Fe y Alegría: “Queremos seguir siendo luz en medio de tanta oscuridad”
Trabajo, comunicación y formación son los pilares que mantienen viva la llama de esperanza, que se encendió en una casa rudimentaria del 23 de Enero hace 63 años, cuando se fundó Fe y Alegría.
La federación de organizaciones educativas que ha hecho de la promoción social un medio para el desarrollo de miles de niñas, niños, adolescentes y adultos en toda Venezuela y buena parte del mundo cosecha hoy el producto de una siembra que plantea un modelo educativo exitoso, inclusivo, que llega a los lugares menos favorecidos para ofrecer oportunidades.
Con dedicación, mística, compromiso y solidaridad este concepto, impulsado por Fray José María Vélaz en 1955, llega actualmente a 114.000 niños, matriculados en 173 escuelas; 13.000 jóvenes, que aprenden un oficio en los 77 centros de formación para descolarizados y más de 2.000 estudiantes universitarios en los 5 institutos universitarios que poseen en todo el país, además de 25 emisoras de radio y 23 centros de aprendizaje a distancia, según refiere Noelbis Aguilar, directora nacional de escuelas de la red que además tiene presencia activa, a través de diversos programas, en 21 países.
“Este movimiento educativo ha llevado la transformación social, laboral y familiar a donde no llega el asfalto. Nuestro compromiso es seguir ofreciendo una alternativa que fomente los valores más sagrados de la humanidad. Seguir luchando en Venezuela, por una vida digna para todos. Queremos seguir siendo luz en medio de tanta oscuridad”, expresó.
Pero Fe y Alegría es más que números, la calidad y calidez de su trabajo se evidencia en la cantidad de iniciativas diseñadas para adaptarse a las distintas realidades de las comunidades en las que trabajan, enfatiza, Trina Carmona, presidenta de la Asociación Venezolana de Educación Católica.
“Hemos perdurado por el entusiasmo con el que trabajamos por mejorar el entorno de las comunidades en las que estamos arraigados. La educación popular y la capacitación laboral han sido una excusa para llevar un servicio en el que nuestros beneficiaros se forman para la vida, con una alta calidad educativa”, sostiene.
Deserción y solidaridad
En Fe y Alegría no están exentos de la realidad nacional. La crisis económica que atraviesa el país ha afectado, como nunca antes, su labor. La inasistencia ha alcanzado niveles alarmantes, explica Aguilar, hasta 30% se ha registrado en el presente año escolar, en todos los niveles de educación que atienden. La deserción se ubica entre 5 y 10%, entre los estudiantes que se inscribieron para iniciar en septiembre de 2017 y que abandonaron entre octubre y noviembre. Es decir 11.400 han abandonado la escuela en los últimos meses.
Aguilar destaca que para hacer frente a este fenómeno el movimiento ha diseñado varias estrategias para enfrentar este éxodo: “Creamos la Olla solidaria en la que vecinos de la comunidad aportan alimentos para cocinar y ofrecer almuerzo a nuestros niños y jóvenes, también la merienda solidaria, para incentivar la asistencia, pues sabemos que entre las causas del ausentismo escolar, además de la escasez de efectivo y transporte está la falta de alimentación”.
También desarrollan un plan de vigilancia nutricional, denominado Niña, niña y adolescente sano, debido al alto porcentaje de niños que han perdido peso y talla en el último año.
Pese a todas las adversidades, ambas coinciden en que el gran reto de este proyecto es continuar expandiéndose y extender “la buena nueva” a todos los espacios donde se necesite.
