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¿Por qué se termina un matrimonio después de 30 0 40 años?

Estas son las causas más comunes

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La separación del político Al Gore recuerda que un matrimonio puede terminar en cualquier momento.

«Me acabo de separar de mi esposo. Llevábamos 29 años de casados, pero los dos hijos se fueron de casa y ya no tenía nada que compartir con él». La frase la suelta así, espontáneamente, una mujer elegante y tranquila, cuyo rostro delata la cercanía de los 50 años. La recién divorciada decide desahogarse con la desconocida que se sentó a su lado en un desfile de modas.

En sus palabras se nota cierta nostalgia, pero también seguridad y, por qué no decirlo, alegría. «Ha sido difícil enfrentar a familia y conocidos -reflexiona-. Nadie espera que uno se separe después de tanto tiempo».

Y aunque nadie espera que tras superar las bodas de plata (25 años de casado) y arrimarse a las de bodas de oro (50 años), una pareja decida separarse, así parece estar pasando tal y como lo recuerda el caso del político estadounidense Al Gore y su esposa Tipper, que hace unas semanas se dijeron adiós tras 40 años de matrimonio y cuatro hijos.

El caso del ex vicepresidente de Estados Unidos ha sido motivo de análisis y comentarios que han llevado a expertos en relaciones de pareja a calificar el fenómeno como el del ‘divorcio tardío’.

Es decir, aquel que llega en la etapa de la adultez mayor, cuando se supone que las personas empiezan a recoger los frutos de lo logrado y quieren estar con su pareja durante lo que les queda de vida.

Pero no siempre es así. Basados en actualizaciones del censo del 2004 en Estados Unidos, expertos de ese país aseguran que los índices de divorcio han caído en casi todas las edades, menos en los mayores de 60 años.

Señalan que entre las parejas que se casaron entre 1960 y 1964 en ese país, alrededor del 80 por ciento celebra los diez años de matrimonio; el 65 por ciento, los 20 años, y sólo el 55 por ciento alcanza los 40 años.

En Colombia no existen estadísticas comparables, pero sí la percepción de que el fenómeno también se presenta.

«Frecuentemente recibo personas con matrimonios bien establecidos por 25, 30 o más años, que empiezan a cuestionarse si deben seguir juntos; en muchas ocasiones terminan separándose», dice la psicóloga Nelly Rojas de González, autora del libro Ser amigos para ser amantes.

Las causas son múltiples pero en la mayoría de los casos -a menos que se trate de maltrato físico o emocional- ella recomienda tratar de preservar el vínculo.

Y es que al igual que en los divorcios que se dan durante los primeros años de matrimonio, en estas separaciones tardías las consecuencias las pagan los hijos y los nietos. «Muchas parejas deciden quedarse juntas por evitar ese dolor a sus hijos que seguramente no sabrá cómo explicar a los nietos que los abuelos se divorciaron», dice Rojas.

El abogado de familia Carlos Fradique recuerda otras consecuencias igual de desagradables. Al plantearse un divorcio, hay que hacer separación de bienes y lo que usualmente queda de eso son dos personas que juntas sobrevivían económicamente, pero que separadas no lo logran. «Hay que vender la casa o el carro y repartir por mitades. Con lo que cada uno obtiene es seguro que no les alcanza para comprar una casa nueva», explica Fradique.

En cualquier caso y ante diferencias irreconciliables, los expertos sugieren terminar el vínculo de la mejor manera y apostarle al futuro así se tengan canas y nietos.

‘Vivir cosas que no había vivido’

«Desgaste de la relación, falta de respeto, querer mi propio espacio, cuestionarme qué había hecho con mi vida y qué quería hacer en el futuro… ganas de independencia», así resume esta mujer de 55 años las razones que la llevaron a terminar hace cuatro años un matrimonio que duró 31 años y del que quedaron tres hijos.

«Lo más difícil -asegura-, además de enfrentar a los hijos, es la presión social de la familia y los conocidos». Hoy todavía ve gente que le dice que no puede creer que ella se haya separado. «Yo les digo que lo superen, que yo ya lo hice».

Tomar la decisión fue difícil, aunque el desgaste del matrimonio llegó en el último año. Tras el divorcio siguieron dos años difíciles, pero hoy en día piensa que fue lo correcto. «Todos los días disfruto más de mi independencia y de hacer cosas como estudiar y trabajar, que antes no me había planteado».

Cuatro causas de este tipo de divorcio

1. Razones económicas, usualmente es de mujeres que ante una mala situación económica del compañero que no mejora y que él no intenta mejorar, deciden terminar con el vínculo.

2. Un futuro diferente. Suelen planteársela más los hombres que se mantienen física e intelectualmente más activos y que no encuentran en su esposa (que se dedicó a los hijos y se dejó físicamente) una compañera interesante para el resto del camino. En menor medida se la plantean las mujeres.

3. Infidelidad de cualquiera de los dos lados, aunque es más común en los hombres. Una tercera persona se atraviesa en el camino y hace pensar al otro que la relación de matrimonio que mantuvo por años ya no vale la pena, mientras que la nueva relación les ofrece una segunda oportunidad de ser felices en lo que queda de la vida.

4. Peleas permanentes, discusiones repetidas y cada vez más acaloradas por todo: la casa, los hijos, los nietos, la plata, etc. Se presentan mucho en parejas que llevan años juntas y usualmente son superadas.

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