La ubicación de casi un millar de menores retrasa la evacuación de Calais
La ubicación de al menos 900 menores solos que malviven en el campamento de inmigrantes de Calais está retrasando su desmantelamiento, que deberá de ocurrir en las próximas semanas, explicaron organizaciones humanitarias en el terreno a la agencia EFE.
La fecha de la evacuación y el desmantelamiento del polémico campamento está «atascada» debido a la situación de los casi 900 menores sin familia, a los que se les busca una ubicación, según una de las principales organizaciones que trabajan en Calais, «L’Auberge des Migrants».
El Gobierno francés ha asegurado que cientos de ellos tienen vínculos familiares en el Reino Unido, a lo que Londres ha respondido que procederá a acogerlos cuando tenga un listado elaborado por París.
Los cerca de 900 menores, muchos de ellos de nacionalidad sudanesa, afgana o eritrea, están considerados el eslabón más vulnerable dentro del campamento, donde, según el Gobierno, viven, en total, unos 6.500 inmigrantes (hasta 10.000, de acuerdo con las ONG).
La fecha en la que las excavadoras y la policía empezará a destruir el emplazamiento es una incógnita.
Después de apuntar el 17 de octubre como día de comienzo, ahora se especula con que la fecha más probable sea la del 24, que podría aplazarse en caso de que los recursos de las ONG en contra del desmantelamiento prosperen.
De momento, la Justicia ha dado la razón a las autoridades francesas para iniciar la expulsión de los 72 comercios instalados en el campamento, al tratarse de una situación «ilegal» que entraña riesgos para «el orden público» y la salud.
Debido a la inminencia de la evacuación, el Gobierno teme que se recrudezca el clima de tensión y, esta misma semana, han advertido de la prohibición de las manifestaciones proinmigrantes relacionados con Calais.
Muchos de ellos aguardan para cruzar clandestinamente a la vecina Reino Unido o para regularizar su situación en Francia.
Su realojo en otros puntos de Francia, donde hay 164 Centros de Acogida y Orientación (CAO), es polémico, pues numerosos alcaldes y dirigentes regionales del centro-derecha y de la extrema derecha francesa se oponen a recibirlos.
