Guaidó arrecia rebelión contra Maduro y llama a «paro escalonado» del país

La tensiones en Venezuela no cesan mientras la confusión e incertidumbre se apodera de la población. El levantamiento cívico-militar comenzado este martes 30 de abril a manos del presidente de la Asamblea Nacional (AN) y mandatario encargado del país, Juan Guaidó, significó el hito con mayor audacia en los últimos cinco años de parte del bloque adverso al chavismo, movimiento político que lidera la nación petrolera desde hace 20 años. Este miércoles, desde una concentración en el Este de Caracas, el líder opositor pidió a los empleados públicos unirse a la sublevación y llevar a cabo un «paro escalonado» en todos los niveles. 

Aprovechando la conmemoración del Día del Trabajador, Guaidó llamó este 1 de mayo a los venezolanos movilizarse en Caracas, así como en el interior del país, con el objetivo de mantener la presión en las calles y exigir la salida del régimen de Nicolás Maduro. La manifestación principal, realizada desde horas de la mañana, se repartió entre diferentes puntos de la capital venezolana. 

Pese a las amenazas en su contra esgrimidas por voceros de la administración socialista, el líder del Parlamento no tuvo obstrucción para trasladarse a través de la ciudad, luego de aparecer este martes en las inmediaciones de la Base Aérea de La Carlota acompañado de miembros de la Guardia Nacional, del Sebin e, incluso, por el fundador del partido Voluntad Popular (VP), Leopoldo López -quién cumplía una condena de 13 años de prisión en arresto domiciliario-, declarando el inicio de la «fase definitiva del cese de la usurpación de Maduro». 

Maduro, flanqueado por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, y del jefe de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, advirtió que «no puede haber impunidad» sobre los hechos suscitados en el distribuidor Altamira, mientras también demandaba al Alto Mando Militar «lealtad absoluta».

«Tiene que haber justicia para que haya paz» manifestó el dirigente chavista por medio de una cadena de radio y televisión pregrabada, y transmitida a las 9:00 pm, de este 30 de abril. 

Esa misma noche, Guaidó también envió un mensaje a los venezolanos, a quienes emplazó a apoyar su gesta en favor de un cambio político. Aunque no dilucidó los resultados preliminares de la iniciativa cívico-militar en La Carlota, se mostró optimista de la «posibilidad de una rebelión pacífica» en el país. «Debemos continuar con la presión, sabemos hoy que es fundamental y que podemos lograr el cambio en Venezuela (…) El llamado a las Fuerzas Armadas es a seguir avanzando en la Operación Libertad», expresó en un video difundido en redes sociales. 

Dicho pronunciamiento fue el último del líder opositor, hasta que este miércoles se presentó en la manifestación en la avenida Francisco de Miranda, a la altura del Centro Comercial Líder, ubicado en La California. En sus primeras palabras, reiteró el carácter «pacífico» de la estrategia opositora. Asimismo, restó importancia de cualquier intento del chavismo por apresarlo. «Cada vez  hay menos gente secuestrada por el miedo, la única forma de que haya golpe de Estado en Venezuela es que me detengan, vieron ayer el respaldo de la comunidad internacional», dijo. 

Ahora, su nueva apuesta es materializar la convocatoria a una huelga general de los trabajadores para arrinconar a Maduro y sus lugartenientes. Ante la cientos de manifestantes, Guaidó pidió a los trabajadores públicos iniciar una serie de «paros escalonados» hasta lograr la paralización completa de la administración pública. 

«Vamos a ir a nuestros puestos de trabajo con cintas de color, los trabajadores públicos van a ser protegidos, a partir de mañana inicia la Operación Libertad, lo que aumentaron en salario ya se perdió (…) Todos los vamos a sumar a nuestra causa, igual que a empleados públicos. A partir de mañana con su banda azul o con su chapita que los represente a decir que ya basta», explicó. 

Chavistas también protestaron

En otros puntos de la capital venezolana, las fuerzas fieles a la «revolución bolivariana» también se hicieron presentes en las calles para defender «la presidencia» de Maduro, de lo que han catalogado como un intento de golpe de Estado. 

Cabello, número dos del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), replicó a Guaidó al desestimar la propuesta de paro laboral. «Convocar paro escalonado necesita tener fuerza, no tienen pueblo, ¿A quien convencer de sus propuestas? ¿A quien motivar para que se muevan? ¿Qué van a hacer con un paro de trabajadores? Pregúntenle a los trabajadores aquí si se van a parar», retó. 

El jefe de la ANC ha sido de los portavoces socialistas con el discurso más radical luego del alzamiento de este martes. Durante un mitin a las afueras del Palacio de Miraflores, el dirigente rojo advirtió con responder por la vía de la fuerza a cualquier intento por derrocar a Maduro. 

Sin embargo, la liberación de Leopoldo López -considerado un trofeo político para el régimen venezolano- con la complicidad de funcionarios de inteligencia, así como el aumento de deserciones militares ponen en entredicho la fidelidad al proyecto madurista en el seno de la cúpula castrense del país. 

En tal sentido, el gobierno de Estados Unidos reveló que las acciones de ayer formaban parte de una negociación con altos cargos militares, entre ellos el ministro Padrino López y el presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Maikel Moreno, para concretar una transición política de forma pacífica. Dicho acuerdo aparentemente no fue refrendado, aunque Guaidó no cesa en sus esfuerzos por obtener el control de las fuerzas armadas. 

Sea cual sea el desenlace, la crisis política en Venezuela se ha precipitado hasta una zona de no retorno, en el cual quien tendrá un papel con más preponderancia parece ser el presidente interino, y no Maduro, sobre este nuevo tablero estratégico venezolano.