Obama recibe a los ejecutivos de BP en la Casa Blanca
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recibirá este miércoles a las 16.15 hora peninsular española a los ejecutivos de British Petroleum (BP) para hablar sobre el vertido del golfo de México. Según informa la Casa Blanca, la reunión, en la que también estará presente el vicepresidente Joe Biden, tan solo durará 20 minutos. Tras el encuentro, a las 16.35, Obama y Biden comparecerán por separado ante los medios, según el programa divulgado por la Casa Blanca. Será la primera vez que Obama se reúna directamente con los ejecutivos de la petrolera británica desde que el 20 de abril se produjera la explosión en la plataforma petrolera, un incidente que ha provocado el peor desastre ecológico de la historia del país.
30.000 embarcaciones recogiendo crudo
El presidente señaló que el vertido es la más «dolorosa» prueba de que su país necesita acabar cuanto antes con la «adicción» a los combustibles fósiles y de que las fuentes de energías renovables son el «futuro». El presidente se mostró en todo momento muy crítico con BP, y en repetidas ocasiones aseguró que esta compañía será la que pague los perjuicios económicos causados por el vertido. «Haremos que BP pague por el daño que ha causado», afirmó Obama. El presidente afirmó que el dinero que pague BP se creará un fondo que no será administrado por la compañía, sino que será por un organismo independiente cuya composición exacta no precisó.
Obama se comprometió a combatir el vertido «con todo» lo que tienen y «durante el tiempo que sea necesario». Además, afirmó que su Gobierno llevará a cabo «un plan de recuperación a largo plazo de la costa del golfo de México tan pronto como sea posible», que de nuevo afirmó que será financiado con dinero de BP. El presidente, que enumeró los esfuerzos gubernamentales puestos sobre el terreno para contener el desastre, como las 30.000 embarcaciones que se encargan de recoger crudo de las aguas o los 17.000 soldados de la Guardia Nacional desplegados en la zona para colaborar en los trabajos de limpieza, prometió poner a disposición de los estados afectados «todos los recursos adicionales» que se puedan necesitar.
Destacadas figuras del Partido Republicano han criticado ya la apuesta de Obama por las energías limpias y por medidas como la prórroga de la moratoria a la explotación de nuevos yacimientos petrolíferos submarinos. En su catastrofista opinión, estas políticas encarecerán los precios de la energía, lo que provocará que muchas empresas abandonen EE UU y se destruyan miles de puestos de trabajo en todo el país. El líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, John Boehner, cree que Obama no debería aprovecharse de la crisis originada por el vertido para crear un impuesto energético a escala nacional destinado a familias y pequeñas empresas que considera «letal para el empleo».
Por su parte, el senador republicano por Louisiana, el Estado más afectado por el vertido, David Vitter, ha afirmado estar «decepcionado» por la negativa de Obama a levantar la moratoria sobre la apertura de nuevos yacimientos petrolíferos submarinos en las costas de Estados Unidos. A su juicio, esta postura está empezando a afectar a la «tambaleante economía de la costa (del Golfo)». Por su parte, un destacado miembro republicano del Comité para los Recursos Naturales del Congreso, Doc Hastings, ha apuntado que en este momento la prioridad del Gobierno ha de ser detener el vertido que afecta a la costa sur de Estados Unidos.
