El conservador Mauricio Macri fue elegido el nuevo presidente de Argentina, según sondeos de boca de urna que se conocieron al cerrar los centros de votación de una elección que enfrentó al candidato oficialista Daniel Scioli y pone fin a doce años de kirchnerismo.
Macri obtenía el 53,5 por ciento de los votos frente al 46,5 por ciento de Scioli, con el 0,8 por ciento de las mesas escrutadas, según Reuters.
Sin difundir cifras, los canales de televisión C5N, América, Crónica TV y los diarios Clarín y La Nación dieron por ganador al empresario que, de confirmarse el resultado, desplazaría del poder al peronismo de centroizquierda que gobierna Argentina desde hace 12 años.
Con el 41,3 por ciento de las mesas escrutadas, Macri lleva el 54 por ciento de los votos frente al 46 por ciento de Scioli, en una tendencia que sería definitiva, según una fuente de la autoridad electoral de Argentina.
Mientras en el búnker de Scioli reinaba la cautela y esperaban los resultados oficiales, en la sede de campaña de Macri el clima era de euforia y festejo seguros del triunfo de su alianza Cambiemos, que forjaron junto con los radicales de la UCR (social-demócratas), reseña la AFP.
«Hay que ser prudentes y esperar, porque los (sondeos a) boca de urna ya se equivocaron la vez pasada», dijo una fuente a Reuters en alusión a la menor cantidad de votos que los sondeos le otorgaban a Macri en la primera ronda electoral.
Scioli, un peronista que gobierna la provincia de Buenos Aires, apostaba a seducir a quienes querían un cambio frente a la gestión de la presidenta saliente Cristina Fernández de Kirchner pero temían que Macri aplique viejas recetas económicas neoliberales que traen malos recuerdos a los argentinos.
Cuando faltaban menos de dos horas para cerrar la elección, Kirchner escribió:
La Cámara Nacional Electoral prevé informar primeros resultados hacia las 19H30 locales y una tendencia irreversible se anuncia hacia las 22H.
El vencedor asumirá el 10 de diciembre, cuando finalice el gobierno de Kirchner (2007-2015) que cerrará un ciclo de 12 años iniciado por su fallecido esposo, el expresidente Néstor Kirchner (2003-2007).
En la primera vuelta, el 25 de octubre, Scioli, un moderado apoyado por la peronista de centroizquierda Kirchner, obtuvo 37,0% de los votos frente a Macri (34,1%).
Macri y su viento a favor
Los sondeos previos vaticinaron un triunfo de Macri en balotaje, aunque mostraron que los indecisos superaban el 11% en este país de 40 millones de habitantes.
«Estamos felices de haber participado de una jornada histórica como esta. Argentina no será igual», indicó Ernesto Sanz, líder del radicalismo, en medio de la fiesta en el búnker de Macri.
Si gana Macri (56 años), será la primera vez que un líder de derecha llega al poder por las urnas en elecciones libres, sin una dictadura que lo sostenga, ni fraudes o candidatos proscriptos.
En su vida democrática Argentina alternó en el poder al Partido Justicialista (PJ, peronista) o la Unión Cívica Radical (UCR, socialdemócrata).
Scioli (58 años) es un excampeón mundial de motonáutica e hijo de un comerciante que urdió una alianza táctica con Kirchner, pero sin su estilo confrontativo ni radical.
Claroscuros
«Nunca hubo 12 años con la estabilidad económica y social que ofrecieron estos gobiernos», se defendió Kirchner tras sufragar en Río Gallegos, 2.500 km al sur de Buenos Aires, en la provincia de Santa Cruz que su esposo gobernó por tres periodos.
El gobierno saliente deja una economía con señales de débil crecimiento, de 2,2% en el primer semestre, una inflación superior al 20% y menguadas reservas en el Banco Central.
El consumo se sostiene con programas de incentivos y ajustes de salarios en negociaciones libres sindicatos-empresas (paritarias).
Los Kirchner reestatizaron empresas de servicios y nacionalizaron la del petróleo. Arreglaron el 93% de la deuda en ‘default’ desde 2001.
Pero el 7% de acreedores, los fondos especulativos (buitres), le plantean un duro litigio en Nueva York.
«El futuro va a ser el que quieran los argentinos, con memoria y con la certeza de que nada es para siempre y que hay que cuidarlo», dijo Kirchner
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