Chávez recibe a Uribe para concretar una agenda para la paz
«Mañana (hoy) tenemos la visita del presidente de Colombia», dijo esta noche Chávez en un discurso pronunciado ante partidarios apostados ante el palacio de Gobierno, que abuchearon su anuncio.
«Ustedes no deben olvidar que nosotros tenemos responsabilidades de Gobierno y de Estado y estamos obligados a recibir a cualquier presidente de cualquier país de Latinoamérica y con Colombia (…) debemos mantener las mejores relaciones», dijo tras remarcar que, «en el marco del respecto, bienvenido el presidente de Colombia».
Chávez no hizo alusión a los asuntos que tratará con Uribe, que según los acuerdos alcanzados entre Maduro y Bermúdez el 18 de marzo, también en la capital venezolana, incluirá la creación de un fondo común de 200 millones de dólares, que cubrirán a partes iguales ambos países vecinos, para proyectos de interés común.
El fondo intensificará el intercambio comercial, que, pese a los altibajos políticos de la relación bilateral, llegó el año pasado a 7.200 millones de dólares, favorable en 6.000 millones a Colombia.
La cita presidencial deberá registrar, añadieron ambos ministros hace casi un mes, un acuerdo adicional para que el intercambio comercial sea pagado en las monedas nacionales, colombiana y venezolana.
En las últimas horas se ha insistido desde Colombia en que Uribe abogará ante Chávez por el fin de las limitaciones venezolanas a las ventas colombianas de alimentos y vehículos.
Las importaciones venezolanas de vehículos colombianos llegaron a 15.000 unidades el año pasado, frente a las 45.000 de 2007, y este año no hay registro de este rubro, como tampoco del de pollos y huevos.
A ello se ha sumado la queja de Bogotá por la demora en el pago de exportaciones por un monto no revelado, con divisas que el Estado venezolano debe desembolsar en el marco de un control estatal de cambio en vigor desde inicios de 2003.
Del encuentro presidencial, el segundo del año tras el celebrado en enero pasado en la ciudad colombiana de Cartagena, también se espera que salgan acuerdos para el intercambio de combustibles en la frontera, asistencia eléctrica, desarrollo de biocombustibles y de gas domiciliario y para vehículos, igualmente anunciados en marzo.
Tanto en Caracas como en Bogotá se ha informado de que Chávez y Uribe pasarán revista además a las obras en marcha para que un gasoducto lleve a Colombia a partir de 2012 gas natural venezolano.
También se prevé el anuncio de un acuerdo que regule el comercio tras el retiro de Venezuela de la Comunidad Andina, que Chávez achacó a un acuerdo comercial que Colombia negociaba con Estados Unidos.
En su reunión con Maduro, Bermúdez le entregó «un documento de trabajo» sobre ese acuerdo de complementariedad económica, sobre el cual Caracas anunció entonces que fijaría una posición en el transcurso de una semana, algo de lo cual no han trascendido detalles.
El encuentro presidencial también permitirá que se anuncie la fecha de la llegada a Bogotá del nuevo embajador venezolano, Gustavo Márquez, luego de que hace diez días presentara en Caracas sus cartas credenciales la nueva representante diplomática de Colombia, María Luisa Chiappe.
Las sedes diplomáticas quedaron sin titulares tras la crisis que dejó el bombardeo de Colombia a un campamento guerrillero en Ecuador hace un año en el que murió «Raúl Reyes», número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En solidaridad con Ecuador, Chávez retiró a su embajador en Bogotá y ordenó la salida del colombiano en Caracas tras acusar a Uribe de pretender convertir a Colombia «en el Israel de América Latina», con «irrespetos» a la soberanía de sus vecinos.
El asunto volvió a complicar las relaciones hace pocas semanas, cuando el ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, defendió esa política de «persecución en caliente» más allá de sus fronteras, y fueron anunciadas unas fumigaciones aéreas de cultivos de coca que inicialmente se dijo que afectarían la frontera común.
Chávez indicó al respecto que tenía «un buen nivel de comunicación» con Colombia y que Bogotá le confirmó que la fumigación afectaba a una zona situada a más de 30 kilómetros de la frontera, que es la distancia acordada entre ambos países para ello.
