Por Heber Londoño
@heberlondon
Hace poco le decía a una persona que fue a sesión: “No hay problemas de pareja, lo que hay es situaciones no resueltas con los padres”
Y es que estando en pareja es cuando tenemos la oportunidad de ver todo aquello que no he resuelto conmigo ni con mis padres porque inconscientemente voy por la vida caminando con esa maleta de carencias y situaciones por resolver y llegamos a las relaciones esperando que sea el otro el que se acople a nosotros.
A medida que pasan los años dentro de la relación de pareja se despiertan en nosotros sentimientos de frustración, tristeza, amargura o rabia porque ella (la pareja), puede avivar nuestras heridas personales y es acá cuando el autoconocimiento puede invitarme a hacer la pregunta: ¿Qué nos refleja esa actitud?, ¿A quién me recuerda esta situación?, ¿Quién en mi familia lo hacía de la misma manera y eso me molestaba?
La mayoría de las veces elegimos a nuestra pareja de manera inconsciente, sin embargo, nada ocurre por casualidad y en ocasiones la persona que llega a mi vida trae un mensaje que debo aprender a interpretar. Un ejemplo puede ser el de aquellas mujeres que en su infancia tuvieron un padre infiel y que en la adultez escogieron un hombre precisamente igual, lo que hay que aprender a identificar es que se escogió al espejo del padre para sanar su propia herida, su propia infancia.
Algunos ejemplos que veo en mis sesiones:
María: Mi pareja es demasiado sumiso y eso me molesta!!!
Las preguntas a María serían: ¿Qué tanto te gusta el poder?, ¿Con qué frecuencia estás acostumbrada a ser líder en todos los espacios de tu vida?
Lo normal en este caso es que busque un hombre sumiso, que se acople a su manera aunque en el fondo y con el tiempo esto le moleste.
Fernando: Mi pareja es iracunda y tiene estallidos violentos!!!
Es posible que en mi familia los problemas se aprendieran a resolver de manera violenta porque después venían las bonitas reconciliaciones… entonces, eso que me molesta de mi pareja en alguna medida también me pertenece, aunque en ocasiones no tenga conciencia de ello.
Ahora bien, qué cosas se estarían proyectando dentro de una relación de pareja:
-Dependencia emocional: Se cede a la voluntad y nos convertimos en los niños de la relación y se empieza a demandar atención a la pareja. Resultará difícil que la pareja logre llenar sus demandas ya que en el fondo lo que se busca y se anhela es el amor de sus padres.
-Necesitar que me necesiten: Dar atención de una manera exagerada a la pareja buscando que ella genere dependencia, algo así como convertirse en el padre o la madre del otro. En el fondo lo que habita en ese corazón es una historia de necesidad de afecto en la niñez.
–Estar con un maltratador: Cuando tengo mucho resentimiento a uno de mis padres por haber sido violento y maltratador, inconscientemente se atrae como pareja una persona igual de violenta para que funcione como espejo y se pueda buscar el camino a la sanación personal y familiar.
-Infidelidades: Cuando uno de los padres no ha ocupado su lugar, uno de los miembros de la familia busca llenar ese espacio vacío e inconscientemente termina siendo pareja del que está abandonado, si es uno de los hijos esto le traerá problemas con sus hermanos y hasta conflictos y rivalidades con su otro padre. Entonces en la relación de pareja lo que se evidenciará como espejo es la presencia del triángulo inicial que se asumió como natural en su historia de vida.
La vida es una inmensa oportunidad para conocer nuestras sombras y poder trascender. Ya lo decía Buda:
“Todo lo que te molesta de otros seres, es solo una proyección de lo que no has resuelto en ti mismo”.
Heber Londoño/ Lcdo. Filosofía-Coach personal-terapeuta sitémico-CEO Cea Coaching Venezuela
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