Copa América: Chile a la gran final
Con un gran lleno en Santiago de Chile, la selección local buscaba acceder a la final de su Copa América, pero primero debía enfrentar a una selección peruana que venía de menos a más en este torneo, con un Guerrero en plan estelar, además de la recuperación de Farfán y el gran descubrimiento de Cueva.
Por ello Sampaoli se planteó el partido en serio desde el comienzo, al alinear a Bravo, Isla, Medel, Rojas, Albornoz, Aránguiz, Díaz, Vidal, Valdivia, Sánchez y Vargas, con lo que haría frente a la oncena Inca que se paraba con Gallese, Advíncula, Zambrano, Ascues, Vargas, Ballón, Lobatón, Cueva, Carrillo, Farfán y Guerrero.
Gareca se sentía seguro de su equipo a pesar de la localía chilena, por lo que mandó a jugar con calma y paciencia, esperando por el momento justo de atacar con todo al local, y así fue.
Chile propuso desde el comienzo , con algo de lentitud de Vidal, resultado de la larga campaña con la Juventus, por lo que los locales se refugiaron en el buen hacer de Valdivia y los intentos de Vargas, hasta que al minuto 3, un encuentro poco amistoso entre Vidal y Zambrano en un córner puso áspero el juego y obligó al principal a ser riguroso.
Solo tres minutos después, el propio Zambrano veía la amarilla por una falta sobre Alexis Sánchez, por lo que José Argote no se lo pensó y lo amonestó debido a la previa advertencia hecha.
La ida y vuelta se hizo presente en un partido complicado para ambas escuadras, que vieron en las bandas de Albornoz y Vargas sus principales entradas de peligro y así lo hicieron, Chile con velocidad y toque y Perú con remates que producían ventajosas pelotas paradas para su altura.
Al minuto 20, Zambrano despejó un balós y dejó la pierna en alto, por lo que «tatuó» sus tacos en la espalda de Charles Aránguiz y esto ocasionó que el árbitro venezolano no se la pensara dos veces, roja direcrta para el central peruano que complicaba las acciones del partido.
Los dirigidos por Gareca no perdieron la calma y jugaron a lo mismo que desde el minuto 1, con un poco más de desgaste de manera evidente.
Al minuto 26 Perú sacrificó a Cueva para darle ingreso a Ramos, reacomodar la defensa y mantener la idea del juego, lo cual de apoco daba resultados en un partido extraño, con un ligero dominio chileno por la posesión, pero una gran certeza de Perú en cuanto a las oportunidades.
Sin embargo, al minuto 42, Sánchez envió un disparo de rosca que Aránguiz no conectó, se estrelló en el palo y Vargas aprovechó el rebote para poner en ventaja al local y causar la explosión de júbilo en las gradas de Santiago, Chile estaba en la final.
El descanso marcó los hilos, Sampaoli decidió dar oxígeno por la izquierda con la inclusión de Mena en lugar de Albornoz y le dio salida a Díaz para el ingreso de Pizarro, buscando más tenencia y ayuda para Vidal y Valdivia.
El juego se desarrolló como lo planteado, Perú esperaba para la explosión de Farfán y Guerrero mientras que Pizarro, Vidl y Valdivia le daba tranquilidad al transitar de «La Roja», con buen toque y tenencia.
Al minuto 60, Advíncula dejó a Mena en pique, mandó un peligroso centro que medel metería en propia puerta y complicaba el accionar de Chile, que veía como con diez, Perú le empataba el juego y le cerraba los espacios al local.
Sin embargo, al minuto 64 Vargas recibió el balón luego de una pérdida de Guerrero. El chileno decidió disparar a más de 20 metros del arco y se sacó de la chistera el gol de la Copa y propablemente del año. Chile de nuevo en ventaja y acariciaba la final.
El partido con un accionar predecible, con espacios y riesgos de ambos lados, se diluyó entre el cansancio peruano y el nulo acierto chileno, por lo que el marcador no se movió y dejó a Chile como el primer finalista de la Copa América.
