La intervención de Chávez en asuntos internos argentinos
El Embajador de Venezuela en la Argentina, Roger Capella, quedó expuesto en el caso D’Elía. Se asegura que fue él quien alentó al ex subsecretario de Tierras para el Hábitat Social, Luis D’Elía, a presentarse en la Embajada de Irán para apoyar a ese país en sus críticas a la Justicia argentina por la causa AMIA. Esto le costó a D’Elía la escandalosa salida del gobierno de Néstor Kirchner. De esta manera, el representante venezolano demostró así que puede intervenir en la política local.
Asistencialismo
Además, que Capella se mueve frecuentemente en grupos sociales y universitarios argentinos ayudado por el asistencialismo. Se dedica a recorrer y predicar en barrios y pueblos en los cuales sus habitantes tienen necesidades concretas. Su estilo no difiere del de los punteros políticos. Algo parecido a lo que hace D’Elía.
La llave de ingreso son becas de estudio, programas de alimentación, planes de salud e intercambios comerciales para cooperativas y PyMEs, a cambio sobrevienen charlas sobre la revolución bolivariana.
Uno de esos encuentros se hizo en Tandil el 13 de septiembre pasado. Frente a un auditorio formado por dirigentes de cooperativas, el embajador Capella resumió en una frase el estilo de su gestión: “La diplomacia venezolana se está transformando de su manera tradicional a una militancia confiaron que son recurrentes sus viajes rumbo a Caracas. Hasta bolsos con la cara de Chávez impresa se llevan como souvenirs los invitados a «congresos internacionales» con todos los gastos pagos. «El chavismo recibe a todo el que se acerca», contó uno de los más importantes piqueteros argentinos, que se mantiene distante de esa corriente, aunque fue, como la mayoría de esos dirigentes, a algún viaje a Venezuela.
Esos fuertes acercamientos son seguidos por la Cancillería, pero en la diplomacia argentina no harán comentarios oficiales al respecto. Tampoco en la embajada de Venezuela quiso hablarse del tema.
Capella es habitué de las charlas universitarias organizadas por centros de estudiantes. Un camino que empieza a recorrer también el encargado de negocios de Irán, Moshen Baharvand. La alianza expuesta entre Venezuela e Irán encuentra aquí similares métodos para captar simpatías a sus causas. Por un lado en esa búsqueda de dar a conocer sus posiciones en ambientes universitarios y también con la relación con la protesta callejera en la Argentina.
El vínculo con los iraníes
El grupo Quebracho tiene una línea directa con la embajada iraní. Y Baharvand dio una conferencia en los últimos dos meses en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, en la Facultad de Filosofía y Humanidades de Córdoba, en la Facultad de Ciencias Naturales de La Plata y en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo.
Aquellos que conocen muy bien desde adentro los movimientos sociales argentinos afirman que la principal línea con Venezuela la tiene Humberto Tumini, líder de Patria Libre. La agrupación Martín Fierro también tiene contactos aceitados con Caracas. Con Irán la relación de los movimientos sociales es por ahora más fría. «Nosotros estamos con el antiimperialismo y eso nos arrastra en este caso a apoyar a Irán o al Líbano, pero no tenemos ni queremos tener contacto con la Embajada iraní», comentó un dirigente que ayer estuvo en la protesta contra la Embajada de Israel.
