Actualidad Internacional

Países del G7 buscan dar respuestas a crisis mundial por el coronavirus

Más de 7.400 fallecidos y 180.000 casos de contagios. Estos son los números más recientes que deja a nivel mundial la incidencia del coronavirus, la pandemia que ha impactado la vida del planeta, y por la que los gobernantes de las grandes potencias toman medidas para enfrentar sus consecuencias.

Es el caso de los dirigentes del G7, los países más industrializados y ricos del mundo, que acordaron este «hacer todo lo necesario» a través de «una estrecha cooperación» para dar una respuesta global sanitaria, económica y financiera a la crisis del coronavirus.

Tras una reunión virtual, los países que conforman el G7, Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos -que ocupa la presidencia de turno este año- reconocieron que «la pandemia del covid-19 es un tragedia humana y una crisis global de salud, que también plantea enormes riesgos para la economía mundial».

«Por eso, vamos a movilizar todos los instrumentos disponibles, incluidas las medidas fiscales y monetarias, así como acciones específicas, para apoyar de manera inmediata y tanto como sea necesario a los trabajadores, empresas, y sectores más afectados«, apuntaron en un comunicado.

Rigurosidad francesa

Pero más allá de las medidas con carácter colectivo, cada nación implementa en el ámbito local sus propias decisiones, unas más estrictas que otras. En este sentido, Francia empezó este martes el confinamiento de su población para evitar la propagación del coronavirus en el país, siguiendo los lineamientos anunciados este lunes por el presidente galo, Emmanuel Macron, quien informó que por al menos quince días se reforzarán las medidas para reducir los desplazamientos a lo estrictamente necesario.

«Estamos en guerra, en una guerra sanitaria. Es cierto que no luchamos ni contra un Ejército ni contra una nación, pero el enemigo está ahí, invisible y evasivo, y avanza. Esto requiere nuestra movilización general«, destacó Macron.

A partir de esta jornada, ya no se permiten las reuniones familiares ni de amigos y están restringidos los desplazamientos solo por motivos laborales, médicos o para comprar alimentos.

Asimismo, se movilizarán a más de 100.000 policías y gendarmes para hacer cumplir las medidas de confinamiento, que incluyen multas de unos 150 dólares a quienes no respeten la consigna de quedarse en casa. Los ciudadanos deberán justificar los desplazamientos con un certificado que podrán descargarse en internet o hacer a mano si no disponen de impresora.

Ceñimiento alemán

En Alemania, la situación es similar. La canciller germana, Ángela Merkel, confirmó el cierre parcial de la vida pública «por un tiempo indeterminado» para frenar la propagación de la pandemia de coronavirus.

La decisión, acordada por el Gobierno federal y los «Länder» (cada una de las 16 entidades territoriales que conforman la nación), cambia «por un tiempo indeterminado nuestro día a día» con el objetivo de «evitar los contagios» y ralentizar el avance del covid-19, reconoció Merkel.

La medida implica el cierra de todos los locales comerciales salvo tiendas de alimentación, farmacias y otros establecimientos de artículos de primera necesidad, así como bancos, gasolineras, centros sanitarios, peluquerías y lavanderías.

También se ha prohibido temporalmente los viajes turísticos dentro del país y al extranjero. La semana pasada, el Gobierno federal había optado por «recomendar» el cierre de escuelas, guarderías y universidades, lo que poco después implementaron en cascada todos los «Länder» ante la extensión de la pandemia.

Flexibilidad británica

El panorama varía en el Reino Unido. Ahí, el Ejecutivo ha evitado por ahora decretar algunas medidas drásticas que sí se han adoptado en otros Estados de su entorno, a pesar de las críticas recibidas en los últimos días por un plan aparentemente menos agresivo contra el coronavirus.

«Nuestro objetivo es retrasar y aplanar el pico de la epidemia tomando las medidas adecuadas en el momento correcto, para minimizar el sufrimiento y salvar vidas«, dijo el primer ministro británico Boris Johnson, en una rueda de prensa, flanqueado por su consejero científico, Patrick Vallance, y su consejero médico, Chris Whitty.

Sin embargo, Johnson, pidió a los ciudadanos que eviten cualquier contacto social «no esencial» para minimizar la propagación del coronavirus, aunque eludió por ahora decretar el cierre de comercios o colegios.

El inquilino de Downing Street subrayó que la advertencia es particularmente importante para las personas mayores de setenta años y aquellas con problemas previos de salud, así como para los ciudadanos de Londres, donde la expansión del virus lleva «varias semanas de ventaja» respecto a otras zonas del país.

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