Economía

Con ocasión de la crisis argentina 2001-2002

Con ocasión de la crisis argentina de los años 2001-2002, Ricardo Caballero y Rudi Dornbusch, profesores de la Universidad de Harvard y del MIT, respectivamente, publicaron un documento que tiene por título (%=Link(«http://www.globalizacion.org»,»Argentina: un plan de rescate»)%). No es menester detenernos en la revisión del plan. A fin de cuentas no fue implementado en la práctica. No tuvo eco en la clase dirigente Argentina. Y como podría tenerlo, si la disputa por el poder del Estado negaba lo que el plan sugería: “dado que la política está sobrecargada debe ceder transitoriamente su soberanía en el manejo de los asuntos financieros”.

Ceder transitoriamente significaba, que para el lapso de una década, “una oficina de experimentados banqueros centrales debería tomar el control de la política monetaria argentina. Esta solución aportaría mucha reputación y credibilidad…” y “otro agente extranjero es necesario para la verificación de la política fiscal y la firma de los cheques de la Nación a las provincias”. Quizás el plan de Caballero y Dornbusch se fundamentó en la percepción según la cual “en el corazón de la crisis argentina hay un problema de falta de confianza como sociedad y en el futuro de la economía”, y en que “la evasión de impuestos y la corrupción -y la aceptación gubernamental de estos asuntos- deben ser suprimidos de forma radical”. Dos percepciones normativas sin lugar a dudas, que aún cuando no están razonadas axiomáticamente, no le restan validez si la intuición roza tangencialmente la realidad.

La realidad hoy es que Argentina recibió ayuda financiera del FMI sin “ceder transitoriamente su soberanía en el manejo de los asuntos financieros”. Pero se habrá disipado la falta de confianza y erradicado la corrupción?. Aún faltan 7 años para tener una respuesta comparativa. Pero a tres años de la crisis denominada el “corralito”, los indicadores sociales han mejorado. En el año 2002 la población argentina era de 36.6 mill., de los cuales el 20.8% se encontraba desempleada, el 53.0% se encontraba viviendo por debajo de la línea de pobreza y el 24.8% por debajo de la línea de pobreza extrema. Para el año 2004 la población crece a 37.4 mill., el desempleo disminuye a 12.1%, el porcentaje de personas que viven por debajo de la línea de pobreza disminuye a 44.3%, y a 17.0% las que viven por debajo de la línea de pobreza extrema (ver IMF Country Report No. 05/236, July 2005).

Sin lugar a dudas tal mejoría se sustenta en el sostenido crecimiento del producto doméstico bruto por habitante. Valorado en $ de USA, de 2.8% en 2002 se incrementó a 4.1% en 2004. La proyección que el FMI tiene para este año es de 4.6% y 5.3% para el año 2007. En contraste con el año 2002, en que la contribución al crecimiento del producto provenía de las exportaciones netas (6.0% y -16.9% la demanda doméstica), en el 2004 la contribución al crecimiento del producto proviene de la demanda doméstica (11.0% y -2.0% las exportaciones netas). En términos de la contribución al crecimiento del producto, la proyección del FMI es como sigue: año 2005 (6.5% la demanda doméstica y -0.3% las exportaciones netas), año 2007 (3.5% la demanda doméstica y 0.1% las exportaciones netas). Nótese que el crecimiento proyectado del producto disminuye de 6.2% en 2005 a 3.6% en 2007. Acaso esta disminución se debe a un cambio en la dirección del gasto dedicado al producto?. Esto es, favorecimiento del crecimiento de las exportaciones netas a costa de la disminución de la demanda doméstica?.

