Actualidad Nacional

Dávila tomó poseción del Ministerio de Relaciones Exteriores

Nos reunimos hoy en esta histórica casa para compartir una ceremonia profundamente significativa en estos tiempos nuevos y fecundos de la V República. En efecto, el Sr. Presidente de la República, haciendo uso de las facultades que le prevé la Constitución Bolivariana, ha decidido de manera libérrima designarme Ministro de Relaciones Exteriores. El hecho de ser designado Canciller significa un honor para cualquier ciudadano. Desde el mismo momento que se me transmitió esta designación, la reflexión profunda ha ocupado mi mente y la noción inmensa del compromiso y de la responsabilidad han templado mi espíritu y mi voluntad pues, recobrado de la sorpresa inicial y comprometido, con este país en general y con este proceso en particular, estoy obligado a asumir el reto y a satisfacer con creces la confianza que el Sr. Presidente ha depositado en mí y las expectativas que todos los ciudadanos tienen puestas en nosotros.

El propósito de una política exterior debe ser el de contribuir a la realización de los fines del Estado por vía de las relaciones internacionales.

Sres. Embajadores, Sres. Funcionarios, amigas y amigos, no me cansaré de repetir que al pueblo venezolano se le presentó a consideración una propuesta de gobierno, y éste pueblo la asumió y la suscribió cuando, en un ejercicio eminentemente libre y democrático, votó abrumadoramente a su favor; .

Grosso modo se hablaba allí de cinco equilibrios fundamentales:

a. EL EQUILIBRIO POLÍTICO: Que nos convoca a construir la Democracia Bolivariana. Allí nuestra propuesta fué la de conducir una Revolución pacífica y democrática. La nueva Constitución define el marco general de las relaciones del Estado con los ciudadanos. Se está transformando el marco institucional para cristalizar el Estado democrático, social, de derecho y de justicia.

b. EQUILIBRIO ECONÓMICO: En el cual propusimos dinamizar la economía venezolana pero con criterios humanistas, autogestionarios y competitivos. La disminución de la inflación, la estabilidad del bolívar, las altas reservas internacionales y la estabilidad y justicia en los precios petroleros constituyen una plataforma necesaria, aunque no suficiente, para alcanzar la justicia social. El cambio estructural de una economía rentista a otra de tipo productivo permitirá mejorar de manera rotunda la calidad de vida de la mayoría de los venezolanos.

c. EQUILIBRIO SOCIAL: Orientado no sólo a corregir las enormes diferencias que afectan a nuestra sociedad con su gran carga de exclusión e injusticia social, sino que se orienta al desarrollo pleno del ciudadano en los aspectos relacionados con el ejercicio de la democracia; es decir, que la esencia de esta revolución democrática consiste en lograr, a través de la reivindicación y recuperación del espacio público, la vinculación de lo meramente político con todas las decisiones que afecta lo cotidiano de cada venezolano.

d. EQUILIBRIO TERRITORIAL: Al cual pretendemos llegar a través de un ordenamiento territorial racional y planificado como política fundamental del Estado. El adecuado uso y ocupación del territorio nos permitirá mejores condiciones para los venezolanos. La descentralización desconcentrada y el ejercicio de la dinámica regional. Y el,

e. EQUILIBRIO INTERNACIONAL: El mundo de hoy se enfrenta, como una cuestión de supervivencia, al imperativo de superar el modelo de la Globalización resultante de la proyección del neoliberalismo en el ámbito internacional. Dentro de él se abre paso, de manera alternativa un modelo democrático y justiciero de bienestar nacional y local, que pretende rescatar valores, humanos y espirituales, mediante el establecimiento de una cooperación internacional solidaria. Pareciera que hoy en día se está inaugurando el tiempo del liderazgo de la sociedad civil, no comprometida con los grandes poderes económicos y políticos. El respeto a la autodeterminación de los pueblos, el fortalecimiento del diálogo Sur-Sur, el criterio de la multipolaridad del mundo actual, la consolidación de la presencia de Venezuela en el ámbito internacional y el ejercicio de la diplomacia económica son, en conjunto, el norte de nuestra política exterior reciente.

. Quiero manifestar mi aval y mi compromiso en su continuación.

Hoy la diplomacia venezolana es observada con sumo interés y respeto en todas partes del mundo, por su dinamismo, su apego a las normas del derecho internacional y por su disposición a promover un mundo multipolar y solidario.

Venezuela ha puesto particular énfasis en su soberanía nacional, en el fomento de la integración y en la revalorización del diálogo.

