Economía

El Outlook para el 2002

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El entorno

a. Background. El crecimiento económico en Venezuela esta estrechamente relacionado con la dinámica de la inversión privada. Cuando esta se contrae, que es lo que ha ocurrido en los últimos anos, el crecimiento económico amarra su suerte a lo que ocurra con el sector petrolero. Sin embargo, al observar la regularidad empírica en las ultimas décadas se encontrara que la expansión de las exportaciones petroleras, bien por volúmenes de producción o por mayores precios repercute positivamente sobre la inversión privada, la cual reacciona sin mayores rezagos respecto de la expansión gasto del estado y el clima de confianza que genera el crecimiento de los ingresos fiscales con relación a la posición fiscal de corto y mediano plazo. Ese fenómeno no ocurrió en este pasado boom petrolero de 1999-2001.

b. Un sostenido proceso de salidas de capitales creara tensiones en la balanza de pagos. La expansión de gasto fiscal parece haberse diluido sin imponer el acostumbrado efecto expansivo sobre la economía nacional. Al observar detalladamente la direccionalidad de los flujos de capitales, se aprecia sin lugar a ambigüedades una «sostenida» salida de capitales que configura un entorno de descapitalización, con salidas de capitales que alcanzan unos 12 mil millones de dólares en los dos últimos años, lo cual refleja claramente el comportamiento de la inversión privada.

El nexo es evidente, ya que la caída de las reservas internacionales no ocurre como consecuencia de una expansión del intercambio comercial sino que se refleja en el flujo neto negativo en la cuenta de capital. El impacto real se evidencia en el raquítico crecimiento económico que se observa en estos dos años y que se extenderá al 2002, será muy escasa la demanda de inversión en el próximo ano, debido las bajas expectativas, tanto por factores externos como internos, con lo cual se configura un escenario de desaceleración del crecimiento económico.

c. La dolarización El flujo neto de salida de capitales intensifica el proceso de dolarización, el cual además aparece coadyuvado fundamentalmente por dos razones; una en la política económica y la otra en la economía política, ambas conectadas. La contabilidad de la balanza de pagos muestra que el voluminoso superávit en cuenta corriente del boom petrolero financió en alta proporción las salidas de capital.

La economía política y la política económica: neocapitalismo de estado, discrecionalidad y desconfianza

a. De la política económica y la economía política. La política económica se ha caracterizado por un mecanismo de anclaje cambiario no sostenible, por la fragilidad fiscal que ha caracterizado la alta dependencia petrolera, y un entorno de elevado riesgo que impidió la «reestructuración» del perfil de la deuda externa, con lo cual se perdió una oportunidad para acomodar la estructura de pagos de la deuda externa. A esto se agrega el crecimiento explosivo de la deuda interna (300% en el periodo), lo que de algún modo habla de una «sustitución» de deuda publica externa por deuda interna sin que medie un argumento económico y financiero racional en términos de costos y servicio.

El segundo elemento, la economía política, ha estado centrado en los efectos negativos que ha tenido el proceso político de masivo institutional meltdown y de deterioro de las reglas de juego, unido a un entorno perverso de precaria rule of law, que en materia de economía institucional refuerza los elementos de discrecionalidad de un capitalismo de estado que reduce los espacios a la inversión privada.

Las leyes que tienen que ver con la economía muestran ese elevado grado de discrecionalidad. De hecho, el grado de insostenibilidad que muestra la actual posición fiscal tiene mucho que ver con las obligaciones y garantías que la nueva constitución impone al estado. La negativa del gobierno de implementar la reforma social aprobada por la administración pasada, es un ejemplo del cambio en las reglas de juego, lo cual agrega inconsistencias e incertidumbre en cuanto a la sustentabilidad del fiscal stance.

b. Los ruidos políticos. A este ultimo componente hay que agregar el intenso ruido político que perturba el clima de negocios en virtud del incremento de la discrecionalidad y concentración e fuerza y poder decisorio en la figura del Presidente de la república, lo cual configura un régimen de autoritarismo contrario al clima de confianza que requiere la economía para operar. De allí que sea este aspecto el de la desconfianza el que signa casi todas las decisiones en materia de inversión, ahorro y consumo de los agentes económicos.

En síntesis, la economía se ha visto afectada por los acontecimientos políticos signados no-solo en la pugnacidad e intolerancia política y el derrumbe institucional, sino por el debilitamiento de las reglas de juego de una economía de mercado y las dudas que muestran los venezolanos con fuerza de ahorro con relación a la estrategia económica del gobierno.

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El outlook para el 2002

Sobre esta evolución económica de los últimos dos años, agregando a ellos los factores externos de caída de la demanda global por petróleo con efecto inmediato en la posición fiscal, el 2002 presenta un escenario contractivo, unido a los acondicionamientos internos políticos que proyectan un entorno de inestabilidad.

En conjunto, se espera un déficit en la balanza de pagos y caída en las reservas internacionales (ver tabla anexa). El gobierno se verá presionado a desencajar por vía fiscal los fondos del FIEM, para suplir dos déficits; el de balanza de pagos por caída de las reservas internacionales y el fiscal para sostener la factura fiscal, sin el cual no tendrá viabilidad política el discurso redistributivista, este último atrapado en las endémicas insuficiencias fiscales y en la manera como se administra el gasto publico.

