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El paludismo pisa con fuerza en Ciudad Guayana, por Marcos David Valverde

Marcos David Valverde

No han sido los reclamos de los trabajadores de las empresas básicas (que los ha habido) o las cifras rojas de la delincuencia (que también ha habido) las noticias más contundentes de los últimos días en Ciudad Guayana, sino las consecuencias que ha traído la ausencia de políticas públicas para combatir el paludismo.

Las manifestaciones recientes de esas consecuencias ocurrieron la semana pasada, cuando más de cien pacientes y sus familiares cerraron, por dos días consecutivos, la avenida en donde está el ambulatorio principal de Manoa (San Félix). A partir de allí se supo del vaivén que, a diario, atraviesan: para que les entreguen los tratamientos deben tener un examen que certifique el diagnóstico. Y muchas veces, para esos exámenes no hay materiales.

A eso añádale los meollos habituales, principalmente los déficits de médicos, camas y personal hospitalario, y tendrá un balance de la realidad: en el estado Bolívar, y en pleno 2016, el paludismo ataca con fuerza.

Crecimiento exponencial

Su voz de médico residente del hospital Doctor Raúl Leoni (el principal de San Félix y el segundo más importante de Ciudad Guayana, luego del hospital Uyapar) opta por el anonimato pero no escatima en datos. La doctora, que en el último fin de semana de mayo vio llegar a siete enfermos de paludismo (muchos de los que, ante la falta de áreas acordes, hospitalizó en la sala de traumatología), no duda al determinar el origen del brote: la ausencia de planes gubernamentales para frenar la enfermedad.

Cortesía Clavel Rangel
Cortesía Clavel Rangel

“El paludismo es un mal reemergente: por falla de políticas, se volvió una pandemia. Acá, en el estado Bolívar, así como en Delta Amacuro y Amazonas, están dadas las condiciones ambientales para estos brotes. Sin embargo,  antes, el Departamento de Malariología se encargaba de fumigar, limpiar cauces y de promover campañas educativas, pero eso no se hace desde hace ocho años porque no cuentan con los recursos. Todo depende del ISP (Instituto de Salud Pública, adscrito a la Gobernación)”.

En su cuenta de Twitter (@ISP_Bolívar), el ente de salud reportó el 26 de mayo que “están distribuyendo medicamentos antimaláricos en Bolívar”, al tiempo que exhortó a denunciar “la venta ilegal”, algo que, regularmente hacen los afectados: muchos se han visto obligados a pagar hasta 50 mil bolívares a revendedores de tratamientos. Todo sea para no morir de paludismo.

Los resultados de las fallas son notables en los pasillos de los hospitales: “Desde hace tres años, la enfermedad ha evolucionado paulatinamente. Ha sido exponencial. Si veíamos cinco pacientes por día, hoy hay 30 por día”, añade la residente.

La señal de alerta la dispone con un dato: en abril, hubo dos muertes por paludismo en su centro de trabajo.

Más alejados, más olvidados

El municipio Caroní se divide en 11 parroquias, tres de ellas caracterizadas por la ruralidad: Pozo Verde, Yocoima y 5 de Julio. Sus habitantes, debido a la ausencia de módulos asistenciales adecuados y debido a las carencias propias (servicios de aguas blancas y aguas negras, electricidad y transporte) han sido las más afectadas.

Lo ilustra el caso de Nairobys Rojas. Hace unos días, su hijo comenzó a padecer de una fiebre que no bajaba de los 40 grados causada por el paludismo. Para salir de su casa, debe pararse a las 3:00 de la mañana para, una hora después, tomar un carro por puesto hasta una de las zonas céntricas de San Félix. Eso hizo para llegar al módulo Las Manoas, el único donde practican los exámenes de paludismo. Allí, debido a la escasez de materiales, los cientos de pacientes no recibieron sus pruebas y, por tanto, no tuvieron con qué pedir sus medicamentos. Por eso hubo dos protestas la semana pasada.

Cortesía de Clavel Rangel
Cortesía de Clavel Rangel

“Aquí (en Pozo Verde) hay más de 10 personas del mismo sector, sin contar los de afuera, que son de Las Sierras, Las Mulas y Quebrada Honda. Te cuento algo: al señor que nos lleva para San Félix le dio paludismo esa misma noche. Le dio fiebre, de 40 no le ha bajado. Así hemos estado”, lamenta.

El Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud (que solo está actualizado hasta julio de 2015), detalla que más de cien pacientes son de esa parroquia.

Además, el mismo boletín señala que Bolívar, Delta Amacuro y Amazonas son los estados con los índices más altos de paludismo, una enfermedad que ha sido erradicada en otros países. No así en la región cuyo gobernador, Francisco Rangel Gómez, se ha empecinado en catalogar como “potencia”.

 

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