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JP Morgan: La oposición puede ganar los comicios con 75% de los votos

La firma estadounidense JP Morgan destaca en su más reciente informe que “la inflación y la escasez se han convertido en un asunto extremo”. Asegura que a pesar de que el precio promedio del crudo venezolano finalizó en 90 dólares en 2014, la balanza de pagos, que reporta los ingresos y egresos, ya estaba bajo presión; pues el crecimiento del producto interno bruto (cantidad de bienes y servicios que produce una nación en un año) presentó una fuerte contracción.

Afirma que el excedente de la cuenta corriente reportado por el gobierno al cierre de 2014 –indica que pasó de 6,3 millardos de dólares a 7 millardos, lo que significa 2,7% del PIB– se debió a una reducción de la importación de bienes y servicios “particularmente en el sector privado”, calculada en 12,5 millardos de dólares (18% del total). “Esta disminución de las compras externas coincide con el agudo deterioro de toda la economía”.

A pesar de que las cifras no han sido difundidas por el Banco Central de Venezuela, JP Morgan calcula que la caída de la economía en 2014 fue de 4%, lo que tiene una seria consecuencia en el descenso de la demanda doméstica, es decir, del poder de compra del venezolano.

La firma se refiere a una brecha de financiamiento externo de 27 millardos de dólares en 2015, en caso de que el precio promedio del petróleo se mantenga en 50 dólares el barril. Destaca que esta diferencia solo puede ser cubierta con la venta de activos públicos, préstamos externos y “asumiendo una fuerte contracción de las importaciones”.

Espera que Venezuela continúe priorizando el pago de bonos hasta que todas las opciones se agoten, y añade que si bien creen que tales pagos serán cumplidos: “Será a costa del estrés económico que probablemente exacerbará las tensiones políticas y sociales; las cuales pensamos demanda extremo cuidado rumbo a 2016”.

JP Morgan considera que la raíz de las causas de los problemas macroeconómicos son la falta de una política fiscal y la tasa de cambio sobrevaluada y múltiple.

Desde 2012, el crecimiento del stock de deuda se ha moderado a costa del incremento significativo de la deuda interna en términos nominales, indica. Aclara que ciertamente en términos reales los deberes se han mantenido, pero esto ha sido por la aceleración de la inflación.

En el informe asegura que la deuda total con respecto al producto interno bruto está en 64% del PIB. Si bien es un poco menor que la de 2013, cuando estuvo en 71%, los activos de la nación se siguen deteriorando debido a la caída de las reservas internacionales a su nivel más bajo en toda la década, con un promedio de entre 19 millardos y 23 millardos de dólares.

Adicionalmente, activos como efectivo que no pertenecen a las reserves, inversiones; así como la deuda con Petrocaribe parecen estar marcadas por debajo del precio y haber sido monetizada.

El futuro político

El informe de la firma JP Morgan describe dos escenarios políticos. El primero se basa en las recientes encuestas y toma en cuenta que la economía continuará deteriorándose. “Si las elecciones se producen, la oposición tiene la posibilidad de lograr por lo menos 75% de los votos a pesar de las ventajas institucionales del PSUV”. Añade que este escenario podría dar pie a un referéndum contra el gobierno de Nicolás Maduro en 2016.

En el segundo describe un cambio potencial en el gobierno antes de las elecciones legislativas. Destaca que aunque este puede ser un escenario complicado para los mercados, por lo poco claro de los acontecimientos, eventualmente podrían producirse dos subescenarios.

Por un lado, la oposición acuerda un tipo de gobierno interino de transición con miras a una nueva elección presidencial en 2016. Aquí el gobierno utilizaría la transición para restablecer cierta estabilidad macroeconómica. Otra posibilidad es que el gobierno interino trate de mantener el actual marco populista. El segundo subescenario sería un gobierno militar radical con políticas represivas que impidan la economía privada y se aísle de la comunidad internacional.

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Un comentario

  1. Ninguno de los escenarios planteados por JP Morgan resultan halagadores para el país, como que tan cierto es, que la visión externa que se tiene sobre Venezuela no refleja con precisión la percepción de los venezolanos para con el exterior. Y esto lo decimos porque los pronósticos para con la evolución de la economía global no resulta nada positiva. Un probable cambio de rumbo en materia de política monetaria a nivel mundial ; el papel del oro y la plata a futuro ; la imposibilidad de los Estados Unidos de reducir sus desequilibrios fiscales y dejar de emitir papel moneda de manera inorgánica y hasta la posibilidad de crear una moneda o paquetes de monedas, que reemplacen al dólar como referencia única, aunado a la creciente influencia del terrorismo internacional, la situación en el Medio Oriente, y el tener que lidiar con una Rusia que se va abriendo paso en el escenario internacional, mas la caída en el precio del petroleo y el observar el papel de China en este contexto, no resultan nada prometedores.

