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Clínico Universitario en terapia intensiva, ¿cuándo actuará el gobierno? (parte I)

Venezuela es el país de Latinoamérica en el que las políticas gubernamentales  han desencadenado el deterioro de todas las instituciones y los servicios públicos. Las crisis humanitaria y económica crearon una realidad donde sólo existe un escenario desolador que comenzó a profundizarse desde 2010, hasta llegar a un 2019 con índices de pobreza extrema de más de 80%, según Cecodap y Encovi.

A partir de entonces, Venezuela vive un retroceso que nos ha llevado a vivir unos 25 a 30 años atrás en materia de salud. La corrupción en la administración de hospitales y los organismos abocados a atender la salud en el país son abrumadores, registrados por la ONGTransparencia Venezuela en más de 74,4%. La escasez de medicamentos, la aparición de enfermedades que se pensaban erradicadas como la malaria, difteria y escabiosis, además de la grave situación de deterioro de los hospitales públicos mantienen a Venezuela en una crisis sin precedentes.

Según Transparencia Venezuela, 1.764 millones de dólares fueron destinados al sector salud desde 2017 por el gobierno nacional, ¿en qué se invirtieron?

Según la ONG, «la mayoría de los centros de salud públicos no cuentan actualmente con condiciones que garanticen una atención mínima adecuada, debido a la disminución de cerca del 79% de sus medios para prestar servicios de diagnóstico, tratamiento e intervenciones quirúrgicas.

La pérdida de más del 80% del personal médico y la precariedad en la que se encuentran su infraestructura y equipamiento «son producto de un franco deterioro. El 89% de paralización de equipos de diagnóstico y tratamiento, así como fallas constantes de agua y energía eléctrica marcaron el 2018 y la entrada de 2019 con tragedias como la sucedida recientemente en el Hospital Clínico Universitario de Caracas HCU. 

Hospital Universitario – 7 muertos tras una nueva falla eléctrica

cortesía de NTN24

El pasado sábado 12 de enero de 2019, las ambulancias se movilizaron para trasladar a los pacientes quienes se encontraban en las unidades de cuidados intensivos y de emergencia, hacia otros centros de salud. Los bebés quienes se encontraban en terapia pediátrica fueron cargados por las enfermeras para proporcionarles ventilación manual. Las enfermeras de guardia aseguran que fue la noche más oscura y más larga que ha vivido el hospital.

Fue una noche espantosa, nunca había vivido algo así. Estuvimos toda la noche en vilo y 12 horas sin luz.

Los breakers de la electricidad se dispararon en horas de la tarde, aproximadamente a las 4:30 pm. Según la reseña de Efecto Cocuyo el testimonio de una de las enfermeras relató los hechos vividos aquella noche del 12 de enero «(…) En Obstetricia, en el piso 10, tuvimos que envolver a los recién nacidos en mantas y cargarlos para darles calor corporal porque las incubadoras se apagaron. Esa noche hizo mucho frío, (…) incluso había bebés prematuros en el retén. Hubo un bebito que lo trasladaron al materno-infantil de Petare».

El HCU se mantuvo unas 12 horas sin servicio de electricidad debido a que las plantas eléctricas del centro asistencial no respondieron. El ministro de Salud Carlos Alvarado informó que 12 pacientes fueron trasladados a otros recintos hospitalarios, sin dar más detalles. Más tarde, el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, se trasladó al hospital la noche del sábado para manifestar su apoyo y aseguró que la avería se debió a «(…) una falla interna y no a Corpoelec».

Al ser consultado sobre por qué habían fallado los sistemas de contingencia, por un reportero de NTN24, respondió «(…) eso debía preguntárselo al director de la institución».

El 14 de enero, tras la presentación de la Memoria y Cuenta de Nicolás Maduro en su segundo período como presidente de Venezuela, aseguró en su alocución ante la Asamblea Nacional Constituyente ANC, que la interrupción del servicio se debió a «(…)un sabotaje de grupos terroristas». 

La destitución del director «al que le gustan las garotas»

Luego de la emergencia vivida aquella noche en el hospital universitario, la mañana del lunes 14 de enero los trabajadores del hospital se reunieron en el lobby del hospital en el que se encontraban enfermeras, médicos, camareras y representantes sindicales. «Solicitamos la destitución inmediata del director, el doctor José Fernando Alvarado, su cuerpo directivo y los jefes de departamento», dijo David Blanco, tesorero del sindicato HUC-sunep ante los medios de comunicación social.

Blanco informó que el ministro de Salud Carlos Alvarado sostuvo una reunión con el director del Hospital Universitario en su despacho. «El viceministro Armando Marín también visitó el recinto hospitalario tras los hechos ocasionados por la avería eléctrica».

Lo cierto es que en el mes de diciembre, el director del hospital José Fernando Alvarado y su equipo celebraron una fiesta privada en la oficina de la directiva del hospital. Unos músicos tocaron para que los directivos se deleitaran, mientras una garota les bailaba, fiesta en la que se invirtió, según las declaraciones de los mismos empleados del hospital de manera extraoficial unos 27 millones de Bs.S.