Las cifras proyectadas sugieren una respuesta afirmativa, y quizás se pueda apreciar mejor si las comparamos con las correspondientes al año 2004 (11.0% demanda doméstica y -2.0% exportaciones netas). Nótese que para ese año el producto creció 9.0%, determinado por el crecimiento de la demanda doméstica. Lo que se infiere de la proyección del FMI es que en la medida que mejora el crecimiento de las exportaciones netas empeora el crecimiento de la demanda doméstica. Sin embargo, a pesar de ello, 3.6% de crecimiento del producto satisfaría las necesidades de 38.6 mill. de personas proyectadas para el año 2007. Esto es una ligera ventaja si se le compara con el crecimiento del producto para el año 2002 (-10.9%).

El problema del actual crecimiento económico argentino es de insuficiencia de capital. En el año 2002 el financiamiento disponible neto (ingresos de capital más reservas acumuladas brutas más otros financiamientos menos pagos de capital), expresado en $ de USA, fue de -8.6 bill., para el año 2004 el financiamiento disponible neto se reduce a -3.0 bill., y la proyección del FMI para el año 2005 es de -1.7 bill. De las cifras se infiere que el financiamiento bruto requerido ha disminuido, pero también se infiere que el financiamiento neto es insuficiente para cubrir el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos. Algún economista podría argumentar que el déficit se corregiría disminuyendo las importaciones. En lo personal no estoy de acuerdo con esta apreciación. Es una solución muy costosa para el consumo doméstico por lo simple de su formulación, que deja de lado otras variables, como por ejemplo los pagos e ingresos de capital. Si los pagos de capital son mayores que los ingresos, mayor será el financiamiento neto requerido para cubrir el déficit en cuenta corriente. Pero si los pagos disminuyen junto con un aumento de los ingresos de capital, entonces diminuye el financiamiento neto requerido para cubrir dicho déficit.

Mi apreciación sobre la disminución del déficit en cuenta corriente se explica porque los pagos de capital argentinos disminuyeron de 32.0 bill. en el 2002 a 23.4 bill. en el 2004. Pero los pagos de capital disminuyeron porque así lo hicieron los flujos de capital privado neto hacia el exterior. Estos disminuyeron de 20.8 bill. en el 2002 a 1.5 bill. en el 2004. Contrariamente a lo que el liderazgo político argentino vende, la amortización de la deuda pública se incrementó de 7.8 bill. en el 2002 a 18.1 bill. en el 2004. La proyección del FMI para el 2005 es que la amortización de deuda disminuirá a 8.2 bill. y la salida de capital privado se incrementará a 3.0 bill. Un cambio en la tendencia de ambas variables que de acuerdo a las proyecciones del FMI no incidirán significativamente en el déficit en cuenta corriente proyectado.

Pero más que preocuparse por la amortización de deuda pública proyectada, el FMI debería preocuparse por la salida de capital privado proyectado. Quizás el FMI desestime este dato en virtud de que la salida de capital privado es una variable exógena que depende de la percepción que los particulares tienen, en un momento determinado, del ambiente de los negocios, así como del político y social. Pero el FMI debería aprender de la experiencia, así como el gobierno argentino, y pensar en el impacto que para el año 2002 tuvo la implementación de una política de desembolso cero. El gobierno argentino debería entender que, para ese mismo año, la salida de capital privado de 20.8 bill. de $ USA se dio junto con una amortización de deuda pública de 7.8 bill. y desembolsos del FMI de 0.0 bill. Que la disminución a 1.5 bill. en el año 2004 se dio junto con una amortización de deuda pública de 18.1 bill. y desembolsos del FMI de 3.5 bill. De acuerdo a los proyecciones del FMI para este año 2005 (amortización deuda pública: 8.2 bill. y desembolsos FMI: 0.0 bill.), la economía argentina se encuentra de cara a una nueva crisis, acaso a la variante de un nuevo “corralito”. La diferencia con las condiciones financieras del año 2002 es que la salida de capital privado se proyecta en 3.0 bill. Este es un dato importante, que duda cabe, pero igualmente importante sería prevenir su incremento.

(*) Economista, profesor de la UNELLEZ-VENEZUELA

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