Asistir al cine: Una opción de lujo para pocos
Asistir al cine era una de las alternativas más sanas que tenía la familia venezolana para disfrutar su tiempo libre. A la luz de la situación económica que se afronta, acudir a una sala a ver una película resulta una opción de lujo para pocos.
De hecho, disfrutar del séptimo arte requiere para una familia de cuatro miembros, pagar casi un salario mínimo solo en las entradas, vale decir, entre 1.524 y 1.854 bolívares soberanos. Sin contar con los combos de cotufas y refrescos.
Para un trabajador que gane sueldo mínimo (Bs.S 1.800) resulta imposible disfrutar de una película en sala, aún cuando vaya el lunes donde una entrada sale en Bs. S 92,50 (lunes popular). Eso es decirle adiós al amor.
Poder ver una película una persona debe pagar entre 548 bolívares soberanos (Bs.54.800.000) y Bs.S 618 (61.800.000), dependiendo de la sala de cine que le guste.
Algunos pueden ir porque sus familiares en el extranjero envían dinero. La crisis cambió el hábito de los cinéfilos, pues anteriormente asistían cada fin de semana. Ahora, lo harán cada mes y preferirán los lunes populares.
Se conoció a través de un recorrido de otro portal de noticias que el servicio de caramelería suele ser el más caro en las salas de cine caraqueñas. El combo Duo cuesta entre 266 y 397 bolívares soberanos. Las cotufas solas varían entre 224 y 270 bolívares soberanos, mientras que un refresco cuesta entre 89 y 98 bolívares soberanos.
Y a pesar de las promociones que ofrecen los cines para no disminuir las ventas, el número de visitantes ha mermado significativamente, alrededor del 50% en comparación con el ejercicio económico del año pasado. Un trabajador de la empresa Cinex que prefirió mantener su identidad en el anonimato, admitió que luego de la entrada en vigencia de la reconversión monetaria, la presencia de espectadores está de capa caída. Definitivamente, sale “casita” a la hora de querer disfrutar una película.
