Madres están de su cuenta en el país
Los principales centros sufren déficit de personal y servicios. La Sociedad Venezolana de Ginecología y Obstetricia aumentó su preocupación por los casos de mujeres en labor de parto que no son atendidas a tiempo y que son casos de violencia obstétrica, según establece la legislación venezolana. Sigue en aumento el número de muertes maternas.
Convertirse en madre en esta ciudad y no tener recursos para pagar atención privada puede resultar una odisea en estos días. Si la travesía empieza por el Este, la futura madre se encontrará con el Materno Infantil de Petare, un centro que desde agosto de 2007 cerró sus salas de atención obstétrica y área quirúrgica para unas remodelaciones que hasta hoy no han culminado. Para cualquier paciente, acudir a este hospital significa irse de inmediato con referencia a otro centro de atención médica.
Una situación similar se vive en el otro extremo de la ciudad. Y es que los fines de semana o en días feriados es casi imposible dar a luz en el Hospital Materno Infantil de Caricuao Doctor Pastor Oropeza. De acuerdo con Jesús García, director médico de la institución, no hay suficientes neonatólogos para cubrir esas guardias.
De las 85 camas que tiene este centro, solo 60 están operativas, detalla García, pues el déficit de personal impide que se pueda ofrecer atención al 100%. «Tengo obstetras, pero me faltan anestesiólogos, neonatólogos y pediatras. Mientras no tenga el equipo completo no puedo asegurar atención integral, así que es preferible remitir a otro centro», dice.
Tercera opción. Maternidad Concepción Palacios. Para finales de 2009 este centro tenía 311 de sus 480 camas disponibles, pero el nivel de ocupación no superaba el 55%.
«Éramos el principal centro de referencia en atención obstétrica del país, estuvimos entre los mejores de Latinoamérica y hoy tenemos una maternidad que no puede recibir casos graves, pues no tiene abiertas ni la terapia de mujeres ni la neonatal por falta de personal», apunta Giannina Sue, presidenta de la Sociedad Médica.
Ante esta panorama, no ha de extrañar entonces que la Sociedad Venezolana de Ginecología y Obstetricia (SVGO) haya aumentado su preocupación por los casos de mujeres en labor de parto que no son atendidas a tiempo y que son considerados casos de violencia obstétrica, según establece la legislación venezolana.
Para Judith Toro, miembro de la SVGO, resulta evidente que ante la disminución de la operatividad de los principales centros, las parturientas estén expuestas al llamado ruleteo. «Las pasean por toda Caracas y hasta que no pueden más las dejan. Hasta cinco hospitales pueden visitar y corren el riesgo de dar a luz en la calle o sufrir alguna infección», dice.
Sin embargo, Jesús Méndez Quijada, vicepresidente de la Sociedad Médica de la Concepción Palacios, apunta que el momento del parto es solo un paso en la cadena de atención obstétrica. «Tenemos graves deficiencias, hablar de atención preconcepcional en Venezuela es hablar de una fantasía. La mitad de los embarazos se presenta de manera no planificada y luego nos encontramos con un porcentaje elevado de mujeres que no tiene control prenatal o que no acude antes de las primeras 12 semanas», acota.
Carlos Walter, investigador del Centro de Estudios de Desarrollo, Cendes, recuerda que el control prenatal disminuye las complicaciones en el parto y la muerte. Pero hay una duda que ronda sobre el tema. «Si a partir de la creación de Barrio Adentro aumentó la oferta de servicios, no entendemos cómo ha aumentado el número de muertes maternas», dice.
El boletín epidemiológico de la semana 15 indica que van 84 muertes maternas y la estadística tiene tendencia al ascenso. Ante esta cifra, Walter afirma que la Misión Niño Jesús -que pretendía mejorar el sistema de atención materno infantil- no ha tenido el impacto esperado por el Gobierno.
Y una vez más, en lo que coinciden los especialistas, es que la ausencia de estadísticas impide desarrollar planes efectivos de atención materno infantil. Rogelio Pérez, director de la SVOG, recuerda que desde 2007 no reciben información oficial. «Tenemos capacidad de ayudar, pero necesitamos sincerar las cifras», exige.