Las condiciones de mayor incertidumbre afectarán con fuerza las potencialidades de crecimiento económico, lo cual «coincidirá» con un creciente déficit fiscal y de balanza de pagos. Ello traerá tensiones cambiarias hacia mediados de año.

El debilitamiento de los ingresos petroleros nos llevaría a los escenarios de crisis de balanza de pagos que se conocieron en la década de los 90. En ese sentido, la ultima reforma del FIEM emite una clara señal de insostenibilidad fiscal y de balanza de pagos. La presión en balanza de pagos colocaría al gobierno en la difícil posición de apelar a la tradicional medicina de devaluar para financiar el déficit y defender la balanza de pagos por corridas de capitales, y/o de controlar la libre convertibilidad. En todo caso, ambas políticas tienen las mismas causas.

En todo caso, ello no constituye el proceso que se denomina de «profecía auto-cumplida». Es lo que hacen los gobiernos cuando el agua les llega al cuello, y a este gobierno ya comienza el agua a llegarle al cuello en materias fiscales y de balanza de pagos.

Las dificultades fiscales

Al impacto negativo de la caída de los ingresos fiscales petroleros, se incorporan la elevada prima de riesgo que pena la adquisición de fondos en el mercado internacional y local, y las restricciones tributarias que emergen del desmantelamiento administrativo e institucional del SENIAT.

a. La elevada prima de riesgo. El impacto financiero del meltdown institucional y de los cambios políticos, indujo una severa perdida de confianza que elevó el costo financiero del financiamiento público, creando importantes restricciones que colocan en posición de inestabilidad la factura fiscal en el mediano plazo, en virtud del costo financiero por el servicio de la nueva deuda adquirida entre 1999 y el 2001. De esta manera; con relación a la deuda se puede llegar a la siguiente conclusión;

    Deuda externa. No haber reestructurado la deuda externa entre 1999-2001, impuso severas restricciones financieras en la economía, que sólo se percibirán al diluirse el excedente financiero del boom petrolero.

    Deuda interna. Ello obligó al gobierno, además de la documentación de cierta deuda implícita de origen previsional, a incrementar los niveles de endeudamiento interno, triplicar la deuda interna, por colocación de bonos públicos con tasas de interés mayores y elevados costos financieros.

    Cambio de deuda interna por externa: un costoso swap. En la práctica ello representó un swap de deuda de menor costo por deuda de mayor costo que hace inestable la factura fiscal en el corto plazo, en virtud de elevado costo por intereses de esa nueva deuda.

b. En ámbito tributario. El entorno tributario se caracteriza por los siguientes elementos;

    El ingreso petrolero extraordinario veló la insolvencia fiscal. La caída de los ingresos fiscales en estos últimos dos anos no se sintió en virtud del ingreso petrolero durante el boom. Como en otras variables, el retorno de los precios del petróleo a niveles históricos develara la fragilidad de ingresos fiscales de origen no petrolero.

    Desmantelamiento del SENIAT. Hay que agregar a esto, el desorden administrativo e institucional y la inestabilidad administrativa del SENIAT, cuyo efecto se sentirá con fuerza en la recaudación tributaria de la economía no petrolera.

    La acelerada informalización de la economía. Otro factor de naturaleza institucional, es la desactivación de un importante plantel de negocios y empresas formales que trasladaron parte de su actividad económica al mercado informal, con lo cual se debilita la capacidad tributaria de la economía nacional.

    En virtud de lo mencionado, si el presupuesto para el 2002 quiere enviar señales de una posición fiscal viable, tendría que acomodarse a los nuevos escenarios de ingresos fiscales de origen petrolero y tributarios internos, reduciendo el gasto con relación al del presente año en 5% en términos del PIB, de manera que el financiamiento del déficit fiscal no afecte en demasía la estabilidad financiera. En caso contrario, si el gobierno persiste en mantener el propósito expansivo a la política fiscal para el 2002, se impondrán severas presiones al mercado financiero local, único espacio disponible para la colocación de deuda publica.

    Acotamos que la colocación de deuda soberana en los mercados financieros internacionales esta limitada por la elevada prima de riesgo que los mercados vienen imponiendo a Venezuela. Ahora se podrían acentuar en el periodo post-boom petrolero, donde las debilidades en la balanza de pagos ya se avizoran, además de las financieras que emergen en una economía que comienza a mostrar sus dificultades fiscales estructurales.

    En el caso de un gasto expansivo, se impondría una «circularidad viciosa» que señalizaría la inviabilidad fiscal en materia de servicio de la deuda publica, por lo explosivo que seria para el fisco el financiamiento interno a tasas de interés mas elevadas que las promedio actuales, por el impacto financiero que causaría el volumen de endeudamiento previsto en el gasto del Presupuesto del 2002.

    En impacto real en la economía seria contractivo porque el alza en las tasas de interés como consecuencia del masivo endeudamiento dirigido a financiar la brecha fiscal afectaría negativamente la demanda agregada. Ciertamente un fenómeno fiscal muy típico venezolano, que dibuja la expansión del gasto por endeudamiento y el impacto contractivo que ello tiene.

    Este escenario, se sometería la política monetaria a fuertes presiones surgidas del área fiscal, lo cual haría imposible inducir una reducción en las tasas de interés para sostener activamente la demanda agregada.

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