Economía

¡Capitalismo salvaje!… Pero en China

Desde el Gobierno se habla mucho de la experiencia China como paradigma, el nuevo socio comercial de Venezuela, con muy buenos negocios concretados y su posicionamiento dentro de áreas estratégicas de negocios en la economía venezolana.

¿Porqué China ha llegado a donde está? Cuando se analizan las experiencias de las economías de corte e ideología marxista en países como la extinta Unión Soviética, Cuba y Nicaragua, vemos un denominador común, su fracaso en ofrecer una economía pujante, generadora de empleos, bienestar y de mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos. Países como China, se deslastró hace ya más de 15 años de esa orientación económica centralizada, estatista de todas las actividades y de restricciones totales a la inversión en ciertas áreas de negocios.

Hoy la Concepción económica de China, se parece cada día más a las economías de modelo capitalista de los países de Occidente; y este hecho ha producido, que China se ha convertido en una potencia económica y financiera de «Primer Mundo». Se estima que en unos 25 años, de continuar el ritmo acelerado y sostenido de su crecimiento económico del 10 y 11% interanual de los últimos 15 años, China pueda convertirse en la primera potencia económica a nivel mundial, con la reducción sustancial de la pobreza de sus ciudadanos. Todo esto bajo el modelo económico capitalista.

Uno de los problemas que enfrenta China hoy, es que su crecimiento acelerado esta poniendo presión sobre el Gobierno Chino para aminorar su explosivo crecimiento y no producirse un recalentamiento sobre su economía que presione sobre los precios (subiendo las tasas de interés para frenar crecimiento) y presión sobre su moneda, el yuan. La Bolsa de Shangai, se ha convertido en una de las Bolsas de Valores de mayor rentabilidad a nivel mundial en los últimos años, y sus rendimientos han registrado máximos en un año de hasta un impresionante 92%. El empuje en los precios de las acciones chinas es el resultado de un factor determinante: «ganancias, ganancias y más ganancias». El mercado de capitales de China y de sus países vecinos se ha convertido en centro de atracción de los capitales mundiales. Cada día China y los países asiáticos abren sus mercados a la inversión foránea, estableciendo reglas claras y seguridad jurídica para esas inversiones. Esto contrasta con el caso venezolano, donde cada día las garantías, marco legal y constitucional para los inversionistas nacionales o extranjeros se deterioran y debilita.

El planteamiento socialista marxista que se propone en la actualidad el gobierno de Hugo Chávez se aleja de las corrientes modernas y de desarrollo de los países que han alcanzado éxito económico y social, o en vías de alcanzarlo. Venezuela tiene todos los elementos para ser un país exitoso. Venezuela cuenta con los recursos naturales para hacer de este país, un gran país. Cuantiosos recursos que están aquí para desarrollar y crear riquezas para los venezolanos. No obstante, los recursos naturales por sí solos no son suficientes, se requieren de políticas económicas que fomenten la inversión y el desarrollo. Es irreal pensar, que los inversionistas extranjeros vendrán a realizar sus inversiones bajo la sola premisa de los grandes recursos con que contamos, si a esa inversión no se le da seguridad jurídica necesaria y reglas de juego claras y de continuidad en el tiempo.

Las economías del mundo de hoy están sentadas sobre la base de la libre empresa, el libre mercado, la apertura comercial y la competitividad internacional. Países y regiones se integran para activar y mejorar sus flujos de comercio e inversión, así como para desarrollar sus ventajas comparativas y competitivas, la interdependencia y globalidad son la dinámica misma del proceso. En consecuencia, lo presentado y dicho hasta ahora sobre un eventual modelo socialista – marxista de la economía venezolana, no encaja y es contrario a las tendencias del mundo moderno de hoy; y en nuestro caso lo que traería es retraso, más pobreza y la perdida de las grandes oportunidades que tiene el país de desarrollarse y mejorar la calidad de vida de la mayoría de los ciudadanos.

China se dio cuenta de este gran error y emprendió un cambio hacia la modernidad, la apertura y el desarrollo; sus resultados están a la vista. Que en nuestro caso, no tengamos que pasar por la mala experiencia de China, o la Unión Soviética, para darnos cuenta de lo que se necesita en Venezuela es más capitalismo para todos, incentivar la propiedad privada, el trabajo productivo, incentivar y dar apoyo financiero y técnico a todos los venezolanos que quieran emprender para hacerlos empresarios prósperos y pujantes. Un país donde la iniciativa privada a emprender, crear, poseer y disponer la tenga el ciudadano y no el Estado. Por eso China entro en el capitalismo salvajemente sin retorno al pasado.

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