que los inmigrantes hondureños envían desde ese país».

«En la medida en que generemos malestar en nuestros aliados, pondríamos en estado precario la estabilidad económica y social del país», concluyó el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso.

Petróleo por alimentos

Hugo Chávez y el petróleo venezolano son el motor del ALBA y la afiliación de Honduras se ha fundamentado en el suministro de combustible en condiciones preferenciales de pago y a cambio de alimentos.

El presidente de Venezuela asegura que su país participará en empresas de producción de alimentos y en un acuerdo de seguridad energética.

Pero el analista político hondureño, Juan Ramón Martínez, Honduras no tiene nada que ofrecer salvo la solidaridad con las posturas de Chávez y el voto favorable en algunos escenarios internacionales.

«En términos comerciales las relaciones entre Honduras y Venezuela son muy discretas», argumentó el analista a BBC Mundo. «La producción agropecuaria hondureña es insuficiente para el propio pueblo, así que los excedentes para vender en Venezuela son muy limitados».

Lea: Claves sobre el ALBA
Ilusiones

Por su parte, el diputado Carlos Gabriel Kattan sostiene que Venezuela no sólo está vendiendo a Honduras petróleo caro, sino la ilusión de que lo puedan pagar con alimentos.

Miles de simpatizantes se congregaron frente a la Casa Presidencial en apoyo del ALBA.

«En 2007 importamos mil millones de dólares en alimentos. Si no producimos para comer como le vamos a vender a Venezuela», dijo a la BBC el diputado de la oposición.

Sostuvo que el acuerdo puede afectar las relaciones de países cooperantes que envían US$600 millones al año para cubrir el déficit fiscal de Honduras.

«A la comunidad internacional le preocupa que nos estén financiando para promover el desarrollo y agarremos ese dinero para pagarle a Chávez su petróleo».

Quizás lo más problemático para el ALBA y el presidente Zelaya sea el apoyo que tiene para promulgar el tratado.

Si bien ha movilizado sectores populares a favor de su gestión, para el analista Juan Ramón Martínez lo ha hecho con dotaciones de dinero para los que se desplazaron a la capital para la ceremonia y promesas de tipo demagógico.

«Se nos ha dicho que se va a beneficiar el país, que vamos a ser ricos y los venezolanos nos van a llenar nuestros bolsillos agujereados. A base de esas afirmaciones y generalizaciones quieren el apoyo de la población», expresó Martínez.

Sin embargo, esa no es la visión que tiene el presidente Zelaya.

«Si el sistema que ha gobernado Honduras durante 40 años hubiera resuelto la pobreza (…) no estaríamos viendo hacia el sur, hacia el socialismo del sur», dijo el presidente hondureño.

En todo caso, el tratado del ALBA no podrá ser promulgado sin el apoyo político y, según el diputado Kattan, no lo va a encontrar cuando la medida sea enviada al Congreso para su aprobación.

«Es una decisión unilateral, la mayoría de los diputados del Congresos, incluyendo los del partido del gobierno, se oponen a ella. Le puedo augurar que de ser enviado no va a ser aprobado», aseguró Kattan.

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