Javier Miranda: Alquimista del Color
Entrevista con Eduardo Planchart Licea – Agosto del 2016
El artista Javier Miranda ha desarrollado un lenguaje plástico inspirado en el origami. Sus conjuntos escultóricos son percibidos como relojes de sol, entre colores que interactúan con el vacío. Transforma cual alquimista el metal en belleza, fragilidad y ligereza de papel, convirtiéndose cada obra en una paradoja visual. A través del dialogo el artista afirma sus verdades:
Eduardo Planchart Licea: ¿Que es la creación para Javier Miranda?
Javier Miranda: Es tener libertad, creación es la manera en que veo mi entorno, voy recogiendo colores y los voy metiendo en lo que hago, es un pantone de mi día a día que me permite dejar un registro cromático.
EPL: ¿Qué deseas comunicar a través de tu obra?
JV: Mis obras son alegres, son universales y no necesitan una explicación, solo están ahí, inertes pero al mismo tiempo van vibrando en esas ondas que el color nos lleva. Son pequeños fragmentos de los colores de mi vida, mis alegrías diarias, mis esperanzas y deseos. Tal vez no sea obvio para quien ve mi obra, como para quien observa una pieza figurativa, mis piezas juegan más con la observación, pero en el fondo cada quien va armando su rompe cabeza de sueños donde mis colores son las excusas.
EPL: ¿Qué es el arte para Javier Miranda?
JV: En principio me acerqué al arte como un niño que va armando sus piezas, luego como quien debe entender la composición y estudiar sobre ciencias para entender cada paso del color y al final: cómo una comunión donde el juego y las ciencias más puras se unen y coquetean con las pupilas distraídas de quienes se acostumbran a solo ver y dejan de observar.
EPL: ¿Cómo se da el proceso creativo?
JV: El tiempo me ha hecho amar la ciencia, cada cosa que hago es como un experimento en sí mismo. Busco que los colores sean vibrantes no por sí mismos sino por el choque entre ellos, eso me hace crear, pero sin embargo lo hago con paciencia y dedicación, y voy armando un registro de todo como alquimista. Voy jugando a ser un espíritu que tiene el poder de la sombra, creo que sin sombra no hay luz y aunque mis obras son «brillantes» es la oscuridad que producen lo que me hace sentir.
EPL: ¿Cómo fue el acercamiento de Javier Miranda al arte?
JV: Desde pequeño me gustó el arte, tal vez suene muy trillado pero siempre supe que esto era lo que quería para mí, pintar o dibujar era una buena opción siempre, el tiempo me mostró que no estaba equivocado y que el arte sería mi vida.
EPL: ¿Por qué decides crear a través del origami?
JM: Cuando estudiaba artes en la escuela Arturo Michelena acá en Valencia, veía las materias normales de un artista, pintura, escultura, dibujo… Pero no había nada que estuviese «construido» desde el papel. De pequeño hacia origami y buscando alternativas para una propuesta de escultura me pareció que el origami era una técnica que se mantenía aún poco explorada.
Yo puedo hacer pintura, y puedo hacer escultura desde la misma propuesta e ir creando universos que hasta ahora en nuestro país eran remotos.
EPL: ¿Qué es el origami?
JV: Origami es una técnica japonesa, en la que se pone en práctica la motricidad fina, la paciencia y por supuesto la creatividad. Soy disléxico y el origami particularmente me sacó de un mundo de complicaciones, me hizo más paciente y me ayudó en la dislexia, hoy en día es mi método de expresión, mi forma de hacer que los colores cobren vida.
EPL: ¿Cómo es la relación con los materiales que trabajas?
JV: Creo que los artistas debemos ser alquimistas. El juego con los materiales y en los materiales es una manera necesaria para que las obras maduren en el tiempo.
Pasé por el origami y ahora es la excusa para crear piezas en metal que den esa sensación que me gusta en una obra. El Origami es una excusa para el claroscuro, se crean pequeños relojes solares que ahora con la experimentación ya no estarán sólo confinados a una caja con vidrio, ahora hechas en el metal pueden salir a jugar al exterior.
