Malasia devolverá inmigrantes ilegales a alta mar
Un grupo de abogados condenó este miércoles la decisión de Malasia de devolver a altar mar los barcos de inmigrantes indocumentados bangladesíes y rohingyas interceptados en sus aguas territoriales, como hacen Indonesia, Tailandia o Australia.
La asociación malasia Abogados por la Libertad declaró que la medida anunciada por las autoridades malasias es «ilegal» y «escandalosa».
«Estos barcos abarrotados de refugiados y emigrantes están generalmente desvencijados, son arrastreras de madera, difícilmente capacitadas para navegar en mar abierta», dijo el director del grupo, Eric Paulsen, a través de un comunicado.
«Devolverlos o expulsarlos es tanto como firmar su sentencia de muerte porque sus ocupantes están por lo general hambrientos, deshidratados, enfermos y necesitados de asistencia urgente», añadió Paulsen.
Abogados por la Libertad argumentó que, aunque Malasia no ha firmado la convención de las Naciones Unidas sobre los refugiados, está obligada por otros acuerdos de protección de la mujer y los menores.
Las autoridades de Malasia rescataron entre la noche del domingo y el lunes a 1.051 bangladesíes y rohingyas, incluidos mujeres y niños, cuya embarcación había encallado en Longkawi, un archipiélago malasio en el mar de Andamán próximo al sur de Tailandia.
Indonesia salvó en aguas del norte de la isla de Sumatra a 582, también bengalíes y rohingyas, y obligó a volver a aguas internacionales a otra embarcación con unos 400 inmigrantes indocumentados que, según dijeron, se dirigían a Malasia.
Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), unas 25.000 personas zarparon en barcos desde Bangladesh y Birmania (Myanmar) durante el primer trimestre de 2015, el doble del número registrado en el mismo periodo de 2014.
Además, la Organización Internacional para las Migraciones estima que hay en la actualidad 8.000 inmigrantes indocumentados en barcos de las mafias en aguas del Sudeste Asiático.
Los rohingyas son unas de la minorías más perseguidas del mundo, según las Naciones Unidas, y ni Bangladesh ni Birmania les reconocen la ciudadanía.
