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Continúa escasez de medicinas

Después de recorrer varias droguerías, de enviar mensajes en cadena para solicitar información, de hacer que conocidos visitaran farmacias en diferentes ciudades del país, a la familia de Carlos Herrera no le quedó más opción que pedir ayuda a unos amigos en Colombia para que compraran el medicamento que necesita para la quimioterapia del cáncer que padece: “En Colombia fue donde pude conseguir la quimioterapia”, afirmó.

Las ampollas de Decapeptyl que le enviaron a Herrera, una hormona que bloquea la producción de testosterona, es uno de los medicamentos que se suma a la larga lista de fármacos que escasea en las droguerías y farmacias del país. “La angustia de incumplir el tratamiento hace que pidas en todos lados, incluso que lo traigas de afuera con el costo que eso representa”, dijo Adriana, hija de Herrera.

 

A pesar de que este año el Centro Nacional de Comercio Exterior liquidó parte de la deuda que la industria farmacéutica tenía con sus proveedores internacionales y se reanudó el despacho de algunos medicamentos, el abastecimiento no se ha regularizado y a los pacientes les ha tocado ingeniárselas para poder cumplir los tratamientos.

 

Una fuente de la industria farmacéutica, que prefirió no ser identificada, detalló que aun con las liquidaciones recientes, la deuda que mantiene el gobierno con el sector supera los 3 millardos de dólares.

 

Agregó que desde finales de septiembre se están aprobando las solicitudes de autorización de adquisición de divisas, pero que los tiempos de llegada al país de los productos es de hasta 45 días, dependiendo del medio por el que sean enviados.

 

Reiteró que es necesario que el gobierno facilite los trámites necesarios para la entrega de divisas y reconsidere los precios de algunos medicamentos regulados, que están muy por debajo de los costos de producción.

 

A la caza. Los retrasos en las asignaciones de divisas los perciben los consumidores. Sin importar si el fármaco se requiere para superar una fiebre o para tratar una patología crónica, el camino para conseguirlo es bastante complicado.

 

La escasez se hizo más notoria a raíz del brote de dengue y la fiebre chikungunya, las cajas de acetaminofen se agotaron y no hubo inventario de reposición y aunque el gobierno anunció la importación del medicamento, en las farmacias sigue desaparecido.

 

Incluso en la sede principal de Farmapatria, en Cotiza, el acetaminofén no se consigue. Una de las trabajadoras del establecimiento anota en una libreta los medicamentos que los consumidores más solicitan y que no tienen disponibles: Losartán potásico (para tratar la hipertensión), euthirox (para problemas con la tiroides) hidorsmina (para las várices). Ninguno hay.

 

“El complejo B, las aspirinas y los anticonceptivos tampoco se consiguen. Hace tres meses la situación comenzó a empeorar. Los medicamentos llegan, pero en tan pocas cantidades que no es suficiente para la demanda”, añadió José Luis Sánchez, farmacéutico de una botiquería en Los Ruíces.

 

EL DATO: Ángel Cárdena, encargado de una de farmacia en Sabana Grande decidió hace unos meses escribir en una pequeña pizarra los remedios que estaban agotados en el establecimiento para que los consumidores no perdieran tiempo preguntando. Pero en vista de que la lista de medicamentos escasos aumentó, tuvo que sustituir la pizarra, en su lugar ahora hay hojas con los nombres de medicamentos que tapan casi toda una pared. “La gente lo que hace es quejarse de esto, porque todos los días desaparece otro remedio. Pero nuestros proveedores no traen nada”, afirmó.

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