Rusia se retirará del Consejo de DDHH tras suspensión
Luego de que se aprobara la suspensión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU por los presuntos abusos cometidos en la guerra con Ucrania, la delegación rusa manifestó que el país se retira voluntariamente del organismo.
Durante la sesión de este jueves, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó excluir a Moscú por las «violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos». La decisión tuvo 93 votos a favor, 24 en contra y 58 abstenciones.
Ante la situación, la delegación informó que terminaría su mandato en el Consejo, al cual le queda más de año y medio. Gennady Kuzmin dijo que la ONU se convirtió en un instrumento de Estados Unidos y sus aliados.
Además, Kuzmin acusó de «minar la confianza» en el Consejo de Derechos Humanos y de usar el discurso de los derechos humanos en contra Rusia pese a que «han estado durante años involucrados en violaciones masivas«. No obstante, aseguró que el gobierno ruso continuará “cumpliendo con sus obligaciones» en materia de derechos humanos.
Como respuesta a estas declaraciones, Sergiy Kyslytsya, embajador de ucrania, dijo: «Uno no dimite después de ser despedido. Eso es exactamente lo que ha pasado con la Federación Rusa».
Segundo país en ser suspendido
El Consejo de Derechos Humanos, con sede en Ginebra, es el máximo órgano de las Naciones Unidas en este ámbito y lo integran 47 países, elegidos para mandatos de tres años.
Desde que hace dieciséis años se creó el Consejo de Derechos Humanos, con sede en Ginebra, sólo otro país había sido suspendido: la Libia de Muamar el Gadafi, en respuesta a la represión de las protestas de 2011, aunque meses después fue readmitida.
En el caso ruso, Estados Unidos y sus aliados argumentaron que Moscú no puede seguir participando en ese Consejo cuando está «subvirtiendo todos los principios básicos» de la ONU con su invasión de Ucrania y cometiendo supuestas atrocidades contra la población civil.
«Rusia no sólo está cometiendo violaciones de los derechos humanos, sino que está sacudiendo los cimientos de la paz y seguridad internacionales«, dijo antes de la votación el embajador ucraniano ante Naciones Unidas, Sergiy Kyslytsya.
El diplomático advirtió a todos los miembros que votar en contra de la iniciativa equivaldría a «apretar el gatillo» contra los civiles ucranianos y sería una muestra de «indiferencia» similar a la que en 1993 permitió que se cometiese un genocidio en Ruanda.
