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“Apertura de embajadas no cambiará la realidad cubana”

“Por primera vez en más de medio siglo se escucharon hoy en Washington las notas del Himno de Bayamo y se izó la bandera de la estrella solitaria para dejar oficialmente reinaugurada la embajada de Cuba en los Estados Unidos”, así encabezó este martes su nota de abrir el diario oficial cubano Granma.

En la gráfica, con la que ilustraron el evento histórico, se observa el momento en el cual, luego de izar la bandera, tres uniformados cubanos saludan militarmente. A las puertas de la representación, un nutrido grupo de funcionarios cantan el himno nacional cubano. A la izquierda el numeroso grupo de periodistas y rejas afuera, así como medio centenar de curiosos e invitados que gritaban “Viva Fidel”.

Con este acto protocolar, se cerraron 54 años de la ruptura de relaciones acaecida entre los dos países el 3 de enero de 1961.

El canciller Bruno Rodríguez Parrilla, quien representó en la ocasión al gobierno de Cuba, expresó en el discurso para la ocasión los lineamientos del gobierno de Raúl Castro.

“Soy portador de un saludo del Presidente Raúl Castro Ruz, expresión de buena voluntad y de la sólida decisión política de avanzar, mediante el diálogo basado en el respeto mutuo y la igualdad soberana, hacia una convivencia civilizada”, dijo.

“Ratificamos la voluntad de Cuba de avanzar hacia la normalización de las relaciones con Estados Unidos, con ánimo constructivo, pero sin menoscabo alguno a nuestra independencia, ni injerencia en asuntos que pertenecen a la exclusiva soberanía de los cubanos”, precisó el canciller.

“Persistir en objetivos obsoletos e injustos y sólo proponerse un mero cambio en los métodos para conseguirlos, no hará legítimos aquellos ni ayudará al interés nacional de Estados Unidos ni al de sus ciudadanos. Sin embargo, si así ocurriera, estaríamos dispuestos a aceptar ese desafío”, advirtió.

Finalizado el acto de izamiento de la bandera en la nueva sede diplomática el canciller se dirigió a ella, lo que constituyó la primera visita oficial en más de 50 años.

En este lugar también se izó la bandera cubana, entre las de más de 150 divisas que simbolizan igual número de países que mantiene nexos diplomáticos con los Estados Unidos.

Luego de ser recibido por el secretario de Estado John Kerry y sostener la primera reunión oficial bilateral, los jefes diplomáticos ofrecieron una rueda de prensa conjunta.

En esta reunión con los periodistas, el canciller cubano Rodríguez Parrilla informó que conversó con el secretario Kerry “sobre el estado actual de las relaciones y los avances que se han logrado desde los anuncios realizados el pasado 17 de diciembre, incluyendo la salida de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, donde nunca debió estar y la ampliación de los intercambios sobre temas de interés común (…) como el cese del bloqueo”.

Igualmente se trató “la devolución del territorio ocupado ilegalmente en Guantánamo y el pleno respeto a la soberanía de Cuba, así como la compensación a nuestro pueblo por daños humanos y económicos”, destacó Parrilla.

La mirada del cubano Valentín Arenas

Teniendo como punto de partida lo expresado oficialmente por el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, conversamos con Valentín Arenas, quien es probablemente el cubano de mayor jerarquía del exilio en Venezuela.

Profesor en la Facultad de Derecho de la UCAB, por más de cuarenta años, fue compañero de estudios de Fidel Castro, tanto en el Colegio de Belén como en la Universidad de La Habana.

—¿Qué piensa de la reanudación de relaciones Estados Cuba-Cuba?

—Primero voy a ir más profundo, antes de dar respuesta a la pregunta. Siento que el problema que está planteado, no sólo en Cuba y en Estados Unidos sino en el mundo entero, es que el bien común ha desaparecido de la mente de unos y otros.
El comunismo lo que quiere es tener el poder para después hacer lo que le da la gana y tener dinero. El capitalismo lo que quiere es tener amigos en el poder, para hacer también más dinero.
En otras palabras, el dinero se ha convertido de un poder de cambio en una droga mucho peor que la cocaína, la heroína y la mariguana.
El sistema capitalista está drogado por el dinero y el comunista por el poder, como una manera de tener acceso al dinero a través de la corrupción.
Creo que puede ser que algo favorezca en Cuba, pero no sustancialmente. Raúl (Castro) lo que está viendo es que necesita sobrevivir. La estructura política que tiene en este momento no va a permitir que la desbaraten de ninguna manera.
Que los Estados Unidos mande turistas, eso le da un poco más de dinero (a Cuba), pero la estructura política autoritaria, totalitaria y dictatorial se va a mantener. No van a ceder.
Por parte de Estados Unidos ocurre lo mismo. (Barack) Obama está buscando la manera de acercarse a Cuba como una manera de hacer algo políticamente diferente, y siempre pensando que los negocios son la parte importante en esa nueva relación.
Unos y otros están detrás de esta droga (dinero y poder).

—¿Cómo se acaba con esta droga de dinero y poder?

—Sembrando valores. Como dice el papa Francisco, mientras no se siembren valores en Estados Unidos y en Cuba eso no va a cambiar. A la gente no le interesa el bien colectivo, sino el bien personal, el de cada uno, y si para tenerlo necesitan aplastar al otro, ‘lo aplasto, eso no importa. Estoy sobreviviendo yo y si lo dejo sin dinero, no importa. Estoy ganando yo. Tengo una cuenta bancaria enorme. Eso lo justifica todo’.
Eso pasa en los dos lugares, en Cuba y en Estados Unidos.
En Cuba tienen el poder para tener el control de la economía, eso no lo van a ceder. Será muy difícil que permitan el crecimiento de la economía y el sector privado de una manera tal que después los puedan destruir, eso no lo van a permitir.
En Estados Unidos pasa lo mismo. Obama está buscando que puede sacar cambiando la relación, pero no se va a convertir en salvador de la libertad de Cuba. Esa no es su idea, yo lo veo así.

—¿Qué piensa el exilio cubano sobre esta apertura?

—Creo que hay distintas opiniones, pero la mayoría de los cubanos de Miami no le gusta la cuestión. Son muy republicanos y creen que Obama está vendiendo algo políticamente. Ellos están en Miami y están bien ya, no tienen problemas, pero el que está en Cuba necesita un cambio porque sin eso sigue muy mal la cosa. Tienen la esperanza de que eso suceda, ojalá se concrete. No soy muy adicto a pensar que eso va a suceder.

—¿Es posible un cambio sin justicia?

—Ese es el gran problema. Como lo que guía a la gente es tener más, no es el bien común como diría el papa Francisco, no funciona esa teoría.
El bien común debería ser el objetivo de políticos y empresarios, unos y otros viven en el mismo país. Pero eso supone un concepto mucho más ético de lo que es la política y la economía.
La política no es para tener más poder y nada más, la economía no es para tener más dinero nada más, a las dos le hace falta que se unan en un esfuerzo común para lograr el bien colectivo y no el de un grupo minoritario. Un bien común de verdad es para toda la gente pobre que hoy día está pasando hambre.

—¿Cómo se cambia esa tendencia?

—Hay un problema de cambio de concepción, que es difícil que ocurra pero es lo necesario. Estoy en la misma línea del papa Francisco, en cuanto a lo dicho en su reciente gira por Suramérica.
Fui profesor de Encíclicas Papales en la UCAB, eso se está diciendo hace más de 100 años y nadie les hizo caso. “Cosas de la Iglesia, cosas de los curas”, decían. Ahora resulta que los curas tenían razón.

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