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Obama a Raúl Castro: Ahora es su turno

Si Castro quiere comenzar un diálogo con Estados Unidos debe empezar por reducir los altos cargos que el gobierno cubano cobra sobre el dinero que se envía desde el extranjero, dijo Obama. Entonces Washington estudiará qué otros pasos se puede dar para poner fin a décadas de distanciamiento entre Estados Unidos y el único país comunista del continente.

«El hecho que Raúl Castro haya dicho que está dispuesto a que su gobierno discuta con el nuestro, no solamente el tema del levantamiento del embargo, sino también los derechos humanos y los presos políticos, es una señal de progreso», dijo el domingo Obama en una conferencia de prensa al final de la Quinta Cumbre de las Américas. «Así que vamos a explorar y ver si podemos dar algunos pasos más.

«Hay algunas cosas que el gobierno cubano podría hacer».

Obama habló con la prensa en la azotea de un hotel, en medio de un calor sofocante, y con un maravilloso paisaje montañoso como telón de fondo. Allí defendió su política de cortesía en lugar de antagonismo y subrayó que su gobierno no está detrás del intento de asesinato contra Evo Morales, presidente de Bolivia.

Obama ha sido fuertemente criticado por algunos republicanos por haberse mostrado demasiado amistoso con el presidente venezolano Hugo Chávez, quien fue parte de un gardeo diplomático a presión para exhortar a un cambio en la política hacia Cuba.

Tras reunirse con la mayoría de los 34 gobernantes de los países que integran la Organización de los Estados Americanos (OEA), Obama dijo que se había avanzado, particularmente con Venezuela y con Cuba. Ahora La Habana deberá tomar medidas adicionales si su intención de mejorar las relaciones con Washington es seria.

«Ellos podrían liberar prisioneros políticos», dijo Obama. «Podrían reducir los cargos a las remesas. . . Resulta que Cuba cobra un montón, les sacan una lasca enorme. Eso sería un ejemplo de cooperación en que ambos gobiernos trabajen para ayudar a las familias cubanas y mejorar las condiciones de vida en Cuba».

Obama señaló que le había llamado la atención la cantidad de líderes en la cumbre que agradecían enormemente la asistencia médica que Cuba brinda en sus países. Estados Unidos, dijo, no presta atención a sus intereses si su único contacto con otros países es en materia de asuntos militares y la batalla contra las drogas.

«Creo que por eso es tan importante que en nuestra interacción, no solamente aquí en las Américas, sino en el resto del mundo, reconozcamos que nuestro poder militar es solamente una parte de nuestro fuerza y que tenemos que usar la diplomacia y la asistencia al desarrollo de manera más inteligente para que la gente vea mejoras prácticas y concretas en su vida como resultado de la política exterior de Estados Unidos».

El lunes pasado, Obama levantó las restricciones que impedían a los cubanoamericanos visitar más de una vez al año a sus familiares en la isla y que limitaba la cantidad de dinero que podían enviar. En la cumbre de este fin de semana casi todos los líderes lo exhortaron a hacer más, como eliminar el embargo comercial a Cuba.

«Aquí todos queremos a Cuba, somos amigos de Cuba y tenemos la esperanza de que Estados Unidos lo sea también», dijo Chávez.

Obama defendió su posición a favor del embargo y admitió que se había opuesto al mismo ‘‘milenios atrás», cuando era senador estatal, en el 2004.

«El pueblo cubano no es libre», dijo Obama. «Esa es nuestra guía y rumbo en la política hacia Cuba».

La visita de tres días de Obama a la región concluyó en una nota desilusionadora en Puerto España cuando ninguna de las naciones miembro firmó la declaración final de la cumbre.

Varios países con gobiernos de izquierda, encabezados por Venezuela, se negaron a firmarla porque excluía a Cuba y no tocaba adecuadamente la crisis económica global. Otros siguieron su ejemplo, porque no se trataba de un documento de consenso.

«Hubiera sido mejor que todos los presidentes firmaran la declaración», dijo Edwin Carrington, secretario general de la Comunidad Económica del Caribe. «Eso muestra compromiso».

Algunos expertos opinaron que la cumbre había sido un éxito de todos modos, en particular para Obama, quien el viernes subió al podio continental bajo una andanada de diatribas sobre la dudosa historia de Washington hacia la región.

Aunque con mucho simbolismo y escasos resultados concretos, Obama alcanzó ventaja al decir que estaba dispuesto a escuchar a sus adversarios y ser cortés con ellos, dijeron los expertos.

«El realismo de Obama llama la atención. Está dispuesto a reconocer que Cuba quiere entablar conversaciones y que podría valer la pena entablarlas», dijo Philip Peters, veterano observador de Cuba y vicepresidente del Instituto Lexington en Virginia. «Obama está señalando un paso que Cuba pudiera tomar para comenzar el proceso».

Reducir los cargos a las remesas sería cosa fácil para Cuba, dijo Peters, porque el aumento fue en respuesta a la decisión del ex presidente George Bush de limitar la cantidad de dinero que los cubanoamericanos podían enviar a sus familiares.

«En la cumbre hubo mucho simbolismo, pero con un mensaje positivo: los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos se impulsan mejor con hechos que con enfrentamientos», afirmó Eduardo Gamarra, de la Universidad Internacional de la Florida, quien siguió de cerca la cumbre como asesor político del presidente dominicano Leonel Fernández. «Obama jugó sus cartas muy bien».

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