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Desidia, ineficiencia y mala gestión, las denuncias detrás del incendio de El Ávila

La mala gestión forestal, la falta de insumos y equipos y las condiciones atmosféricas desfavorables se compaginaron para generar el lunes 11 de marzo un grave incendio que consumió más de 50 hectáreas del Parque Nacional Waraira Repano, conocido comúnmente como El Ávila, el mayor pulmón vegetal de Caracas.

No fue sino hasta dos horas después de iniciado el siniestro, que el personal de Inparques logró llegar para sofocar las llamas e intentar que no alcanzaran el urbanismo más cercano, los edificios de Terrazas del Ávila, ubicado al pie de la montaña.

No está listo el cortafuegos, sino apenas en un 35%, pues el trabajo estuvo paralizado desde el 4 de marzo, dado que el único vehículo operativo para trasladar al personal encargado del mantenimiento estaba dañado por tratarse de una camioneta ya muy antigua. Sumado esto a la cantidad de material combustible en la zona y la vegetación seca, se agravó la magnitud del incendio; así lo denunció Marlene Sifontes, secretaria del Sindicato de Inparques.

Los apagafuegos trabajan sin equipos ni indumentaria pues desde hace cuatro años, los guardaparques, bomberos y el personal técnico y obrero no recibe dotación de materiales e insumos. Las botas del personal están remendadas, por ser de mala calidad. Algunos trabajadores laboran con los pies llenos de ampollas porque las mismas no son resistentes.

La vestimenta del personal que atiende incendios forestales debe ser resistente y de muy buena calidad por los riesgos a los que están sometidos. En febrero hubo un incendio en El Ávila en Guatire, y nuestro personal se descompensó porque tenía muchas horas en combate y además, sin comer, criticó las funcionaria.

A estas condiciones paupérrimas en las que laboran los ambientalistas, se suman las fallas de logística. Sifontes detalló que el personal de Inparques que estaba ubicado en el campamento de la Avenida Boyacá, fue enviado, por órdenes superiores, a atender un incendio que también se registró la tarde del lunes en el sector de Tazón, pero que no pertenecía a ningún parque nacional, y que, a su juicio, pudo haber sido atendido por los Bomberos de Miranda u otros organismos de protección.

A las 7 de la noche fue que llegó nuestro personal, pero ya el incendio estaba fuera de control. Lo que hicieron fue impedir que se extendiera hacia el área urbana pero ya las llamas habían tomado más de 50 hectáreas.

No hay vehículos. El campamento de bomberos para el traslado de personal solo tiene dos patrullas, y una está al servicio de uno de los jefes. No se hizo mantenimiento preventivo ni correctivo en el sistema hídrico, que no está recuperado en su totalidad, y las tuberías contra incendios forestales están muy deterioradas.

Estas, son solo algunas de las denuncias que expresa la secretaria del sindicato de Inparques, y que explican la gravedad de la catástrofe.

Logística y marco legal

Aunado a la falta de equipamiento, las fallas en logística y legalidad también han contribuido a la degeneración que ha sufrido el pulmón vegetal de la ciudad capital.

«Cuando estamos en temporada de incendio, la cual inició en noviembre, deben tomarse unas medidas precautelativas, que se restrinjan el acceso a los parques nacionales, como evitar la pernocta o revisar detalladamente los bolsos de las personas que visitan el lugar. El año pasado se hizo con retraso y salió publicada el 18 de enero», explicó Sifontes.

Hasta el día del incendio, indicó, no había sido publicada la medida oficialmente, y ante esto, las autoridades de Inparques alegaron que esto se debía a que los juzgados no se habían pronunciado. «Esto solo nos demuestra que los que están al frente no conocen los procedimientos ni el marco legal que nos rige», expresó la ciudadana miembro de Inparques.

En este sentido, acotó que la providencia administrativa puede revisarla la Consultoría Jurídica del ente  y ser firmada por Inparques, porque este es un instituto autónomo.

Llamarada de grandes proporciones consumió 50 hectáreas de la emblemática montaña / Foto: Cortesía Twitter

«Incendio provocado»

«Estamos absolutamente convencidos de que fue un incendio provocado, por tres elementos que hay que analizar: la hora del incendio, fue a la 6 de la tarde (…) lo segundo se originó sobre la quebrada Duarte, que es imposible por la humedad de la zona y el flujo de visitantes. Esos tres elementos, a priori, indican que fue un incendio provocado”, así lo aseguró el ministro del Poder Popular para el Ecosocialismo, Heryck Rangel.

Al respecto, Marlene Sifontes expresó que los ambientalistas conocen que al menos 70% de los incendios que se producen en parques nacionales son provocados, ya sea de manera intencional o no. Sin embargo, destacó que es la falta de mantenimiento y de correcta gestión lo que origina que los mismos no puedan ser controlados a tiempo.

«El Ministro no está descubriendo el agua tibia, sabemos que la mayoría de los incendios son provocados, pero sin mantenimiento de los cortafuegos en plena época de incendios y con las condiciones atmosféricas que presentamos actualmente, no podemos estar preparados para la contingencia», sentenció.

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