Opinan que discurso de Cabello muestra la escisión del chavismo

A menos de dos meses de llevarse a cabo las elecciones parlamentarias -que para muchos serán la prueba de fuego del Gobierno, por considerarlas plebiscitarias- el segundo hombre más fuerte del chavismo, el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Diosdado Cabello, declaró que estaría dispuesto a irse del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) si llega a considerarlo necesario, pero que jamás se iría de la izquierda o de la revolución.

Armando Durán, ex canciller y columnista de opinión avezado en temas políticos, no vincula la frase en el contexto electoral sino en la condición del PSUV puertas adentro en los actuales momentos: “lo que demuestra esta frase es que una cosa es el Gobierno, otro el régimen y otra la revolución. La declaración pone en evidencia la profundidad de la crisis interna del chavismo”.

Durán asegura que con Chávez el liderazgo era “indiscutido e indiscutible”, pero ahora con Nicolás Maduro en el poder, el escenario es otro: “Cabello fue militar del 4 de febrero y Maduro no; en el mejor de los casos Maduro es un igual entre sus pares, Chávez no era par de nadie”.

Asegura que si el país no aguanta la situación política-social actual hasta el 2019, el chavismo tampoco.  “No existe un discurso oficial, Cabello desliza que no existe una unidad orgánica del chavismo, imprescindible para que exista esa política oficial. Nadie se atreve a opinar y el que lo hace dice disparates como los de Jacqueline Farías o del gobernador Francisco Rangel Gómez; el propio Maduro es un inconstante”.

Considera que este es un problema de individualidades y de tendencias. “Alberto Müller decía, antes de que muriera Chávez, que en el Gobierno había un nido de víboras… siempre en los partidos han existido, no se está descubriendo el Mediterráneo, lo que importa es cómo se llega a la cúpula”, añade el experto.

De opinión similar es el profesor de la Universidad Simón Bolívar (USB), Benigno Alarcón, para quien Hugo Chávez era la garantía de la  unidad del sistema y de todos los que cohabitaban en él. “La declaración es un indicador, independientemente del contexto que se haya producido, de la debilidad que existe dentro del liderazgo del partido de gobierno para mantener unificado a los diferentes actores, bajo el mismo partido, colores, y liderazgo”.

Sin embargo, apunta que también puede estar ocurriendo que Cabello “simplemente esté solicitando algo a sus compañeros de partido, al Presidente o a la cúpula del PSUV y se le está negando por lo que de alguna manera quiere poner presión sobre si no se hace lo que dice, siendo un actor principal de este proceso, pues también está dispuesto a irse”.

El analista puntualiza que no tiene claro el contexto en el que se produjeron las declaraciones por lo que indica que otra posibilidad es que Cabello esté apelando a apuntalar, de cara a las elecciones, la lealtad en torno a un mito de un líder que no está presente. “Se ha intentado también en el contexto de otros procesos electorales, no hay que olvidar lo que ha sido el caso del peronismo en la Argentina u otros procesos en otras partes del mundo”.

Insiste en que el objetivo podría ser el de repolarizar al grupo más leal al proceso, en torno al mito de lo que fue y en torno a un grupo de personas que dicen estar trabajando por el proyecto original del chavismo.

Si se trata de capitalizar votos, en el marco de lo estrictamente electoral, Alarcón se inclina por pensar que esta vez la acostumbrada fórmula de los rojos no funcionará: “lo que se está viendo en estudios de opinión es otra cosa, vas a tener un porcentaje de chavismo que se mantiene leal a los ideales pero no apoyan a los que dicen representarlo”.

“Puede haber un chavismo oficialista y uno no oficialista por ello Cabello puede estar dirigiéndose al chavismo  que no se siente identificado”, acota.

Alarcón hace un paréntesis para señalar que este análisis no quiere decir que del lado de la oposición la mesa esté servida para el triunfo electoral: “las elecciones solo se ganan el día de las elecciones. La oposición tiene una muy buena oportunidad de poder derrotar al Gobierno, una que no ha tenido en mucho tiempo, pero hay contras como por ejemplo que no haya las vías para hacer llegar su mensaje”.

Transición dentro del chavismo

Durán aclara que nadie maneja información exacta de lo que pasa en el mundo del chavismo, entre otros factores, porque no hay prensa libre, ni acceso a la fuente, ni libertad de información, pero que en todo caso, las conjeturas se hacen en base a ciertos elementos que los mismos militantes del chavismo dejan ver.

“No hay una ideología ni un partido político, Chávez no la tenía, lo de él era un discurso. Lo que está planteado ahora es el reemplazo de Maduro por un nuevo gerente pero las declaraciones de los mismos voceros gubernamentales solo dan una posibilidad, la transición es dentro del chavismo”.

Señala que por ahora no se vislumbra una fórmula de una mayoría ni oficialista ni opositora que pueda garantizar la gobernabilidad en el país. “El chavismo no va a entregar así no más el poder militar y político y  por otro lado, la Mesa de la Unidad Democrática está en plena decadencia, el Gobierno y la oposición son dos empresas quebradas que verán solo manifestarse el voto castigo el 6D”.

Para Durán el chavismo está consciente de que tienen elecciones aritméticamente perdidas y no pueden permitirse el lujo de perder el poder porque sino ¿para qué les han servido estos 16 años? “El punto de inflexión ha sido la degradación del chavismo que arranca con la enfermedad y muerte de Chávez y culmina con la Nicolás Maduro como presidente de la República”.