Militarización incipiente de Río de Janeiro
Ante el pedido del gobernador del estado de Río, el presidente da Silva puso a disposición las Fuerzas Armadas, aunque aún resta evaluar la situación.
El presidente brasileño recibió esta mañana el pedido de auxilio por escrito de parte del gobernador de Río, Sérgio Cabral, por la seguridad pública del estado de Río.
Lula tendrá una reunión con el ministro de Defensa, Valdir Pires, mañana, para tratar el asunto. “Me reuniré mañana con el ministro Valdir Pires y los comandantes de las tres Fuerzas para decidir, de forma muy ordenada, muy cuidadosa, lo que las fuerzas armadas pueden hacer para ayudar en el combate de la violencia en Río de Janeiro y, sobretodo, para mantener la tranquilidad”, dijo Lula.
Para desplegar las fuerzas militares en el estado, resulta necesario que Cabral le pase los detalles sobre las necesidades de la policía de Río y la ubicación geográfica de las zonas donde la presencia militar es más necesaria. El presidente llegó al estadio Maracaná en Río en helicóptero, acompañado por Cabral y el ministro de Justicia, Tarso Genro.
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En el día de ayer, Lula manifestó su disponibilidad a enviar efectivos de las fuerzas armadas para actuar en el combate a la creciente criminalidad en Río de Janeiro, luego de que Sérgio Cabral, el gobernador de ese estado, se lo había solicitado.
«Llegamos a un punto en que la violencia nos incumbe a todos. Las fuerzas armadas y las Fuerzas de Seguridad Nacional (tropas policiales de élite) estarán siempre a disposición de Río de Janeiro. Si el gobernador lo solicita, trabajaremos con el mayor cariño para atenderlo», fueron las palabras de Lula.
Sin embargo, para el ministro de Justicia Tarso Genro, los militares no están cualificados para combatir crímenes comunes. El combate de la violencia depende, según Tarso, de la combinación de medidas de represión policial y programas sociales. Pero asegura que le compete a Lula deliberar sobre el tema.
“El presidente es el comandante supremo de las Fuerzas Armadas y evaluará la existencia o no de una situación excepcional”, observó Tarso.