    En medio de este panorama mundial y con una Venezuela debilitada por largos años de políticas económicas erradas, las posibilidades de una victoria opositora en las parlamentarias de manera contundente y mayoritaria, lucen en buena lógica una posibilidad bastante real ; pero, solo eso, una de entre varias posibilidades. Y es que la única probabilidad de éxito para que ello funcione, sería que se sumaran un gran número de militantes rojos al bando opositor de manera espontánea y sin compromisos previos. No obstante, hay que reconocer que el fantasma de la abstención, resulta ser un efecto mas pernicioso para la oposición que para el gobierno. Y ello, porque la ´´ventaja institucional´´ del gobierno es muy superior a la capacidad de respuesta de la oposición, que se encuentra bastante dividida y con escasa capacidad de convocatoria. En consecuencia, primero habría que esperar el resultado de las parlamentarias para poder evaluar la posibilidad de convocar a un referéndum, que permitiese una salida pacífica y democrática en el 2016. Y eso, si respeta la institucionalidad y las reglas del juego, cosa bastante poco probable en la Venezuela de este momento.

    En cuanto a un cambio de gobierno antes de las elecciones parlamentarias parece muy poco probable. Implicaría una renuncia ´´voluntaria´´ del presidente Maduro y no están ni remotamente dadas las condiciones para ello. La solidaridad y apoyo internacional para con él están a la vista y son muy recientes como para pasarlas por alto, especialmente cuando los Estados Unidos ha dejado claro que descarta cualquier intervención militar, especialmente cuando enfrenta el problema ucraniano y las posibilidades de abrir un frente militar para frenar a Rusia en su avance sobre Europa y donde la OTAN, no parece muy ganada al ir mas lejos. Son demasiados frentes para poder ser atendidos ofensivamente por unos Estados Unidos que enfrenta problemas graves a lo interno y que mas bien, se encuentra replegándose sobre si mismo en lo externo.

    En cuanto a un gobierno opositor ejerciendo un interinato para aplicar medidas de ajuste macroeconómico, no parece nada factible, pues de entrada, tendría que ser gobierno y con las mínimas garantías de que se le respetarán sus decisiones ; máxime, si no cuenta con el apoyo irrestricto de unas FANB que le faciliten su labor y le sean incondicional respaldo en la aplicación de tales medidas de ajuste. Y es que un gobierno de transición, que descarte de entrada la aplicación de medidas populistas estaría condenado al fracaso y sería de corta duración. Tengamos presente que estamos frente a una estructura de poder de naturaleza socialista y de un fuerte componente castrense que si bien hace prescindible al presidente Maduro, no va a renunciar voluntariamente al goce de sus privilegios. Ellos son el gobierno, y en todo caso es con ellos con los que hay que hablar y que se encarguen de persuadir al Presidente de lo mas ´´conveniente´´. Llegados a este punto, es mas probable que se llegue al establecimiento de un gobierno radical de corte militar que acabe de enterrar a la empresa privada y le de continuidad al proyecto revolucionario en el sentido que el ex Caudillo había proyectado. Bajo tales circunstancias, solo quedaría el apoyo internacional y que cualquier decisión al respecto sea convenida mas allá de nuestras fronteras, pero tales condiciones no están ni remotamente planteadas ni son viables en este momento.

    ¿ Qué puede ocurrir que favorezca por necesidad y oportunidad la permanencia del gobierno venezolano ?. Hay algo que todos saben pero no les gusta admitir. Lejos de que la economía global pareciera ir en la dirección de una recuperación y un crecimiento sostenido, todo apunta a que el capitalismo le tocará vivir momentos muy duros y crisis de naturaleza estructural que lo obligarán a innovar nuevos caminos y soluciones. Y es que el problema financiero y el papel de la banca a nivel mundial, pudiese tener que enfrentar algo mas grave que la explosión de las ´´burbujas´´, al momento en que los Bancos Centrales opten por dejar a un lado los auxilios financieros y el dejar de producir dinero inorgánico que solo sirve para adquirir valor al momento de cobrar intereses al público beneficiario de los créditos. La otra alternativa es que al público se le permita adquirir oro libremente y este sea objeto de intercambio como una mercancía mas sujeta a la ley de la oferta y la demanda. Especialmente en un momento en que ese metal precioso se encuentra en un precio a la baja y algunos gobiernos lo ofrecen a la venta.

    La implosión del sistema capitalista sería un grave problema por sus múltiples implicaciones, pero también abriría nuevas alternativas viables para la creación de un Nuevo Orden Mundial. El eliminar todas las deudas acumuladas y comenzar desde cero sería una buena iniciativa que solo perjudicaría a ese 1% que acumula la totalidad de la riqueza mundial. Una teoría en apariencia disparatada, pero que obviaría el recurso de la guerra como mecanismo de reciclar un sistema económico que se ha agotado en si mismo y ya resulta ineficiente pra aportar soluciones satisfactorias. Y es que el problema de fondo no es ni siquiera ideológico, pues el capital es universal y global. Siempre buscará el lugar mas seguro para ser mas rentable cualquier actividad económica ; se trata de crear nuevas reglas de juego donde la distribución de la riqueza sea mas equitativa y justa, si tal cosa fuese posible. Es evidente que estamos asistiendo al agotamiento total del modelo neo-liberal y se ha iniciado ya el cuestionamiento de la globalización, al ponerse en evidencia sus limitaciones y el uso que se le da al concepto por parte de los que detentan el poder hegemónico para encauzarla, controlarla y dirigirla. Es harto evidente que hemos llegado ya al punto de quiebre, donde la humanidad tendrá que tomar una decisión o sencillamente, perecer.

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