No perdió la paz en Colombia, sino la forma de hacerla, según internacionalistas
El resultado del plebiscito de paz llevado a cabo el domingo en Colombia dejó un dilema sobre la mesa: ¿los colombianos le dijeron que no a la paz o al acuerdo de paz entre su Gobierno y las FARC? Los analistas internacionales Beatriz de Majo y Julio César Pineda dan la respuesta y coinciden: Colombia dijo que no a la forma, no al fondo.
La venezolana en el exilio conversó con Jesús Torrealba en el programa de RCR, La fuerza es la unión, espacio en el que aseveró que no fue derrotada la paz en Colombia, sino una manera de aproximarse a ella «por varias razones, pero la primera es el alto componente de impunidad (de los acuerdos)», además de «un perdón absoluto a quienes han sido criminales, y se olvidaron por completo en ese pacto es que es importantísimo resarcir a las victimas para que todo proceso de pacificación sea justo».
A pesar de que la suerte estaba echada y los números evidenciaban que ganaría el «Sí», «el país, respetuoso de la democracia, le dijo que no a esa formula de paz», destacó.
La internacionalista indica que tras más de 50 años de guerra, 220 mil personas perdidas y una enorme cantidad de victimas, entre otra serie de consecuencias económicas y sociales, «convirtieron a Colombia en un país invivible. El fenómeno fue resuelto sin ningún tipo de exigencias para las FARC y eso la población no lo acepta más. La cantidad de concesiones que se le hacen a los guerrilleros son verdaderamente notables».
De Majo resalta que los colombianos se dieran cuenta rápidamente de lo que estaba sucediendo y que así «le pusieron un para’o a su presidente». Asimismo, agrega las FARC tienen que ejecutar «actos heroicos para lograr la reinserción de los guerrilleros», y que es indispensable que haya «una reparación a las victimas que le otorgue justicia al país en términos generales».
La manera de hacer política en América Latina se queda sin apoyo
El exembajador Julio César Pineda complementó lo dicho por Beatriz de Majo en el programa matutino de «Chúo» Torrealba, a lo que agregó que en este documento de 297 paginas hay artículos «muy peligrosos», como por ejemplo el Art. 38, «donde a las FARC se le quitan los delitos y asesinatos para transformarlos en delitos políticos y por lo tanto puedan tener un trato mas suave; el Art. 39, donde parecieran perdonarle todo el dinero que sale de narcotráfico, extorsión y lavado de dinero algo que, por supuesto, los colombianos no lo aceptan; el Art. 59 que iguala la cadena de mando de las FARC a los militares; y el Art. 60 que perdona a los guerrilleros por decir la verdad aunque tengan delitos graves.
Pineda reitera que no se derrotó el proceso de paz, sino la forma de hacer la paz, «porque en una de las primeras declaraciones del presidente Uribe, se explica que lo que se busca es un acuerdo nacional para entrar de nuevo y a fondo en una reformulación del proyecto. El presidente Santos abrió la puerta para que esto suceda, y, afortunadamente, la guerrilla aceptó esta voluntad».
No obstante, celebra la iniciativa y reconoce que es de mayor importancia en la comunidad internacional, ya que contó con la presencia del canciller del Vaticano, el Secretario General de la ONU, «es decir, hay intención de promover la paz, pero no de la forma propuesta».
De igual manera mencionó que la victoria del «no» supone una «derrota terrible» para el gobierno de Santos, lo cual generará que modifique «totalmente la política exterior y la diplomacia».
El exembajador apuntó que este hecho es otro de los que evidencia que la manera de hacer política (de la izquierda) está quedándose sola en América Latina. «Colombia organiza un referéndum tan rápidamente y tan efectivo, que eso significa para Venezuela una alerta más para que el revocatorio se haga, y que el pueblo se manifieste como los colombianos, ya que es una buena forma de manifestación política, puntualizó.
