Todas las irregularidades que ocurren en el sistema de administración de justicia de Venezuela quedaron en evidencia con el asesinato de Yorman Márquez Rodríguez (30), conocido como «El Gordo Bayón», quien, a pesar de su prontuario delictivo, en 2012 fue beneficiado por un tribunal de Control del estado Bolívar, y más recientemente se había fugado del retén policial de Guaiparo. Con información de eluniversal.com
Márquez fue asesinado el lunes en la noche en el extremo este de la avenida Lecuna, cuando se dirigía en un mototaxi rumbo al hotel Alba Caracas, donde estaba hospedado en la habitación 536, desde por lo menos 15 días antes. Esta habitación tiene un costo diario de 2.150 bolívares.
Justo antes de que lo mataran, había estado en una mesa de trabajo con representantes del Gobierno y miembros de los sindicatos de la construcción y la Siderúrgica del Orinoco en el Palacio de Miraflores.»Gordo Bayón» fue señalado de ser el responsable del homicidio de los sindicalistas Richard Carvajal, Maikel Sánchez y José Félix, ocurrido el 29 de febrero de 2012.
No fue sino hasta junio de ese año, después de negociar con el entonces secretario de Seguridad Ciudadana de Bolívar, Julio Fuentes Manzulli, que se entregó a las autoridades. En su audiencia de presentación el tribunal 3° de Control de Bolívar le dio una medida cautelar que lo dejó en libertad, y solo con la prohibición de salir del estado, a pesar de que lo imputaron por tres homicidios. Apenas estuvo dos meses detenido.
En noviembre de 2013 fue aprehendido nuevamente en su casa, en la calle Chopin del sector 25 de Marzo de San Félix. En esa oportunidad le incautaron un arma de fuego Glock .40 con los seriales limados, que supuestamente estaba implicada en el homicidio de otro sindicalista, llamado Leo Rafael Díaz y ocurrido en enero de 2013.
Por esa detención, el tribunal 2° de Control de Bolívar le dictó privativa de libertad y estaba recluido en el retén policial de Cachamay, de donde supuestamente se fugó en diciembre.
Sin embargo, sus vínculos con el sector oficialista le permitieron que viniera a Caracas como mediador de los conflictos sindicales entre el Estado y las empresas de Bolívar.
