Rajoy quiere un gobierno para afrontar secesionistas catalanes y crear empleo
El candidato a la reelección como presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, pidió el apoyo del Congreso para formar un gabinete que afronte el «desafío» de los secesionistas catalanes y trabaje en favor del crecimiento económico y la creación de empleo.
Después de haber fracasado en su intento de ser reelegido presidente, a primeros de septiembre pasado, Rajoy volvió este miércoles al Congreso con mejores perspectivas, ya que a los 170 votos que tiene asegurados se une la abstención anunciada por los socialistas.
Eso hará posible que salga elegido en segunda votación, el sábado 29, dos días antes de que venza el plazo constitucional para la elección de un jefe del Ejecutivo antes de convocar elecciones legislativas en diciembre.
Los 170 votos de Rajoy proceden de su partido, el PP (centroderecha), que tiene 137 escaños, más 32 de los liberales de Ciudadanos y uno de una parlamentaria regionalista canaria.
Después de diez meses de presidir un Gobierno con competencias reducidas Rajoy pidió la confianza de la Cámara y a cambio ofreció diálogo sobre los grandes temas, como el empleo y el mantenimiento del estado del bienestar, en especial las pensiones.
También ofreció un pacto sobre el sistema educativo, uno de los temas que más han dividido tradicionalmente a socialistas y populares, así como analizar el funcionamiento del modelo del Estado español, basado en la descentralización de competencias en regiones y ayuntamientos.
En este punto subrayó lo que considera el mayor desafío que España tiene ante sí, que es el movimiento secesionista impulsado por nacionalistas catalanes.
Éstos quieren convocar para septiembre de 2017 una consulta sobre la eventual independencia de la región, sea con el aval del Estado sin él.
Rajoy aseguró que defenderá la igualdad de los españoles, la unidad del Estado y la soberanía nacional, aunque se mostró dispuesto a buscar fórmulas que acomoden mejor la necesaria solidaridad territorial.
El candidato no entró a detallas las medidas concretas que propone, ya que las enumeró en su anterior intento de investidura, pero sí puso énfasis en la conveniencia de que haya gobierno de manera inmediata porque unas terceras elecciones en un año causarían «un daño objetivo» a España, en términos de quiebra de la confianza y falta de reformas.
Lo más apremiante es sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado de 2017, porque son «la pieza clave de la política económica» de España.
Si es elegido el sábado, Rajoy remitirá en breve al Parlamento ese proyecto de cuentas del Estado para 2017 así como los objetivos de estabilidad y deuda pública y el límite de gasto no financiero.
Rajoy accedió a la Jefatura del Ejecutivo tras los comicios de noviembre de 2011, entonces con mayoría absoluta, y ahora busca acuerdos en una Cámara fragmentada, con mayorías que requieren la implicación de varios partidos.
Entre ellos el PSOE (85 escaños), que vive con una fuerte división la fórmula aprobada el pasado domingo por su dirección de abstenerse para favorecer la elección de Rajoy en segunda vuelta.
La posibilidad de ser sancionados no arredra a cerca de una quincena de diputados socialistas, partidarios de decir «no» mañana en la primera votación y repetir en la segunda, el sábado.
No obstante, esa posición es minoritaria y la mayoría del grupo se abstendrá para favorecer la elección del candidato del PP, su rival histórico.
El PSOE aducirá el interés general como justificación para ese apoyo, que irá acompañado de la voluntad de acuerdos para modificar las políticas en los últimos años
