Economía

Demanda petrolera

La crisis económica que azota Europa, iniciada por Grecia, extendiéndose a Italia, España, Portugal y más recientemente a Holanda y el Reino Unido, no habla de una recesión generalizada en los países de la comunidad, con el consecuente impacto sobre  la demanda de crudo en esos países y por ende en el suministro de crudo al mercado internacional. Si bien no es posible hablar de una recesión económica en los países asiáticos, si está presente una disminución apreciable del crecimiento económico de ellos. Esta situación conforma un escenario de consumo de petróleo de menor volumen de los originalmente estimados.

Las distintas organizaciones especializadas en el área de los hidrocarburos han venido ajustando hacia la baja las predicciones de consumo de crudo a futuro. El horizonte de un consumo mundial de petróleo en los 100 millones de barriles diarios, que para algunos estaba a la vuelta de la esquina, se ha alejado en el tiempo. Los estudiosos del tema establecen ese horizonte no antes del 2030, cuando hace algunos poco años se hablaba  de los inicios de la próxima década.

Los avance tecnológicos, las fuente alternas de energía igualmente contribuyen a pensar que el horizonte de consumo de crudos en los 100 millones de barriles diarios se producirá no antes de dos décadas y quizás tres

Los inventarios de crudos en manos de los países miembros de la OECD presentan una tendencia alcista, lo que nos indica un desbalance creciente entre la oferta al mercado internacional por parte de los países productores de petróleo y los consumidores del mismo. Esto sin embargo no se ha reflejado en una caída importante en los precios de estos crudos y derivados en el mercado internacional. La inestabilidad natural o inducida en la zona del Medio Oriente contribuye a un factor especulativo en los precios del crudo estimada en 10 dólares por barril.

El cartel de la OPEP ha anunciado su intención de mantener los niveles actuales de producción, descartando las presiones internas de diversos países consumidores por un incremento en los niveles de producción. De igual manera ha sorteado las presiones, de los países productores con limitaciones para el incremento de producción, para ajustar a la baja los volúmenes de crudo ofrecidos al mercado. De mantenerse la posición actual de la OPEP y su principal miembro, Arabia Saudita, inexorablemente los inventarios de crudo aumentarán, presionando fuertemente los precios hacia abajo. Solo una mayor inestabilidad política por razones propias o inducidas impedirá un descenso en los precios del crudo en el mercado internacional.

Los incrementos significativos de la producción de petróleo en los Estados Unidos de América, sobrepasando niveles de más de seis millones de barriles diarios, cuando solo hace algunos años se ubicaban por debajo de cinco millones de barriles diarios; aunado a los importantes incrementos de producción canadiense, conforman un escenario energético en la América del Norte impensable tan solo hace una década.

La anhelada suficiencia energética buscada por los americanos y fallida por muchos años pareciera conformar un escenario perfectamente factible en menos de una década. La elevada producción y reservas de gas en ese país estimulan cambios importantes en los esquemas de consumo de energía, la adecuación de su parque automotor apara el consumo masivo de gas, así como la posibilidad de conversión de parte de ese gas en diesel provocarán una redefinición de mundo energético

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