La historia de “El Tri” y el “Chicharito” mágico
Pedro Felipe Hernández /@pedrobutters
Érase una vez un Mundial organizado por la FIFA en Rusia, al norte del planeta Tierra. Como es costumbre, allí estaba lo mejor de lo mejor. Y de la crema y la nata resurge una selección con muchas ambiciones, pero un historial de poca fortuna. Eso no amilana a un joven de dotes que, según su currículum, tiene dotes superiores a sus compañeros y pide que esta vez los vientos sean favorables. Pide fe y promete que todo será distinto. Ese es Javier «Chicharito» Hernández, el delantero insignia de México.
“El Tri” acumula 16 participaciones en el certamen más grande del deporte Rey. Allí ha logrado en dos ocasiones meterse entre los ocho mejores del planeta en dos oportunidades (1970 y 1986), pero no han podido continuar más allá desde hace 32 años. Siempre han ido con garra y corazón, aunque quedan en el camino ante algún gigante que consiguen por su paso. Esta vez se nota una ambición distinta y el mismo delantero mexicano siente que es así. Que tienen un pensamiento diferente al de antes.
A los mexicanos les toca empezar su travesía en suelo ruso como el cuento de “Jack y las habichuelas mágicas”, en el que consiguieron unos frijoles que sembraron en el Grupo F y al empezar a crecer la planta, la usaron para subir a la siguiente ronda. Mientras escalaban la torre de color verde, allí debieron hacerle frente al gigante campeón del mundo, Alemania, y con inteligencia derribaron al mítico gigantón un gol por cero. Parecía imposible imponerse a la altura de los teutones, de hecho, antes de dar inicio al campeonato especialistas de la disciplina lo veían inalcanzable, sin embargo, el “Chicharito” respondió: “Crean en nosotros. Podemos ser como Grecia de la Eurocopa o el Leiceister de la Premier League”.
Desafiar a la historia y dejarle claro que no es como todos piensan, hizo que el intrépido atacante gritara a sus compañeros: “Imaginemos cosas chingonas”, esto con motivo de perder el miedo y así con coraje derrotar a su siguiente rival.
El camino continuaba con dificultades, pero si los norteamericanos querían perseguir sus sueños con las expectativas tan altas como la fantástica planta que trepaban, tenían que ser feroces y eso fue lo que hicieron al derrotar a la selección de Corea del Sur, que, si bien no es vista como un enorme rival, no dejó una fácil contienda, por su velocidad y agilidad con la pelota. El héroe de la historia, el caballero motivador “Chicharito”, los guio por el camino de la gallardía. Un gol que en su nación jamás lo olvidarán, ya que, con ese logro, metió a su grupo en la siguiente ronda y además lo colocó en los pergaminos históricos de su selección al acumular 50 dianas de por vida con la camisa de color verde.
Sus seguidores se dieron cuenta, que las palabras que expresaba el “Chicharito” no eran falsas promesas. Que el discurso que proclamaba no era otro más que cualquier otro profeta quería llamar la atención. Este era distinto, todos eran fieles creyentes de lo que dictaba el joven de Guadalajara.
La fiesta no se hizo esperar. Todos en el país nativo del guerrero con dorsal 14 gritaban con algarabía que el deseo “estaba” cada vez más cerca, pero un resbalón durante el ascenso, ante un sorpresivo ataque de un monstruo sueco hizo tambalear la confianza que habían ganado por el caballero con seudónimo de leguminosa.
“Se confiaron. Eso les pasa por tontos. Volvieron los de siempre”, y otros tantos improperios les cayeron encima a las palabras de motivación y crecimiento que mantenía el “Chicharito”, pero con propiedad y con la cara en alta, mantiene su canto de guerra. “Imaginemos cosas chingonas. Nada nos detiene”.
El discurso siguió siendo el mismo para el artillero, sin embargo, si quiere seguir subiendo por la planta de las habichuelas mágicas, deberán derrotar a otro gigante y con él la historia cambiar. Brasil es el enorme enemigo que protege la siguiente rama y el “Chicharito” con su lanza en mano “deberá seguir en el papel de Jack”, para recuperar el clamor y respeto de su pueblo.