Hoy, y me estoy refiriendo a la brillante gestión del Dr. José Vicente Rangel, Ministro de la Defensa, nuestro país comienza a recoger frutos de haber procurado, desde el primer momento de su gestión, el relanzamiento de una diplomacia activa y eficiente, comercial, económica y financiera; la revitalización de la política de bloques regionales; una política más audaz frente a actitudes hegemónicas internacionales y la transformación de la estructura interna de la Cancillería, imprescindible para hacer posible los cambios planteados.

El relanzamiento de la política activa y eficiente se puso en práctica, con la realización de multiples viajes internacionales del Señor Presidente de la República a los distintos continentes, en los que fue acompañado por delegaciones empresariales del sector público y privado, con el objeto de promover un mayor intercambio comercial con los países visitados.

Los resultados de estos viajes y del relanzamiento comercial de Venezuela con sus países amigos, se ha concretado en hechos como las compras que hoy está realizando China de Orimulsión, o las inversiones que está haciendo en otras áreas de explotación de hidrocarburos en el país. De la misma manera, Brasil ha incrementado sus inversiones en Venezuela y como ejemplo están su participación en la construcción de la línea 4 del metro de Caracas y en el nuevo puente sobre el Rio Orinoco.

La incorporación más activa de la Cancillería en la promoción económica del país también tuvo su expresión en el relanzamiento de la OPEP, impulsado por Venezuela, desde que asumió el poder el Presidente Chávez. La Cancillería presidió la Comisión Organizadora de la II Cumbre de Soberanos y Jefes de Estado de los Países Miembros de la OPEP celebrada en Caracas y jugó un papel fundamental en el desarrollo de esa cumbre, al lado de otras instituciones del Estado, como el Ministerio de Energía y Minas, PDVSA, y los ministerios del Interior y Justicia, del Ambiente y de la Defensa.

A la Cancillería le correspondió iniciar la ejecución de la nueva estrategia diplomática orientada geográficamente hacia lo que se denominó las cuatro fachadas fundamentales: La Atlántica, La Caribeña, La Andina y La Amazónica, y que tienen sus puntos neurálgicos en Guyana, Brasil, Colombia y el Caribe, vecinos y socios naturales.

Venezuela y Guyana acordaron en este marco crear la Comisión Binacional de Alto Nivel (Coban) y el Consejo Binacional Empresarial, los cuales propician nuevas iniciativas y actividades para la expansión, fortalecimiento y avance de los vínculos entre las dos naciones, más allá de nuestras diferencias limítrofes.

Con Brasil, además del incremento del intercambio comercial bilateral, y el interés de Venezuela en intensificar la relación con este país en todos sus órdenes.

Particularmente se impulsó con Brasil la búsqueda de una mayor integración latinoamericana, mediante el acercamiento de la Comunidad Andina de Naciones con Mercosur, altamente propiciado por Venezuela.

Nuestra relación con Colombia, con todo lo compleja que es, por los numerosos temas que ella conlleva, es hoy más digna, más clara, más transparente, a veces más emotiva, pero también porque es hoy más afectiva. Con Colombia, se han atendido cuidadosamente todos los aspectos de esa relación, que es tan importante para Venezuela por la condición de países históricamente hermanos, vecinos inseparables y, hoy por hoy, por tener en Colombia a nuestro segundo socio comercial.

Venezuela ha estado contribuyendo activamente a la paz en Colombia, prestando su territorio a las diferentes partes involucradas en la actual situación de ese país, en la búsqueda de un entendimiento que nos interesa como primeros afectados fuera de la nación hermana, además de interesarnos como país bolivariano.

Ha sido fortalecida, y es nuestro interés profundizar la nueva política de Venezuela hacia el Caribe, mediante la cual se propició una posición de reciprocidad solidaria con Cuba, con la Asociación de Estados del Caribe, con el Caricom, con los países centroamericano-caribeños, una de cuyas expresiones han sido los acuerdos complementarios en el área de la energía, a través de los cuales Venezuela provee de crudos y productos petroleros a estas naciones, a los mismos precios, pero con facilidades de pago, asumiendo solidariamente su responsabilidad como potencia energética de la región.

Con respecto a Estados Unidos, se acentuó una relación de amistad y de buena voluntad hacia ese país, pero con claras manifestaciones de independencia y autonomía en la elaboración y desarrollo de nuestra política exterior en el mundo. La buena voluntad y la racionalidad de esa relación, históricamente de mucha relevancia para Venezuela, se expresó desde el primer año de gestión a través de la aprobación por parte del entonces Congreso de la República del acuerdo con Estados Unidos para evitar la doble tributación, tras un efectivo impulso efectuado por el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Este acuerdo, además de estimular nuevas inversiones de empresas estadounidenses en Venezuela, permite que las empresas venezolanas en ese país cancelen apenas 5 por ciento de impuestos en los Estados Unidos.

