Brasil y Croacia inauguran la fiesta del balón
Cualquiera puede imaginarse que Brasil tendrá una tarde tranquila hoy en Sao Paulo, cuando inaugure el Mundial contra Croacia. Sin embargo, el conjunto de Nico Kovac tiene tanto talento como aquel que hace ocho años le enredó a los amazónicos su primera presentación en Alemania 2006.
Aquella tarde en Berlín, un magistral disparo desde fuera del área de Kaká (uno de los grandes ausentes de la convocatoria de Luiz Felipe Scolari) le valió el único gol con el que los amarillos vencieron con gran sufrimiento al conjunto ajedrezado. El panorama para hoy promete ser similar.
Croacia es un equipo fuerte en su medio campo, que cuenta con dos piezas fundamentales que mueven al conjunto balcánico: Luka Modric e Iván Rakitic.
Modric es el cerebro. Agita el balón a su antojo y en la medida que la Brazuca pase por sus pies, los croatas tendrán más posibilidades de éxito. Rakitic, pulmones y piernas del equipo europeo, corta y distribuye el juego para ayudar a su compañero a darle salida y fluidez a los suyos. Eduardo da Silva, brasileño naturalizado croata, también tendrá una tarde especial. Inaugurará el Mundial en su país, pero del lado del cuadro rival.
En la acera opuesta aparecen los brasileños, sólidos en su defensa, sin duda su línea más recia (con Dani Alves, Thiago Silva, David Luiz y Marcelo) pero con mucho que pensar en su ataque.
¿Podrá ser Fred el delantero de pergaminos que requiere un equipo histórico como la canarinha? ¿Tendrá Hulk la habilidad de descargar a Neymar de sus responsabilidades de estrella para montarse la selección al hombro cuando flaquee el jovencito? ¿Será el jugador del Barcelona la estrella que necesita Brasil?
Los amazónicos tienen muchas dudas y una certeza. Son favoritos y en su casa están obligados a responder. La historia y el entorno, además, los empujan a hacerlo. Y vencer a Croacia es el primer paso fundamental de su gesta.
