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Decapitaron a rehén surcoreano

A ocho días del traspaso legal del poder a un gobierno de transición iraquí, el surcoreano Kim Sun Il fue el segundo rehén decapitado en Irak en 40 días, luego del estadounidense Nickolas Berg.

La televisión Al Jazira mostró un video en el que se veía a Kim, traductor de árabe e inglés que trabajaba para una empresa de su país que provee víveres a las tropas de Estados Unidos minutos antes de ser decapitado por el grupo Jamat al Tawid wal Jihad (Unión y Guerra Santa), que dirige el jordano Abu Masab Al Zarqawi.

Las fuerzas de ocupación definen al grupo como el brazo de Al Qaeda en Irak.

El cadáver fue encontrado ayer, según la agencia de noticias surcoreana Yanhop, luego de la difusión del video en la que el rehén, de 33 años, llegó a suplicar: «Soldados surcoreanos, fuera de Irak. No quiero morir, mi vida es importante».

Pero el gobierno de Corea del Sur ratificó luego de conocerse la muerte de Kim que mantendrá sus tropas en Irak, aunque ordenó evacuar a todos los civiles, menos aquellos considerados imprescindibles, anunció el Ministerio de Relaciones Exteriores de Seúl.

En el video, uno de los cinco secuestradores que aparecieron en imagen fue terminante al leer un comunicado que decía: «Se lo advertimos. Ahora ven el resultado de lo que hicieron. Paren de mentir, su presencia no es para los iraquíes sino por el maldito Estados Unidos».

Kim, como amante de la cultura y de la lengua árabe, entendía todo mientras hablaban sus secuestradores: estaba atado de pies y manos y vestido con un traje naranja, el mismo que le pusieron a Berg cuando fue decapitado y también igual a los que les ponen a los presos acusados de terrorismo en la base de Guantánamo, Cuba.

En Washington, el presidente George W. Bush afirmó que la coalición no se dejará intimidar por esta ejecución.

«El mundo libre no se dejará intimidar por acciones brutales de esta gente que actúa como bárbaros», dijo Bush luego de recibir en la Casa Blanca al premier de Hungría, Peter Medgyessy.

Bush dijo estar confiado en que Seúl continuará con su presencia en Irak pese a la decapitación del traductor que trabajaba para Gana General Trading, empresa de 12 empleados en el país ocupado que provee víveres y otros productos de primera necesidad a las fuerzas estadounidenses. La familia de Kim informó que además de su trabajo como traductor era un fervoroso cristiano, estudioso de teología, que estaba interesado en la evangelización.

Tras el asesinato del rehén, el presidente de Corea del Sur, Roh Moo Hyun, convocó a una reunión de urgencia del comité de seguridad nacional, que confirmó el envío a Irak en agosto de 3.000 soldados surcoreanos que se sumarán a los 670 actuales, pero ordenó la evacuación de todos los civiles.

El traductor había sido raptado el 17 de junio cuando salía de una base estadounidense en Faluja, ubicada a 60 kilómetros al oeste de Bagdad y bastión de la resistencia de los musulmanes sunnitas.

En agosto Corea del Sur será el tercer país en presencia militar en Irak, tras Estados Unidos y Gran Bretaña.

El grupo que reivindicó la decapitación es Unión y Guerra Santa, de Zarqawi, por quien Washington ofrece una recompensa de 10 millones de dólares, ya que lo considera el hombre de Al Qaeda en Irak.

La decapitación fue perpetrada cuando estaba en marcha una negociación por parte de un mediador iraquí que trabaja para una empresa de seguridad surcoreana, la NKTS y que dijo que el ultimátum se había prorrogado, pero sin saber cuánto.

Sin embargo, dado el caos existente en Irak es posible que el hombre de NKTS haya hablado con alguien que era ajeno al secuestro. NKTS goza de gran prestigio en Seúl y en Medio Oriente. Nada más ni nada menos se ocupa de la seguridad personal de la familia real de Jordania.

El viernes Estados Unidos anunció que destruyó un refugio de la organización de Zarqawi en Flaluja, donde murieron 22 personas que Washington consideraba «terroristas», algunos iraquíes «civiles» y otros «mujaidines extranjeros».

El 11 de mayo fue divulgado un video donde el grupo de Zarqawi mostró la decapitación de Nick Berg, un civil que dijo estar en Irak para tareas de telecomunicaciones.

A Berg le cortaron la cabeza -todo fue filmado- mientras los asesinos gritaban «Allah Akbar» (Alá es el más Grande) y luego la exhibieron como un trofeo.

Hace una semana pero en Arabia Saudita, la filial de Al Qaeda en la península arábiga mostró la decapitación de otro estadounidense, Paul Marshall Johnson, un ingeniero que trabajaba en el sector petrolero, que había sido secuestrado en el reino.

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