Docentes universitarios son víctimas de una emergencia humanitaria compleja
Las universidades pasan por una terrible asfixia presupuestaria que deja a la universidad venezolana al borde del abismo, así lo advirtió la organización no gubernamental Aula Abierta.
Al respecto, destacó que “los profesores universitarios en Venezuela son víctimas de la emergencia humanitaria compleja, situación que les dificulta desarrollar sus labores de forma óptima, al no contar con garantías de ningún tipo”.
De hecho, considera que las asignaciones son insuficientes para desarrollar la investigación científica en las universidades criollas.
“Un investigador recibe como máximo 1 dólar para el desarrollo de proyectos de investigación a través del Programa de Estimulo a la Innovación e Investigación (PEII).
Nada que celebrar
Ayer miércoles los profesores universitarios, en teoría, “celebran” este cinco de diciembre su día, pero esta vez no tuvieron motivos “felices” pues atraviesan una crisis que se ha profundizado en los últimos meses, por lo que no han cesado sus reclamos en torno a los incrementos salariales y mejores condiciones laborales no son atendidas de inmediato.
A la luz de la grave situación económica, política y social que cruza el país, las instituciones de educación superior están pasando por su peor crisis como consecuencia de los frecuentes presupuestos reconducidos, las restricciones a la autonomía universitaria y las limitaciones al libre debate de las ideas.
Diversos organismos señalan que esta situación es producto de la instrumentación de medidas de ajuste económico que en trasfondo buscan nivelar la formación universitaria a través de “nuevos” centros de educación superior que no poseen las exigencias mínimas frente al nivel de su plantilla profesoral, programas de formación y calidad de su infraestructura.
De igual forma, el gobierno busca controlar la relación universidad-sector privado, que ha obstaculizado las oportunidades de proyectos conjuntos de investigación para atender las necesidades de ambos sectores.
También pretende reemplazar de manera rezagada los salarios de profesores, personal administrativo, técnico y obrero; y disminuir las retribuciones presupuestarias de las universidades públicas autónomas, que reciben mayores saldos nominales todos los años, pero debido a la hiperinflación esos fondos alcanza cada vez menos.
La emergencia
Los gremios universitarios reiteran que este sector está en una emergencia educativa, derivado de los ínfimos salarios y el mal estado de las infraestructuras educativas.
Los profesores universitarios del país están cansados de la falta de resolución en torno a sus exigencias laborales, ya que el Estado venezolano ha incumplido al menos 8 términos del contrato colectivo que firmó en abril pasado con los educadores.
El gobierno se jacta de vociferar que Venezuela es el país con las mayores reservas probadas de petróleo en el planeta, sin embargo, no se hace responsable, de acuerdo con el Parlamento y sectores de la sociedad civil, de la crisis económica que se traduce en desabastecimiento, escasez, violencia e hiperinflación, este último indicador macroeconómico que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima cerrará por encima del 1.000.000 % este 2018.
Sal y agua
En agosto pasado, El Ejecutivo dictó un conjunto de medidas supeditadas a un Plan de Recuperación Económica, entre las que destaca la instrumentación de la reconversión monetaria, mayor control de precios, eliminación de las tablas salariales, reforma fiscal y el aumento del salario mínimo.
Los profesores universitarios, así como otros gremios han denunciado que este último decreto intenta unificar de facto de los salarios y eliminar para siempre las tablas discutidas en los contratos colectivos.
Resaltan que el monto, que asciende ahora a 4.500 bolívares soberanos por mes, no cubre las necesidades básicas de una familia.
Mientras Maduro asevera que la educación en el país es “sólida, poderosa y abarcante”.
