Trump ordena despliegue de la Guardia Nacional para contener disturbios en Kenosha
Cuando faltan menos de 70 días para la realización de las elecciones presidenciales, el próximo 3 de noviembre, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el envío de agentes federales que se unirán a la Guardia Nacional en Kenosha, Wisconsin, para sofocar los disturbios raciales que han sacudido a esta localidad y que se saldaron con dos muertos y un herido, hechos por los cuales fue detenido un joven de 17 años, todo en el marco de las protestas luego de que un policía blanco disparara siete veces contra el afroamericano Jacob Blake, que podría quedar parapléjico.
«No toleraremos los saqueos, incendios intencionados, la violencia y la ilegalidad en las calles de EE.UU. Mi equipo acaba de hablar con el gobernador (de Wisconsin) Tony Evers, que ha aceptado asistencia federal (¡Portland debería hacer lo mismo!)», señaló Trump en su cuenta de Twitter, agregando que los agentes federales y la Guardia Nacional irán a Kenosha, «¡para restaurar la LEY y el ORDEN!», enfatizó el mandatario.
Evers, militante del Partido Demócrata, autorizó el despliegue de la Guardia Nacional, un cuerpo militar en la reserva que debe ser activado por los gobernadores de los estados, en apoyo a las fuerzas del orden locales.
Detienen a presunto autor de las dos muertes
Paralelamente, las autoridades del Condado Lake, en el vecino estado de Illinois, anunciaron la detención de un joven identificado por los medios como Kyle Rittenhouse, de 17 años, acusado de las dos muertes y las heridas causadas a otra persona en un enfrentamiento con manifestantes en Kenosha el martes de noche.
Videos grabados por testigos durante los hechos, publicados por los medios locales, muestran a un joven blanco armado con un fusil disparando contra los manifestantes.
El diario Milwaukee Journal Sentinel indicó que Rittenhouse se enfrenta a cargos de homicidio intencionado en primer grado en los tribunales del Condado de Kenosha.
Padre de Jacob: «mi hijo importa»
Las protestas callejeras comenzaron en Kenosha el domingo al anochecer después de que un policía disparara siete veces en la espalda al afroamericano Jacob Blake. La familia de Blake ha indicado que el hombre, que permanece en estado grave en el hospital, podría quedar parapléjico.
El padre de la víctima, que se llama también Jacob Blake, lamentó que la policía disparara «siete veces, siete veces, como que él no importaba. Pero mí hijo sí importa», añadió. «Es un ser humano, y él importa».
Estos incidentes ocurren tres meses después de la muerte el 25 de mayo del afroamericano George Floyd, asfixiado por un policía blanco, Derek Chauvin, que presionó su rodilla contra su cuello durante 8 minutos y 46 segundos. La muerte de Floyd detonó protestas multitudinarias y disturbios violentos en ciudades de todo el país y que fueron el punto de partida del movimiento internacional conocido como Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan).
Zozobra en Oakland
Y aparte de Kenosha, una nueva oleada de protestas raciales llegó la madrugada del jueves a Oakland, la ciudad con mayor presencia de afroamericanos del área de la Bahía de San Francisco, donde se produjeron disturbios, fuegos y cargas policiales por primera vez desde julio.
Centenares de manifestantes se concentraron en horas nocturnas en las cercanías de la principal comisaría de Policía de la ciudad, que apareció completamente blindada, y desde allí marcharon por las calles de la urbe dejando a su paso cristaleras rotas, barricadas y multitud de pequeños fuegos.
Como es habitual en estas protestas, los manifestantes entonaron los cánticos de «Las vidas negras importan» y «Desmantelen la Policía», pero también se escucharon muchos gritos a favor de «quemarlo todo» y de «destruir el sistema».
