Miguel Cabrera recibió un emotivo homenaje en Miami
El venezolano Miguel Cabrera se acerca a los últimos dos meses de su carrera en las Grandes Ligas. Y en su última temporada, el toletero de los Tigres de Detroit ha recibido múltiples homenajes cuando visita los estadios de otros equipos.
Ha sido homenajeado en Texas, en Kansas y otros tantos de la mano de sus compatriotas, pero fue este fin de semana, uno distinto, uno que tendría un significado especial.
Los Tigres abrieron el viernes una serie de tres juegos en Miami ante los Marlins. Cabrera, de 40 años, volvió a la ciudad donde pasó sus primeras cinco campañas y enfrentó a la organización que lo contrató poco después de cumplir 16 años.
“Esto es muy emotivo, porque aquí es donde empezó todo”, dijo Cabrera. “Estar aquí es asombroso”.
Cabrera, junto a su familia, fue llamado al centro del diamante del loanDepot Park para ser honrado. Allí le esperaban Alex González y Omar Infante, así como Martín Prado –ex capitán de los peces- y Aníbal Sánchez –autor del cuarto no-hitter de la franquicia-, quienes le entregaron regalos, en medio de una salva de aplausos de los casi 16 mil aficionados asistentes a la casa de los Marlins.
Los Marlins se hicieron de los servicios de Cabrera, quien tenía 20 años, cuando habían transcurrido dos meses de la temporada de 2003. Cabrera tuvo un impacto inmediato, al poner fin al encuentro con un jonrón para que los Marlins vencieran a Tampa Bay en su debut dentro de las mayores.
Cabrera desempeñó un papel protagónico en la postemporada de los Marlins en 2003, que culminó con un título de la Serie Mundial.
Después de conquistar la gloria con los Marlins, el criollo sería transferido a los Tigres de Detroit, donde en lo personal lo consiguió casi todo.
El venezolano fue elegido cuatro veces al Juego de Estrellas durante el tiempo que pasó en Miami. Pero el club, temeroso de perderlo como agente libre una vez que fuera elegible, prefirió cederlo a Detroit tras la temporada de 2007.
Cabrera floreció en Detroit, para convertirse en uno de los bateadores más temibles de las mayores. Dos veces se le eligió el Jugador Más Valioso de la Liga Americana.
Ganó la Triple Corona del Joven Circuito, algo que no se conseguía desde Carl Yastrzemski en 1967.