El Sr. Presidente de la República, Hugo Chávez, ha visitado Estados Unidos ya cinco veces, en dos años, lo que da una idea de la importancia que Venezuela le ha otorgado a esa relación.

Dirigiéndome al personal del Ministerio de Relaciones Exteriores, quiero citar el extracto de una carta que en Septiembre de 1921 le dirigió el Canciller Pedro Chacín Itriago al entonces Cónsul de Venezuela en Ginebra:

Cito: “USTED SABE COMO SON LAS COSAS EN ESTE PAÍS, Y ME VEO EN LA NECESIDAD DE REEMPLAZARLO, PERO APROVECHARÉ LA PRIMERA OCASIÓN PARA UTILIZAR SUS BUENOS SERVICIOS”

Ese cónsul señores, ya por aquellas lejanas fechas escribía: “Las circunstancias históricas obligan al mundo a dirigirse hacia la América tropical …”. Él se llamaba Alberto Adriani.

Con esos criterios ha topado en muchas ocasiones la diplomacia venezolana.

Como viene siendo ya costumbre en este Ministerio y particularmente en esta casa de la política exterior, su conducción debe ser dirigida con absoluta seriedad, con sobriedad, con dedicación, apegados a un patrón de comportamiento volcado fundamentalmente hacia la acción en procura del logro de los objetivos del interés nacional en todas las áreas de la gestión del Estado, entre ellas, la administración de la política de personal de este Ministerio.

Les pido su apoyo, necesito de su apoyo, pero también les dejo saber algunos de mis criterios.

Creo que la formulación y ejecución de la política exterior exige conocimiento y capacidad de gestión.

Conocimiento profundo sobre la Nación que permita identificar de una manera clara y precisa cuales son sus intereses fundamentales, permanentes, y cuales los circunstanciales.

Conocimiento profundo sobre la comunidad y el acontecer mundial y sobre los principios y normas que rigen las relaciones entre los diversos actores que conforman hoy día la Comunidad Internacional.

Conocimiento y capacidad que permitan participar de modo activo en la formulación de las políticas que lleven al logro de los objetivos del interés nacional.

Capacidad de gestión que permita participar adecuadamente y de modo efectivo como actor en el desarrollo y ejecución de la política exterior.

Esos deben ser los parámetros rectores en la conformación del cuerpo diplomático de la Nación.

Esos parámetros deben guiar la formación profesional de quienes conforman el personal del Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela, en cualesquiera que fuese el Gobierno, considerando que son funcionarios del Estado, que cumplen tareas de gran importancia para el logro de los objetivos del interés nacional; tareas que requieren un conocimiento y capacitación muy específicas que solo se logran a través del estudio permanente y del manejo de los temas concretos de la agenda de las relaciones internacionales del Estado.

Solo apenas una horas hace que, junto al Presidente, bajé del avión que nos trajo del Medio Oriente. Les expreso que me sorprendió gratamente el calor humano con que fuimos recibidos y atendidos por esos pueblos amigos. Muchos son los lazos que nos unen a esa región y así lo hemos entendido ambas partes. Debo agradecer públicamente al pueblo y al gobierno del Reino de Arabia Saudita y del Estado de Qatar. A sus Jefes de Estado, Su Majestad el Rey Fahd y Su Alteza el Emir de Qatar, Califa Al Thani,, respectivamente. A sus señores Cancilleres, a sus ministros y demás funcionarios, quienes nos colmaron con muestras de solidaridad y de compromiso en aquellos asuntos que son vitales para nuestras naciones.

Ruégoles señores Embajadores hacer llegar este mensaje de sincera gratitud a sus gobiernos.

Igualmente a los demás pueblos y gobiernos amigos, cuyos representantes me privilegian en este acto con su presencia amistosa y solidaria.

Quiero expresarles que en Venezuela tienen un pueblo y un gobierno amigo.

Que nosotros apoyamos al mundo para buscar la paz y la integración de verdad.

Que cuenten con el concurso de nuestra voluntad, no solo para evitar la guerra, sino para evitar también el subdesarrollo, el hambre, la pobreza, las enfermedades, la ignorancia, y la destrucción del medio ambiente natural.

Para contribuir a lograr un mundo de relaciones verdaderamente justas y racionales.

Estamos hoy aquí bajo la inspiradora evocación de Bolívar …

Qué mejor inspiración que Bolívar

Quién mas integracionista que Bolívar, que murió llamando a América NUESTRA PATRIA y clamando por la UNIDAD! , y que, desde ese lugar magno que la historia le reservó, está siendo, por fín, la lámpara que guía, con su doctrina, con su pensamiento y con su acción, esta Revolución pacífica que avanza en Venezuela ante los ojos atónitos y solidarios de nuestros hermanos de todo el mundo.

Muchas Gracias

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