En Maturín es agónico esperar transporte público los fines de semana

Esperar transporte público en Maturín los fines de semana supone un acto de fe, paciencia y rapidez. Los autobuses o carritos pasan una vez cada 40 o 60 minutos «atiborrados» de personas que corrieron con suerte de ir sentados.

No hay transporte público en Maturín los fines de semana, tampoco aparecen las perreras que, a pesar de ser inseguras y humillantes, facilitan el traslado de quienes al final del día quieren regresar a casa.

La gente se desespera y cree que las autoridades municipales y regionales omiten la situación crítica del parque transportista. Cada día hay reclamos y denuncias por parte de los profesionales del volante; exigen un precio del pasaje entre 700 y 1000 bolívares «para poder comprar repuestos».

Al menos 90% de las unidades están paralizadas por falta de cauchos, baterías y piezas esenciales para su operatividad, asegura un reportaje publicado en diario El Oriental.