Economía

Conindustria: la industria privada se recupera a niveles de 2018

Además, el 46 % del sector considera que mejoró la situación económica en Venezuela durante el año pasado y el 42 % estima que mejorará en 2022

La Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), informó este miércoles que la operatividad de la industria privada del país creció cuatro puntos porcentuales en el último trimestre del año pasado y llegó a niveles de 2018, algo que los empresarios atribuyen a la dolarización transaccional y a la flexibilización del control de precios.

Según un estudio de la patronal, cuyos resultados fueron presentados en rueda de prensa, la capacidad utilizada de la industria fue del 27 % durante los últimos tres meses de 2021, frente al 23 % de los trimestres anteriores- mismo funcionamiento registrado en 2018, la última vez que había estado en ese nivel.

«Venimos recuperándonos y creo que va a seguir aumentando. Se está recuperando el poder adquisitivo, hace poco se ganaba 20 dólares a lo sumo, los salarios estaban deprimidos, la causa de la pérdida del talento. También regresaron las remesas, pero lo más importante es que no hay control de precios», dijo el presidente de Conindustria, Luigi Pisella.

El promedio de remuneración de los obreros de la industria aumentó un 76 % en 2021 para llegar a 138 dólares al mes, mientras que los salarios de los gerentes subieron 30 % a 539 dólares mensuales.

Sin embargo, la operatividad del sector manufacturero venezolano sigue siendo muy baja comparada con la de otros países de la región, como Colombia, cuyo sector, según Conindustria, trabaja al 81 % de su capacidad instalada.

La capacidad operativa de la industria venezolana de alimentos y bebidas trabaja por encima del promedio, al 33 % de su totalidad; al igual que el sector farmacéutico, que opera al 35,88 % de su capacidad instalada, de acuerdo con la Encuesta de Coyuntura Industrial llevada a cabo por el gremio.

Además, el 46 % del sector considera que mejoró la situación económica en Venezuela durante el año pasado y el 42 % estima que mejorará en 2022.

El 58 % de la industria reportó que hubo un aumento de su producción y el 52 % de los consultados prevé que seguirá incrementándose este año.

«A nivel de sorpresa, y quiero decirlo muy gratamente, (…) la pequeña industria logró producir, lo que se ve reflejado en el empleo y poder adquisitivo«, dijo.

En este sentido, indicó que un 21 % de las pequeñas empresas no había producido en el segundo trimestre de 2021 y en el último trimestre esta cifra bajó a apenas un 6 %.

Los resultados de la encuesta también muestran que las ventas del 60 % de los industriales aumentaron durante los últimos tres meses de 2021 y que el nivel de empleo del 56 % de las empresas se ha mantenido igual.

Pero el paulatino crecimiento que ha registrado la capacidad utilizada de la industria en los últimos años se ve obstaculizado por factores como la aún baja demanda nacional, la competencia de productos importados que entran al país sin pagar IVA ni aranceles, la falta de financiamiento, los «excesivos» tributos y la persistente, pero reducida, escasez de combustibles.

De hecho, Conindustria calcula los ingresos no percibidos por el Estado debido a la exoneración del IVA a productos importados el año pasado en 868 millones de dólares, «1,8 veces el presupuesto del sector salud y 1,2 veces el plan de respuesta humanitaria de la ONU».

Según la patronal, 600 empresas venezolanas pudieron ser financiadas con ese monto.

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2 comentarios

  1. Llama poderosamente la atención la aseveración de haber aumentado durante un año 76% la remuneración en dólares de los obreros. De ser verdad, resultaría mayor a la eventual o supuesta recuperación de la actividad económica y comercial. En consecuencia, ¿qué explica dicho ajuste? Esta variación implica un reconocimiento del paupérrimo nivel de remuneración de los obreros en el sector privado, es decir que la base de inicio era extremadamente baja -de hecho continua siendo la más baja de Latinoamérica-. Qué presionó al alza, si supuestamente la remuneración obedece al nivel de productividad y éste no pudo aumentar al ritmo del supuesto alza en la remuneración de los obreros. ¿Sería un reconocimiento de que su remuneración se encontraba por debajo de su productividad, sería un reconocimiento a su extremadamente bajo peso relativo sobre ,as estructuras de costos, sería que reconoce el bajo poder de negociación de los obreros ante los empresarios y dado que trabajar ya no compensa, resulta mejor ser buhonero o emigrar, los empresarios se ven obligados a transferir parte de la productividad a los trabajadores? Cuánto sigue siendo el peso de la mano de obra sobre la estructura de costos en comparación a países vecinos? Respuestas a estas preguntas son relevantes en el país de hoy.

  2. Asegurar públicamente que han aumentado el sueldo en dólares de obreros a una tasa superior al crecimiento económico, al aumento de sus beneficios o superior al eventual crecimiento de su productividad, cuando menos causa preguntas. Dicho ajuste, de ser cierto o efectivo, debe responder a unos incentivos concretos. Si alguien dice que a sus empleados los ha tenido durante cierto tiempo remunerados con un nivel significativamente inferior al nivel posterior al anuncio de un ajuste, y no encuentra explicación en una recuperación económica -al menos no por su cuantía-; el público puede interpretar que la base de remuneración estaba siendo muy baja y en consecuencia, siendo que su ajuste no se debe a incrementos de productividad, se explica por el reconocimiento de productividad que no estaba siendo remunerada en la remuneración base (obvio que se requiere una explicación adicional, como sería que la remuneración no cubre el costo de oportunidad del ir a trabajar o la migración de trabajadores que puede otorgar nuevo poder de negociación a los trabajadores que se quedan en el país). Lo anterior implica un mayor poder de negociación por parte del empleador y en consecuencia cierto ejercicio de poder de mercado como comprador o contratador de mano de obra. Más aún si el eventual peso relativo de la mano de obra, continua siendo baja en términos absolutos y relativos (% sobre los costos).

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