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De Cadivi a las Mesas de Cambio: 16 años de experimentos cambiarios en Venezuela

Dieciséis años de control cambiario. En un contexto de hiperinflación, contracción económica y escasez de divisas asociadas a la caída de la producción petrolera, fuente del 96% de los dólares que contabiliza el país, el Ejecutivo nacional, a través del Banco Central de Venezuela (BCV) ha decidido flexibilizar el mercado de divisas a través de mesas de dinero que deja en manos del sector privado la cotización, la oferta y la demanda de moneda extranjera.

Según la resolución N° 19-05-01 del BCV que circuló el 6 de mayo, las entidades financieras del país autorizadas, podrán realizar la compra y venta de divisas entre personas naturales y jurídicas a través de mesas de cambio, en las que los interesados podrán presentar cotizaciones de oferta o demanda “sin restricción alguna”.

Pero la medida es calificada de extemporánea. Por años, el Estado ha querido ejercer una suerte de supremacía y onmipotencia en el ámbito de la economía y ha ejercido el control político y social sobre los sectores productivos del país, lo que ha derivado en un sector económico paralizado y contraído con una inflación proyectada en más de 10.000.000% para el año 2019, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).

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CADIVI

En el año 2003, bajo la justificación de la caída de la oferta de divisas, debido al paro petrolero de 2002-2003, el expresidente Hugo Chávez instauró un control cambiario “transitorio”, que se prolongó por 15 años, hasta agosto de 2018.

Así nació la Comisión Nacional de Administración de Divisas (Cadivi), bajo la promesa de que cesarían sus funciones hasta recuperar el nivel adecuado de las reservas internacionales, afectadas por el paro petrolero. Sin embargo, aunque el precio del petróleo se recuperó, Cadivi duró 10 años.

La existencia del organismo estuvo marcada por cuestionamientos sobre importantes casos de corrupción. Con ello nació en 2004 el mecanismo del cupo con tarjetas de crédito de 2.000 dólares y 200 en efectivo, los cuales fueron eliminados y posteriormente reducidos para luego ser eliminados en 2015. En febrero se produjo la primera devaluación de 1,6 a 1,92 bolívares por dólar.

En 2005 entró en vigencia la Ley de Ilícitos Cambiarios, derogada 13 años después en el año 2018. En marzo del mismo año, llega la segunda devaluación de 1,92 a 2,15 bolívares por dólar.

En 2009 nace el mercado del dólar permuta operado por las casas de bolsas. Así intervino el mercado de capitales en el ámbito cambiario.

En 2010 el exministro de Finanzas, Jorge Giordani, cierra el mercado de permuta porque el dólar llega a 7 bolívares. Son cerradas 32 casas de bolsas por estar, “involucradas en un plan para inflar el valor del dólar permuta y causar artificialmente un aumento del costo de la vida de los venezolanos”, según Hugo Chávez. En enero aparece la tercera devaluación de 2,15 a 4,30 bolívares por dólar.

SITME

Posteriormente, en el mismo año, se activa el nuevo Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme) a 5,30 bolívares por dólar, para intentar cubrir la ausencia del dólar permuta. Así el Ejecutivo pretendía incidir en la formación del precio, fijándolo por debajo de las expectativas del mercado, lo que favoreció a la banca pública para que ésta le vendiera de nuevo al Sitme cuando requería liquidez.

Entre los años 1999 y 2011 se fugaron, según el experto Miguel Ángel Santos, 131.538 millones de dólares. El capitán Manuel Barroso, presidente de Cadivi, denunció que el fraude con los cupos superaba los 200 millones de dólares y que se expulsaron más de 50 funcionarios de ese organismo.

SICAD I, II y CENCOEX 

En 2013 aparece el Sistema Complementario de Administración de Divisas I (SICAD I) con subastas de divisas y topes predeterminados. Se produjo una cuarta devaluación de 4,30 a 6,30 bolívares por dólar. La fugaz presidenta del BCV Edmée Betancourt dijo que en 2012 (año de mayor ingreso petrolero) se estimó en 20.000 millones de dólares una “demanda artificial” no asociada a las actividades de producción.

En 2014 con menos subastas fue lanzado el SICAD II. Cadivi pasó a ser el Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex). Este año el Sicad realiza 26 subastas por un total de 4.916 millones de dólares a un tipo de cambio promedio de 10,84 bolívares por dólar, una quinta devaluación.

