Las invasiones registradas en 10 edificios de San Bernardino, no solo han fomentado la anarquía, sino también han provocado el repunte de secuestros express. Semanalmente se registran entre cinco y seis casos y al mes un promedio de 20.
Carlos Julio Rojas, coordinador de la organización Frente de Defensa del Norte de Caracas, relató que antisociales que residen en esos edificios cazan a quienes viven en las quintas, pues le hacen seguimiento porque son vecinos. Por lo general, los interceptan entre las 6:30 a.m. y las 8:30 a.m. cuando salen de sus trabajos o llegan al final de la tarde.
«La mayoría de las quintas de la avenida Los Próceres, Codazzi y la Plaza La Estrella no tienen portones eléctricos y los propietarios se ven en la obligación de bajarse del vehículos. Allí los someten, los obligan a montarse en su vehículo, dan varias vueltas por la zona y los abandonan en La Cota Mil».
Francis González narró que hace un mes, dos antisociales la apuntaron cerca de su residencia en la avenida Panteón de la referida parroquia. «Me estacioné para ir a la panadería y, de regreso, cuando me monté en el carro, uno de los sujetos me puso una pistola en la cabeza. Me dijo: ‘quédate callada y móntate’. Uno de ellos se sentó en el asiento del copiloto y el otro en la parte posterior del vehículo».
Los hombres le dijeron que condujera hasta Filas de Mariche. En una calle solitaria, la bajaron, hicieron que corriera y que no volteara porque si se atrevía a mirarlos, la matarían. Cuando ella siguió su camino, se llevaron su carro: un Aveo 2010. «Denuncié el robo al Cicpc y hasta ahora no lo han recuperado. Imagino que está en un picadero de vehículos».
Los comerciantes laboran entre rejas. El viernes de la semana pasada, dos menores de edad se bajaron de una moto y entraron a una barbería de la calle Cristóbal Mendoza. Sometieron a los seis clientes que se encontraban en el lugar, así como al propietario. Les arrebataron la carteras y los celulares.
También el encargado de un restaurante, que además funge como centro hípico de la avenida El Paraíso, ha sido blanco de la delincuencia dos veces en menos de un mes.
«La primera vez estaba parado a las puertas del negocio y pasaron dos antisociales en moto. Cuando lo vieron se devolvieron y lo despojaron de su celular. A los días, nuevamente lo atracaron a las afueras del local para despojarlo de su reloj», dijo Mickael Solórzano, uno de los gerentes del estableci- miento.
