SIP rechazó ataques a periodistas en Venezuela
Venezuela fue uno de los países peor evaluados en la 70ª Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa, especialmente por la negativa del gobierno de Nicolás Maduro a entregar divisas para la compra de los insumos que necesitan los medios impresos independientes. En el encuentro se rechazó que en el país más de 30 periódicos estén afectados por la falta de papel y otros 12 dejaran de publicarse.
En su informe de conclusiones sobre la asamblea, la SIP también criticó las agresiones físicas que han sufrido periodistas en Venezuela, especialmente durante las protestas que comenzaron en febrero de este año, donde “las fuerzas policiales y grupos parapoliciales a órdenes del gobierno han dejado varios periodistas heridos”.
Además se denunció una nueva forma de ataque: las agresiones virtuales. “En Venezuela sectores oficiales y grupos criminales usaron a Facebook y Twitter para atacar a medios y periodistas”, señaló la organización.
Desgaste. La SIP concluyó ayer, tras la reunión en Santiago de Chile, que la libertad de expresión y de prensa en el hemisferio enfrentó un marcado deterioro en los últimos seis meses, debido a un incremento de la censura directa e indirecta y los ataques físicos a periodistas.
“En Argentina, Nicaragua y Venezuela, la corrupción por parte del Estado se ha visto reflejada en el abuso de la propaganda del Estado y en la distribución discriminatoria de la publicidad oficial en sus distintos niveles”, expresó la organización.
Se criticó la concentración de medios gubernamentales, que se vio agravada en Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela.
En la asamblea se escogió a Gustavo Mohme, director del diario La República, de Perú, como nuevo presidente de la SIP, a partir de 2015. En su discurso de agradecimiento, Mohme recordó el golpe de Estado de 1992 que llevó a Alberto Fujimori al poder en Perú. Aseguró que la censura de aquella época lo obligó a buscar el apoyo de la SIP, en una asamblea que se realizó en 1995 en Venezuela.
Celebró que ya Perú no sea el mismo país de la era de Fujimori, pero lamentó que Venezuela tampoco: “En nuestro país recuperamos nuestras libertades, mientras nuestros colegas de Venezuela fueron sumidos en uno de los regímenes más represivos de la historia latinoamericana”.
Pidió la libertad de Leopoldo López y lamentó que se encuentre impedido de expresarse en su país.
Mohme aseguró que trabajará por la defensa del libre ejercicio del periodismo y por la recuperación de la democracia y el régimen republicano. La próxima asamblea de la SIP se realizará en Panamá del 6 al 9 de marzo de 2015.
Herida de muerte
La libertad de prensa en Venezuela se encuentra herida de muerte, considera la directora ejecutiva de Andiarios, Nora Sanín. “El gobierno busca establecer la hegemonía comunicacional, que se silencien todas las voces críticas e independientes”, expresó.
Andiarios se llevó el premio a la Libertad de Prensa en la 70ª Asamblea General de la SIP, que terminó ayer, por la “excelencia del periodismo y la defensa de la libertad de expresión en el continente”, luego de que ayudaron con papel periódico a El Nacional, El Impulso y a otros medios venezolanos a los que el gobierno no ha entregado las divisas para comprarlo.
Sanín lamentó que en Venezuela se intervengan contenidos informativos de varios medios y se utilicen mecanismos judiciales, fiscales y administrativos para intimidar a sus periodistas.
Invitó a todos los periódicos del continente a unirse a la campaña Todos somos Venezuela, que busca alertar sobre la crisis de papel en los periódicos independientes. “Varios periódicos que consideran la posibilidad de hacer préstamos. No nos resulta fácil hacer otros envíos, pero sí podemos invitar a medios y asociaciones del mundo entero a estar al lado de ustedes”.
Andiarios expresó en un comunicado su admiración por los “medios que soportan la hostilidad, las agresiones y la persecución de gobiernos despóticos y autoritarios”. También mostró su indignación ante gobiernos que hostigan y ejercen toda clase de presiones contra la prensa libre e independiente para acallar las voces críticas y acabar con el pluralismo.
