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La familia de Bin Laden cuenta su historia

En «Growing Up Bin Laden» («Convirtiéndose en Bin Laden»), Najwa, la primera esposa del cerebro de la red extremista Al Qaida, y Omar, su cuarto hijo, cuentan la transición de quien era un adolescente piadoso y se metamorfoseó en un astuto terrorista dispuesto a todo para atacar a Occidente.

Bin Laden era adolescente cuando desposó a Najwa, pero a sus 17 años el joven saudita ya tenía convicciones bien afianzadas, según el libro que saldrá a la venta a fines de octubre en los Estados Unidos.

Poco después de la revolución iraní de 1979 que llevó al ayatolá Jomeini al poder, la pareja Bin Laden viajó a los Estados Unidos, recuerda Najwa en este libro redactado en colaboración con el escritor Jean Sasson.

En Los Ángeles, Osama conoció a su guía espiritual, el jeque palestino Abdulá Azzam, quien buscaba voluntarios para que se unieran a las filas de la yihad en Afganistán para luchar contra los soviéticos. Bin Laden respondió al llamado.

Cuando volvió a Arabia Saudita, Bin Laden fue recibido como un héroe. Pero en la casa su estilo autoritario comenzó a salir a la luz y sus hijos fueron los primeros en notar los efectos. Por ejemplo les prohibió «mostrar demasiados dientes» al reír, escribe Omar Bin Laden.

Entretanto, Najwa debía adaptarse a un marido polígamo y una vida espartana.

«Mi padre prohibía a mi madre encender el aire acondicionado instalado en nuestro edificio», señala Omar. «Le prohibía también usar el refrigerador».

Pero esta aversión hacia los aparatos electrodomésticos no impedía a Bin Laden regalarse automóviles de alta cilindrada, entre ellos al menos un Mercedes dorado. También se compró una lancha con motor fuera de borda.

«No amaba nada tanto como pasar un día entero corriendo a máxima velocidad en el desierto», al volante de uno de sus bólidos, explica su primera esposa.

Najwa también revela que el ideólogo de los atentados del 11 de septiembre en Washington y Nueva York… tiene inclinaciones «verdes» o al menos por el cultivo del maíz y los girasoles. Otra «actividad favorita de Osama es cultivar la tierra», señala la ex señora Bin Laden.

Pero, también en este caso, la pasión del padre se transformó en un calvario para la familia. En su amor a la naturaleza, Bin Laden les obligaba a pasar noches enteras en el desierto, con nada más que arena como abrigo.

Sin embargo, es difícil para Omar no admirar el talento de su padre para la equitación, el inglés y las matemáticas.

«Era tan famoso por su cálculo mental que a veces venía gente a la casa con una calculadora para desafiarlo», recuerda Omar sobre su padre, amante de las frutas, mangos en particular y que toma el té con dos cucharaditas de azúcar.

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