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24 años de aquel «Por ahora»

3 y 4 de febrero de 1.992. Un grupo de militares lideraron una rebelión contra el gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez, liderada por el entonces Teniente Coronel Hugo Rafael Chávez Frías.

La «Operación Zamora», como se le llamó desde las bases militares, contó con la participación de dos mil 362 hombres en armas, con 5 tenientes coroneles como cabezas visibles del movimiento, seguidos de 14 mayores, 54 capitanes, 67 subtenientes, 65 suboficiales, 101 sargentos de tropa y 2.056 soldados alistados».

Los participantes, pertenecientes a 10 batallones, formaban parte de las guarniciones militares de los estados Aragua, Carabobo, Miranda, Zulia y el Distrito Federal, y fueron dirigidos por los jóvenes oficiales encabezados por Hugo Chávez y Francisco Arias Cárdenas, así como también Yoel Acosta Chirinos, Jesús Urdaneta y Miguel Ortiz Contreras, entre otros.

La toma de Caracas estuvo bajo la responsabilidad de Chávez, quien dirigió las acciones desde el Museo Histórico Militar de La Planicie, y del teniente coronel Yoel Acosta Chirinos, que comandó las operaciones en la base aérea Generalísimo Francisco de Miranda, en La Carlota. Cerca de las 11:00 pm del 3 de febrero, se escenificaron los enfrentamientos más intensos.

Los principales puntos estratégicos de la capital, que sirvieron de escenario para las operaciones, fueron:

• La Residencia Presidencial de La Casona en La Carlota.
• El Palacio de Miraflores.
• El Fuerte Tiuna.
• Las Comandancias Generales del Ejército y la Armada.
• El Comando Regional número 5.
• El Comando de Seguridad Urbana de la Guardia Nacional.
• La sede de la Disip en el Helicoide.
• La sede de la Comandancia de la Policía Metropolitana en Cotiza.
• La sede de Venezolana de Televisión en los Ruices.
• La Base Aérea Francisco de Miranda.

 

24 años después

Cerca de la 1:00 pm del 4 de febrero, y como parte de las condiciones de la rendición, se transmitió por televisión un mensaje de Hugo Chávez, cuyo propósito era reconocer el fracaso del movimiento insurgente y desmovilizar las fuerzas del Zulia, Aragua y Carabobo, «a fin de evitar un mayor derramamiento de sangre».

Saludó con calma a los venezolanos, felicitó en los mejores términos a sus subordinados, reconoció su derrota, y se refirió a la posibilidad de «nuevas situaciones».

«En primer lugar quiero dar los buenos días a todo el pueblo de Venezuela” (…) «Compañeros: lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital; es decir, nosotros aquí en Caracas no logramos controlar el poder” (…) «vendrán nuevas situaciones. El país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un camino mejor”.

Revivamos aquel «Por ahora»:

 

¿Las consecuencias?

El presidente del momento, Carlos Andrés Pérez, decretó la suspensión de las garantías constitucionales. Al día siguiente, en la reunión del Congreso, el expresidente Rafael Caldera rompió la unanimidad que existía entre los parlamentarios que apoyaban al Poder Ejecutivo, para criticar la situación del país y desestimar la interpretación de magnicidio que defendía Pérez. Este discurso sirvió para aumentar su popularidad, lo que le permitió ganar las siguientes elecciones presidenciales.

Los militares involucrados fueron juzgados y hallados culpables de rebelión. Algunos fueron sobreseídos, otros dados de baja y el resto encarcelados, para después ser finalmente indultados por el gobierno de Caldera en 1994. Entre los indultados se encontraba Hugo Chávez.

Y lo demás, ya es historia conocida…

 

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