SIMADI

En 2015, se crea el Sistema Marginal de Divisas (Simadi), sujeto a libre fluctuación. Cencoex mantiene alimentos y medicinas a 6,30 bolívares por dólar mientras que el Sicad establece 12 bolívares por dólar al unificarse Sicad I y II. El Simadi los reemplaza. Ese año fue eliminado el cupo en efectivo para los viajeros y el cupo electrónico se ubicó en 300 dólares por año.

DICOM y DIPRO

En 2016 el Sistema de Divisas de Tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado (Dicom) sustituyó al Simadi. A partir de este año se profundiza la pérdida de valor del bolívar y el distanciamiento del valor de las monedas extranjeras, incluyendo el peso colombiano y se inició un activo mercado en la frontera con Colombia.

La tasa Cencoex, que anteriormente se situaba en Bs. 6,30 por dólar, pasó a un valor de Bs. 10 por $USD. Esta tasa, denominada Sistema de Divisas Protegidas (Dipro), estuvo destinada a áreas prioritarias como alimentos, medicinas e importación de materia prima para su producción.

Se prestó el Dipro a casos de brutal corrupción pues allegados al régimen se hicieron con groseras fortunas. Cerca del 70% de las importaciones del país que se realizaban a la tasa Dipro, tendrán ahora que recurrir a la tasa Dicom, cuyo nivel resultará de subastas en las cuales el gobierno ha dicho que no ofertará dólares y por tanto la oferta se limitará a la que puedan hacer los particulares. José Toro Hardy.

En 2017 se ofreció un nuevo sistema de subastas. A partir de noviembre, Venezuela se convirtió en el primer país petrolero del mundo en hiperinflación, derivada de un enorme déficit fiscal con la emisión inorgánica de billones de bolívares por parte del BCV, que disparó el tipo de cambio a niveles sin precedentes.

En 2018 fue cancelada la tasa preferencial Dipro y regresó la denominación Dicom. En el mes de agosto, como parte de un «Plan de Recuperación Económica», se eliminó la Ley de Ilícitos Cambiarios. El BCV retomó la centralización de las divisas.

Lea también: Inflación disminuyó como reflejo de una economía paralizada

En enero de 2019, el BCV acentuó su intervención en el mercado cambiario «con el objetivo de lograr la estabilidad en materia cambiaria, monetaria y detener la hiperinflación». De este modo se quiso estabilizar el tipo de cambio en alrededor de Bs. 3.300 por dólar y Bs. 3.773,7 por euro.

En abril, la tasa oficial ascendió a los 5.200 bolívares por dólar, con lo que el Gobierno ejecutó una devaluación de 20% con respecto a la tasa anterior.

MESAS DE CAMBIO

Ahora, en un intento de flexibilizar el mercado, se habilitan después de 16 años las mesas de cambio de los bancos sin la presencia del BCV, pero se hace de manera aislada. La banca venezolana enfrenta un riesgo elevado de iliquidez como resultado de la agresiva política de encaje legal, la banca pública y privada ha perdido a sus bancos corresponsales o intermediarios y la materia prima de cualquier mercado cambiario, que son los dólares, es escasa.

La pregunta es ¿por qué no lo había hecho antes? Por asuntos ideológicos, por mantener el control político y social. Al gobierno no le quedan más alternativas, frente a un mercado cambiario que se mantiene hacia el alza a pesar de la iliquidez y una hiperinflación que, aunque se ha desacelerado, lo ha hecho a costa de la contracción de la economía. El gobierno, para matar el cáncer, decide matar al enfermo. Leonardo Buniak.

Aún se espera que el Banco Central especifique cuándo entrará en vigencia el nuevo sistema de las mesas de cambio, así como el valor de cotización con el cual arrancará este mecanismo.

Hemos visto un continuo desfile de experimentos cambiarios fallidos: Cadivi, Sicad, Sicad 2, Simadi, Dipro, Dicom, etc. La eliminación del control de cambios sería la opción racional, conjuntamente con otras medidas de carácter social, fiscal y monetario, así como el apoyo frontal del FMI. De lo que se trata es de estimular al máximo la economía, las inversiones y la producción de bienes de todo tipo a fin de que el aumento de la oferta actúe sobre los precios, forzándolos a la baja. Se trata de frenar el empobrecimiento. José Toro Hardy.

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