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PIB cae 4,5% y el país está en recesión

Después de cinco años de expansión, la economía venezolana, tras el descenso de dos trimestres consecutivos, ha caído técnicamente en recesión.

Al declive de 2,4% en el segundo trimestre de este año, sigue una fuerte contracción de 4,5% en el tercer trimestre que desnuda averías en todos los motores que impulsan el crecimiento y la prosperidad.

El Banco Central registra que en el tercer trimestre el consumo retrocede 4,8%, la inversión se hunde 14,5%, las exportaciones se derrumban 48,5% y el gasto del Gobierno se mantiene a flote con un alza de 2,6%, pero que resulta el menor avance de los últimos siete años.

La consecuencia es que la economía sufre el descenso más profundo para un tercer trimestre desde 1994, excluyendo el período 2002-2003, cuando el paro empresarial y la convulsión política desestabilizan al país.

La radiografía del BCV muestra el impacto en sectores clave: la producción de la industria manufacturera es 9,2% menos que la del tercer trimestre de 2008, el comercio cae 11,5%, la actividad del transporte desciende en 11,1%, el sector petrolero retrocede 9,5% y la minería se hunde 18,3%.

En la superficie se mantiene la construcción, con un avance de 4,3%, comunicaciones con un salto de 11,4%, mientras que la generación de electricidad y agua aumenta 4%.

En general, el ala no petrolera de la economía cae 3% y la producción de barriles de petróleo declina 9,5%.

Si no hay crecimiento de la producción las ventas caen, las empresas no necesitan contratar nuevo personal y no hay ganancias para ajustar adecuadamente los salarios.

A esto se suma que la recesión viene acompañada de la mayor inflación de América Latina, con lo que el dinero pierde valor mes a mes.

El BCV explica que en la caída de la economía no petrolera incide «el rezago de una menor disponibilidad de insumos de origen importado».

El precio del petróleo, el producto que provee 92% de las divisas que ingresan al país, cae desde un promedio de 110 dólares en el tercer trimestre de 2008 hasta 64 dólares en el tercer trimestre de este año.

El resultado es que Cadivi, el organismo encargado de distribuir los dólares al tipo de cambio oficial, cerró el grifo y en los primeros nueve meses del año el sector privado ha sufrido una merma de 47% en las aprobaciones de divisas para importar.

Al mismo tiempo, la inflación impacta al salario y el poder de compra cae 5% al contrastar el tercer trimestre de este año con el mismo lapso de 2008, afectando el consumo y las ventas.

Otro factor a tomar en cuenta es que en marzo de este año, para enfrentar el descenso del ingreso petrolero, el Gobierno aplicó un paquete recesivo que se tradujo en recorte del gasto público, aumento del IVA, declive en la entrega de dólares al tipo de cambio oficial y devaluación del bolívar en el mercado paralelo.

José Guerra, ex gerente de Investigación Económica del Banco Central de Venezuela, destaca que «esta recesión ocurre cuando el resto de los países están saliendo de la crisis, básicamente estamos cosechando los frutos de una política que mantiene un control de cambio que es ineficaz para contener la inflación, pero que impacta la rentabilidad de la industria».

«A esto se añade un anclaje del tipo de cambio que ha sobrevaluado el bolívar y, por tanto, no hay competitividad, mientras que el clima de incertidumbre, y las expropiaciones alejan la inversión», agrega José Guerra.

Abelardo Daza, profesor del IESA, considera que el país ya sufrió lo peor y que la liquidez, un termómetro que se relaciona con el crédito y las ventas comienza a repuntar, por lo que proyecta que en el cuarto trimestre la economía gravitará en torno a cero y saldrá a la superficie en 2010, impulsada principalmente por el gasto público que recibirá el aliento del rebote en los precios del crudo.

No obstante, considera que el país no regresará a las tasas de crecimiento que tuvo hasta 2008, de hecho, proyecta que en 2010 el avance será de 2%.

El modelo de crecimiento basado en la expansión del gasto público ha perdido efectividad. La historia reciente indica que entre 2004 y 2008 las empresas no utilizaban toda su capacidad y gracias a la inyección de petrodólares creció la demanda y por tanto las máquinas que permanecían inactivas comenzaron a moverse.

Pero la inversión para ampliar la capacidad no ha sido adecuada y por tanto, aunque comiencen a llegar nuevas órdenes de compra, no existe mayor espacio para ampliar la producción y el empleo.

«Creo que el país tiene que plantearse seriamente el tema de la inversión y de la sobrevaluación de la moneda», indica Abelardo Daza.

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