Las críticas no se hicieron llegar. Ya desde noviembre de 2018, había circulado a través de las redes sociales un documento que habría sido firmado y sellado por el subdirector del Hospital Clínico Universitario, Pablo Castillo, donde se negaba la adquisición de «(…) una donación de insumos y medicamentos», que subsanarían de alguna manera la crisis económica que vive el hospital.

Tras la gestión errática del presidente José Fernando Alvarado, el gobierno nacional a través de la vicepresidenta Ejecutiva de la República Delcy Rodríguez, se procedió a la destitución de Alvarado para nombrar al coronel Earle Siso como nuevo director del Hospital Clínico Universitario. 

La vicepresidente Delcy Rodríguez informó vía twitter sobre el nombramiento de una junta interventora en el centro asistencial tras lo que calificó como «ataques extremistas» que buscan «socavar el derecho a la salud» de la población. «En esta nueva etapa garanticemos máxima eficiencia», señaló la vicepresidenta en declaraciones.

Imagen: Coronel Earle Siso, nuevo director de HCU

Clínico universitario en terapia intensiva

Foto: Archivo

La crítica situación del Hospital Clínico Universitario, HCU, no es nueva. Desde los gobiernos de la llamada 4ta República ha sido un centro de salud muy poco asistido por los gobiernos de turno. Con las llegada de los gobiernos revolucionarios de la 5ta República, la crisis en la que estaba sumergido el hospital, se recrudeció.

El presupuesto asignado para el sector salud fue según La ONG, Transparencia Venezuela de 1.764 millones de dólares en 2017, lo que nos lleva a pensar en la corrupción que corroe los organismos del gobierno nacional del que dependen los hospitales públicos tras observar su acelerado deterioro en 2018 y para 2019.

Este año, se espera un 200% de ese presupuesto de aumento de lo asignado en 2017, para poder solventar la profunda crisis que viven los hospitales en donde no hay garantías para suministrar las condiciones necesarias con las cuales prestar una atención mínima adecuada en los centros de salud. En el HCU, cerca del 68% de sus medios de sus servicios de diagnóstico, tratamiento e intervenciones quirúrgicas están suspendidos.

El déficit del presupuesto, la escasez de medicinas, de insumos, los bajos salarios, los daños de la infraestructura del hospital, la carencia de servicios básicos de agua y energía eléctrica, la emigración de médicos y enfermeras, y en general la crisis sanitaria que se viene produciendo en el país, han hecho del hospital apenas un centro de salud que trabaja en un 15% de su capacidad. 

Luego de los hechos suscitados recientemente en el HCU, sus trabajadores se declararon en paro indefinido por «(…) los supuestos hechos de corrupción que viene realizando la directiva del centro de salud desde hace varios meses». Ya desde el pasado lunes 07 de enero, médicos y enfermeras, así como personal obrero se reunió en una asamblea colectiva para protestar con una huelga general. 

Imagen:Punto de Corte

Los trabajadores aseguraron que «(…) los directivos de la institución hablaron de cobros de miles de dólares relacionados a los servicios que presta el hospital y las presuntas relaciones mafiosas que tienen con entes ministeriales», lo que denota graves delitos dentro de la institución por presuntos hechos de malversación de fondos y corrupción por parte de los directivos del hospital.

Deterioro de las instalaciones  

Imagen de El Estímulo

Mario Patiño, jefe del Departamento de Medicina del Hospital Clínico Universitario HCU, habló de las deficientes condiciones en las que se encuentra la institución. En entrevista con César Miguel Rondón en el circuito Éxitos de Unión Radio, Patiño aseguró «(…) el HCU tampoco recibe agua potable 4 de los 7 días de la semana». Según Patiño, «(…) Es un hospital de 1.500 camas y si ésta es la condición del HCU, cómo estará el resto del sistema público de salud (…) Es un problema estructural ante unas autoridades sin capacidad de respuesta».

La falta de servicios básicos como agua y luz necesarios para que pueda funcionar el hospital lo mantienen en deficiente condiciones de salubridad. Así mismo, las 1.500 camas que existen no son suficientes para la cantidad de pacientes que llegan a diario tras el padecimiento de enfermedades crónicas y de emergencias.

Foto:archivo

Los sanitarios en general funcionan sin servicio de agua y las salas y pisos del hospital en ocasiones, no tienen energía eléctrica para trabajar. El servicio de suministro de desayunos y almuerzos para los pacientes fue cerrado desde hace unos años, y si funciona, lo hace con insumos básicos.

La falta de insumos, material, equipos médicos y salas debidamente acondicionadas para mantener el óptimo funcionamiento del Hospital Universitario definitivamente no son los adecuados y mantienen al hospital en una crisis de emergencia que es la misma en la que se encuentra el país. 

Fotos Francis Peña/HCU

La crisis del sector salud en Venezuela es signo de la profunda crisis en la que también está sumergido el pueblo venezolano. Los hospitales públicos viven a diario la dejadez de un gobierno que parece no atinar con la aplicación de unas políticas públicas realmente funcionales. La corrupción, la malversación de fondos, la cleptocracia y la burocrática cúpula militar que es designada a dedo por el gobierno nacional en cargos públicos y en hospitales del país, mantienen a Venezuela en medio de instituciones que se manejan bajo criterios sórdidos y paradójicos.

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